Lima, 26 dic (EFE).- Los responsables del penal limeño de Canto Grande desarticularon una escuela que el grupo terrorista Sendero Luminoso mantenía en dicha cárcel y en la que se adoctrinaba a presos y familiares, informó hoy la prensa local.
Según el diario El Comercio, la alarma saltó en octubre de este año, cuando la Dirección de Investigación Contra el Terrorismo (Dircote) de la policía peruana tuvo noticias de que los presos de Sendero detenidos en dicho penal realizaban labores de concientización con los familiares de los internos sentenciados por terrorismo.
La situación en Canto Grande era tan complicada que los funcionarios del penal tenían prohibido el ingreso en los pabellones, ya que estos eran controlados por los presos de Sendero (unos 80 por pabellón), e incluso algunas puertas de ingreso habían sido bloqueadas desde adentro con metales.
El Comercio detalla que la labor de los alcaides era prácticamente nula, ya que sólo podían vigilar desde el exterior de cada pabellón.
Las labores de adoctrinamiento estaban más avanzadas era en el pabellón 6-B, en donde asistían a estas labores no sólo presos por terrorismo y los familiares que los visitaban miércoles, sábados y domingo (lo que incluía a niños y mujeres), sino también a otros presos comunes que habrían sido captados en prisión.
Los informes de inteligencia a los que tuvo acceso el diario señalan que no sólo se impartían clases, sino que también se inculcaba una disciplina casi militar, en la que los presos desfilaban, lanzaban arengas y entonaban cánticos subversivos.
El director de la prisión reaccionó ante la situación aplicando normas como obligar a que todos los reclusos estuvieran a las nueve encerrados en sus celdas, lo que provocó protestas e incluso, según el servicio de inteligencia, el germen para un amotinamiento que buscaba la toma de algunos de los pabellones de la cárcel.
Ante esa situación, se decidió hacer una requisa en todas las celdas, operativo que se realizó con 120 agentes y 15 fiscales.
Se decomisaron teléfonos celulares, dos cámaras fotográficas, trapos rojos con la hoz y el martillo, un cuadro con el rostro de Abimael Guzmán, líder histórico de Sendero Luminoso y, al menos, una docena de grandes hojas de papel con anotaciones y guías sobre temas como la revolución China, Sendero Luminoso y el propio Guzmán.
Otra de las medidas adoptadas por el Instituto Nacional Penitenciario (Inpe) fue el traslado a otros penales del país o el cambio de pabellón de una treintena de internos.
Sendero Luminoso mantuvo entre 1980 y 2000 una guerra interna con las fuerzas de seguridad de Perú en un intento por dominar el país e iniciar una revolución similar a la emprendida por Mao en China.
Cerca de 70.000 personas fallecieron como consecuencia de esta lucha, la mitad de los cuales se atribuyen a Sendero, según la Comisión de la Verdad y la Reconciliación (Cvr).
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