MONTEVIDEO (Reuters) - La gobernante izquierda ganaría las elecciones uruguayas del domingo, pero el ex líder guerrillero José Mujica tendría que ir a disputar una segunda votación para definir la presidencia con un veterano político conservador.
Las últimas encuestas y analistas prevén que Mujica, de 74 años y de estilo coloquial, tendrá finalmente una clara diferencia a favor en la definición con el ex presidente Luis Alberto Lacalle, de 68 años, el 29 de noviembre.
Será una pelea dura entre dos veteranos con ideologías y personalidades opuestas, pero Mujica tiene el disciplinado apoyo de la coalición de izquierdas Frente Amplio, que aglutina a comunistas, socialistas, democristianos y ex guerrilleros.
Lacalle, candidato del histórico Partido Nacional (PN) o Blanco, de centroderecha, se respalda en un largo historial político y la experiencia extraída de sus muchos pasajes por el Congreso y la propia presidencia en el período 1990 y 1995.
Cuatro sondeos dieron el miércoles entre un 44,7 por ciento y un 46 por ciento de las intenciones de voto a Mujica, y entre un 27 por ciento y un 30 por ciento a Lacalle.
En tanto, entre un 13 por ciento y un 14,3 por ciento de los electores apoyarían en la primera vuelta al Partido Colorado, el otro histórico del país y que postula a la presidencia a Pedro Bordaberry, según sondeos.
De acuerdo a esas previsiones y teniendo en cuenta los márgenes de error, la izquierda podría retener su actual dominio en el Congreso, para lo que necesita la mayoría absoluta de los votos emitidos.
Para ganar la presidencia, un candidato debe tener la mitad más uno de los votos válidos, eliminando anulados y en blanco, o cerca de un 48,5 por ciento de los sufragios emitidos.
Analistas no se animan a descartar un triunfo de Mujica el domingo, ni un repunte, aunque improbable, que lleve a Lacalle a ganar en noviembre con el apoyo de los votantes colorados y de otras corrientes.
"La primera vuelta no está decidida (...) ningún resultado es descartable", dijo el analista César Aguiar de la consultora Equipos.
CANDIDATOS RESISTIDOS
La izquierda llegó al poder por primera vez en la historia de Uruguay en las elecciones del 2004 con el oncólogo Tabaré Vázquez, un socialista moderado que termina su elogiada gestión con un alto nivel de popularidad.
El Frente llevó adelante su primer gobierno con una política económica que agradó a los mercados y evitó que el país cayera en recesión por la crisis financiera global.
Esa gestión, en gran parte responsabilidad del ex ministro de Economía Danilo Astori, compañero de fórmula de Mujica, redujo el desempleo y la pobreza.
Pero Mujica, un pequeño agricultor que crea atracción pero también rechazo por su desprolijo vestir, frecuentes palabrotas y de izquierda más radical, no podría, según los sondeos, ganar en primera vuelta como lo hizo Vázquez.
Poco efecto generó su cambio a una posición más moderada y cuidadas intervenciones públicas. Definió su modelo de izquierda más cercano al presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, que al radical del venezolano Hugo Chávez.
"No sabe nada, soy un libertario", respondió Mujica cuando Lacalle dijo recientemente que el candidato frentista tenía "un pensamiento maoista".
También prometió seguir la línea económica y social de Vázquez, reducir más la pobreza y hacer que el campo vuelva a ser el "tractor" de la economía del país.
Lacalle, un abogado propietario de tierras, aglutina más rechazo debido a su percibida "arrogancia" y posición más volcada a la derecha, en un país en que el electorado tiende a situarse en el centro, según analistas.
El candidato opositor trató de mostrarse más cerca de la clase humilde y evitó anunciar cambios drásticos a la política económica, prometiendo mejorarla en muchos aspectos.
"La pobreza no es un estado ni una forma de cultura, la pobreza debe ser arrancada de cuajo de la sociedad", dijo Lacalle en un acto prometiendo centrar en eso su gestión.
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