Rememoremos un poco y hagamos CONCIENCIA
La inefable Asamblea Nacional que nos hemos tenido que calar amargamente los últimos años, fue producto de una elección boicoteada unánimemente por la oposición, y en la cual participó menos del 10% de la población electoral del país. Óigase bien y tomen nota: menos del 10% de los votantes de la nación. Si con esa ínfima cantidad de votos, el dictador pudo arreglárselas para barrer, trampear y legitimar semejante desparpajo de elección: ¿qué creen que pasará cuando la gente salga a votar en masa en las próximas elecciones parlamentarias? Pues sencillamente que a nuestro monarca caribeño se le hará mucho más fácil hacer la trampa, ya que a mayor cantidad de votantes, mayor espacio de maniobrabilidad para el régimen y el CNE.
Si después de boicotear las elecciones se hubieran tomado acciones de calle contundentes de manera inmediata, y se hubiera exigido la depuración del REGISTRO ELECTORAL PERMANENTE por parte del CNE, como condición “sine qua non” para participar en cualquier elección sucesiva, otro gallo cantaría. Pero como vivimos en el país de los antivalores, y lo que un día es negro, el otro día es blanco, la dirigencia opositora (pagada por el régimen) nos dijo que nos olvidáramos de esas elecciones y que ahora sí deberíamos votar en los comicios presidenciales, porque Manuel Rosales era un caballo seguro, que después de ganar, cobraría. Y los borregos fuimos de nuevo al matadero, a sabiendas de que las condiciones no habían cambiado, y en todo caso, habían empeorado. Nada de esto es un cuento de camino aunque así lo aparente, todo puede ser verificado haciendo un poco de memoria.
Obviamente y como era de esperarse, el dictador volvió a trampear las elecciones, y nuestro caballo (Manuel Rosales) tuvo el desparpajo de salir en televisión a los pocos minutos después del primer boletín oficial del CNE, aceptando la derrota. La desfachatez fue tal, que Rosales no sólo capituló sin tener si quiera en la mano las actas conclusivas de cada mesa, sino que también soltó la siguiente perlita: “Yo perdí, pero no por tantos votos de diferencia, la diferencia es menor”. Es decir, aceptó que el CNE era tramposo porque le había robado votos, pero igualmente reconoció la victoria de Chávez por alguna razón esotérica y desconocida. Algunos sabihondos presumidos empezaron a correr la bola de que Rosales había sido amenazado y demás pendejadas de esa índole, yo siempre he creído que le pagaron una bola de billete y listo. Después Rosales se convirtió en un huésped innecesario y lo echaron al exilio. Así paga el diablo.
No sería el primer caso, ni el último, de un dictador comprando una elección embasurada y utilizando a líderes opositores como señuelos necesarios. Sobre todo si tomamos en cuenta la bajeza moral de nuestros políticos, y la descomposició n social en la que ha caído Venezuela. El meollo del asunto actualmente, es sin duda alguna la encrucijada histórica en la que se encuentra la mayoría de la población democrática del país.
El gran grueso de la población sabe muy bien que el dictador volverá a trampear las elecciones, pero no vislumbran otra manera pacífica de combatirlo, y se resignan a subsistir en la oscuridad participando en elecciones amañadas con tal de evitar un baño de sangre.
Un baño de sangre que a mi parecer no solo es inevitable, sino que resulta necesario. Así lo ha demostrado la historia en otras latitudes.
Existe otra minoría cívico-militar, consciente y reflexiva de la verdadera situación del país, que no se cae a mentiras y reconoce sabiamente que la única escapatoria posible a esta crisis insondable: es una salida violenta. Son precisamente ellos los que trabajan bajos las sombras, y representan un dragón de mil cabezas para el dictador y su régimen nefasto. Muchos se encuentran en el propio entorno de Chávez a la espera de la inevitable implosión social, o de la debacle definitiva. Ha sido un proceso largo y tortuoso de disímiles caminos y encrucijadas, pero no tengo la menor duda de que en el momento adecuado, rendirá sus frutos.
Es mucho más fácil leer la historia en algún libro engavetado, que participar activamente de ella, sobre todo sino se tiene conciencia histórica del momento en que se vive. Hoy en día todos los venezolanos de manera directa o indirecta, estamos siendo partícipes del entierro definitivo de la democracia venezolana; algunos por acción y otros por omisión. Lo cual no significa que sea el fin de la nación como tal, pero sí representa el fin de una época que logró sacar de nuestras entrañas lo peor de nuestro gentilicio y lo más oscuro de nuestro ser. Les recuerdo que todos llevamos un chavecito por dentro y asistiendo de nuevo a unas elecciones amañadas e ilegales, lejos de darnos tranquilidad, nos terminará de hundir mucho más en el valle de estiércol en el que se ha convertido la patria. La salida jamás será electoral. ¡Rememoremos un poco y hagamos CONCIENCIA!
“Todo gobierno elegido libremente que cometa el absurdo de mantener subyugado a su pueblo, será castigado por la rebelión y algunas veces con el exterminio”
Simón Bolívar
¡Patria, Democracia y Libertad!
La inefable Asamblea Nacional que nos hemos tenido que calar amargamente los últimos años, fue producto de una elección boicoteada unánimemente por la oposición, y en la cual participó menos del 10% de la población electoral del país. Óigase bien y tomen nota: menos del 10% de los votantes de la nación. Si con esa ínfima cantidad de votos, el dictador pudo arreglárselas para barrer, trampear y legitimar semejante desparpajo de elección: ¿qué creen que pasará cuando la gente salga a votar en masa en las próximas elecciones parlamentarias? Pues sencillamente que a nuestro monarca caribeño se le hará mucho más fácil hacer la trampa, ya que a mayor cantidad de votantes, mayor espacio de maniobrabilidad para el régimen y el CNE.
Si después de boicotear las elecciones se hubieran tomado acciones de calle contundentes de manera inmediata, y se hubiera exigido la depuración del REGISTRO ELECTORAL PERMANENTE por parte del CNE, como condición “sine qua non” para participar en cualquier elección sucesiva, otro gallo cantaría. Pero como vivimos en el país de los antivalores, y lo que un día es negro, el otro día es blanco, la dirigencia opositora (pagada por el régimen) nos dijo que nos olvidáramos de esas elecciones y que ahora sí deberíamos votar en los comicios presidenciales, porque Manuel Rosales era un caballo seguro, que después de ganar, cobraría. Y los borregos fuimos de nuevo al matadero, a sabiendas de que las condiciones no habían cambiado, y en todo caso, habían empeorado. Nada de esto es un cuento de camino aunque así lo aparente, todo puede ser verificado haciendo un poco de memoria.
Obviamente y como era de esperarse, el dictador volvió a trampear las elecciones, y nuestro caballo (Manuel Rosales) tuvo el desparpajo de salir en televisión a los pocos minutos después del primer boletín oficial del CNE, aceptando la derrota. La desfachatez fue tal, que Rosales no sólo capituló sin tener si quiera en la mano las actas conclusivas de cada mesa, sino que también soltó la siguiente perlita: “Yo perdí, pero no por tantos votos de diferencia, la diferencia es menor”. Es decir, aceptó que el CNE era tramposo porque le había robado votos, pero igualmente reconoció la victoria de Chávez por alguna razón esotérica y desconocida. Algunos sabihondos presumidos empezaron a correr la bola de que Rosales había sido amenazado y demás pendejadas de esa índole, yo siempre he creído que le pagaron una bola de billete y listo. Después Rosales se convirtió en un huésped innecesario y lo echaron al exilio. Así paga el diablo.
No sería el primer caso, ni el último, de un dictador comprando una elección embasurada y utilizando a líderes opositores como señuelos necesarios. Sobre todo si tomamos en cuenta la bajeza moral de nuestros políticos, y la descomposició n social en la que ha caído Venezuela. El meollo del asunto actualmente, es sin duda alguna la encrucijada histórica en la que se encuentra la mayoría de la población democrática del país.
El gran grueso de la población sabe muy bien que el dictador volverá a trampear las elecciones, pero no vislumbran otra manera pacífica de combatirlo, y se resignan a subsistir en la oscuridad participando en elecciones amañadas con tal de evitar un baño de sangre.
Un baño de sangre que a mi parecer no solo es inevitable, sino que resulta necesario. Así lo ha demostrado la historia en otras latitudes.
Existe otra minoría cívico-militar, consciente y reflexiva de la verdadera situación del país, que no se cae a mentiras y reconoce sabiamente que la única escapatoria posible a esta crisis insondable: es una salida violenta. Son precisamente ellos los que trabajan bajos las sombras, y representan un dragón de mil cabezas para el dictador y su régimen nefasto. Muchos se encuentran en el propio entorno de Chávez a la espera de la inevitable implosión social, o de la debacle definitiva. Ha sido un proceso largo y tortuoso de disímiles caminos y encrucijadas, pero no tengo la menor duda de que en el momento adecuado, rendirá sus frutos.
Es mucho más fácil leer la historia en algún libro engavetado, que participar activamente de ella, sobre todo sino se tiene conciencia histórica del momento en que se vive. Hoy en día todos los venezolanos de manera directa o indirecta, estamos siendo partícipes del entierro definitivo de la democracia venezolana; algunos por acción y otros por omisión. Lo cual no significa que sea el fin de la nación como tal, pero sí representa el fin de una época que logró sacar de nuestras entrañas lo peor de nuestro gentilicio y lo más oscuro de nuestro ser. Les recuerdo que todos llevamos un chavecito por dentro y asistiendo de nuevo a unas elecciones amañadas e ilegales, lejos de darnos tranquilidad, nos terminará de hundir mucho más en el valle de estiércol en el que se ha convertido la patria. La salida jamás será electoral. ¡Rememoremos un poco y hagamos CONCIENCIA!
“Todo gobierno elegido libremente que cometa el absurdo de mantener subyugado a su pueblo, será castigado por la rebelión y algunas veces con el exterminio”
Simón Bolívar
¡Patria, Democracia y Libertad!
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