Casi ocho millones de hondureños, hemos sido sorprendidos por las declaraciones del presidente Oscar Arias, donde afirma que la hondureña es la "peor constitución", y va un poco más allá cuando sentencia, "de la faz de la tierra". Para mis adentros me dije, "bueno, ahora resulta que además de ser el tercer país más pobre de América, nuestra constitución es la peor del mundo...las cosas que tenemos que soportar".
Como era de esperar, sus declaraciones causaron todo tipo de reacciones. Indignación, enojo, repudio. Cuando traté de pensar en tan desatinadas declaraciones, pensé en la ley física que dice que "toda acción, tiene su reacción", lo cual convierte en "normal" las múltiples reacciones de todos los sectores de la hondureñidad. Además del principio físico de acción-reacció n, la metafísica dice que "toda causa tiene su efecto y que nada ocurre por casualidad". Dicha aseveración, nos obliga a pensar que si el efecto son las declaraciones del mediador, éstas deben de tener su causa en alguna situación, por lo que de momento supuse que el tema era lo suficientemente interesante como para tratar de profundizar en él.
Algo muy importante y que hace que las declaraciones causen un mayor efecto, es precisamente porque vienen de un mediador, que para ejercer su función como tal, debió hacer lo que dice que hizo, estudiar la constitución cuya violación es el motivo del conflicto. Sus declaraciones sorprenden no solo porque aseveran que es la peor del mundo, sino porque asegura que la estudió, cosa que los hondureños creíamos que nunca había hecho, puesto que los numerales del Acuerdo de San José que se refieren a restitución y amnistía, violan precisamente la constitución objeto de sus declaraciones.
Si analizamos sus afirmaciones, se puede deducir que en ellas, hay un poco de amargura oculta. De repente me sonaron más a lamento que a desprecio. Más a querer buscar una salida a su mediación y tener una excusa elegante a su fracaso. La peor constitución del mundo!. Arias se dio cuenta que fracasó como mediador. Busca una salida elegante que no dañe el prestigio de la capacidad de mediación del premio nóbel de la paz. Irá el mundo a ver con buenos ojos a un premio nóbel de la paz fracasado?.
Yo no lo culparía a él en un cien por ciento, quizás sí en un cincuenta por ciento, porque a su edad, dejarse engatusar por la Clinton, como que no suena muy elegante. Arias llego amarrado a una mediación, donde no tenía nada que mediar. Le dieron el pliego que contenía los puntos a firmar y....zan!! se acabó.
Mientras Arias exponía en la primera ronda, los doce puntos del Acuerdo de San José, Estados Unidos anunciaba sanciones si no se llegase a firmar. Micheletti lo rechazó. Era ominoso para Honduras. Al igual que los comerciantes elevan el precio para luego bajarlo cuando les piden rebaja, Arias presentó entonces la segunda propuesta, que no era más que la primera ya mejorada, con la seguridad, que luego de la fuerte impresión con la primera propuesta, ésta no sería rechazada, sino por el contrario, sería aceptada ipso facto. Inaceptable, fue la respuesta de Honduras. De allí se desencadenó todo lo que ya conocemos. El mediador, creyó que sería fácil. Se equivocó.
Era a todas luces, una mediación sin mediar. Una mediación con imposición de la voluntad de la Comunidad Internacional y Honduras no ha estado dispuesta a ceder a la voluntad de terceros, un problema que es de índole puramente nacional. FRACASARON.
Arias había seguido insistiendo en que los Acuerdos de San José, eran la solución al problema hondureño, pero no se había dado ningún avance en el mismo y cuando zelaya regresó a Honduras, las esperanzas para el mediador, de lograr el ansiado Acuerdo, se esfumaron.
El regreso de zelaya, sorprendió al mediador en Washington, precisamente cuando visitaba a la Secretaria de Estado, quien lo habia metido en este asunto, del cual no sabía como salir elegantemente. Juntos emitieron su último lamento y pidieron que como ahora, Micheletti y zelaya eran casi vecinos, firmaran el Acuerdo. Casi les escucho decir, por favor.
Al momento de sus declaraciones, Arias venía de la reunión de la Asamblea de las Naciones Unidas, donde todo aquel que se refirió al caso de Honduras, expresó que la solución era el Acuerdo, sin embargo nada sucedió. Lula quiso presionar al Consejo de Seguridad, por una solución vía cascos azules, lo cual llevaba implícita la restitución de zelaya tirando de esa forma a la basura el Acuerdo de San José. En otras palabras, el mediador se dio cuenta que la Comunidad Internacional ya no creía en la solución vía su mediación, de manera que al momento de sus desafortunadas declaraciones, Arias ya daba por fracasada su mediación.
Toda causa tiene su efecto. Para Arias la causa fue el fracaso de su mediación, el efecto fueron sus declaraciones. Y la casualidad? Se preguntarán. La casualidad es que antes de sus declaraciones, en Honduras se comenzó a hablar del Acuerdo de Tegucigalpa. Si se llegara a dar un acuerdo entre Micheletti y zelaya, éste no se llamará San José, en todo caso Tegucigalpa.
Nada sucede por casualidad!! .
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