Mucha corrupción, más pobreza y menos democracia es el balance de esta seudo revolución después de casi 11 años. Y una cosa se encadena con la otra. En efecto, lo que se roban los burócratas del régimen en sociedad con la llamada boliburguesía, es el dinero del pueblo que debería estar en los hospitales y escuelas, o disponibles para mejorar el sueldo de maestros y policías, o para construir viviendas, resolver el problema de los servicios públicos, etc. Si a esto sumamos el despilfarro y los regalos a otros países, encontraremos la primera razón de la honda crisis social que embarga a la Nación.
Es evidente que quienes ejercen hoy el poder en Venezuela, tienen enormes carencias éticas y morales, lo que explica que hayamos llegado a donde estamos. Además del rasgo militarista del régimen y el talante autoritario del Teniente Coronel, la ausencia de instituciones es la principal causa del gigantesco déficit democrático que está asfixiando al sistema político venezolano. En un país donde la Asamblea Nacional es un circo de focas, el Contralor se hace la vista gorda ante el desmadre, la Fiscalía está dedicada a hostigar a la disidencia y el Poder Judicial es la fuente de la impunidad, resulta obvio que se desate una voraz corrupción. Hoy estamos en presencia de un obsceno saqueo de las arcas públicas con la complicidad evidente del Presidente pues el asalto ocurre en sus propias narices y los protagonistas forman parte de su entorno más íntimo. Que el Presidente no sepa nada es un cuento que ya nadie cree, habría que ser idiota para no darse cuenta de semejante desastre. Cada día más gente se convence de que el Teniente Coronel Chávez Frías es cómplice de esta realidad que le estalla en la cara.
Pero más aún, con su actitud abusiva e irresponsable, Chávez ha sido el gran inspirador y ha dado el peor ejemplo de decencia y honestidad que un líder pueda dar. Empezando porque es un acto de corrupción que el Jefe de Estado sea al mismo tiempo el Presidente del PSUV. Jaime Lusinchi fue duramente criticado cuando designó como gobernadores a los Secretarios Generales de AD de cada región, fue aquel un paso decisivo hacia la decadencia. Aquel episodio fue crucial en la historia del clientelismo político pero ahora Hugo Chávez luce como un bebe de pecho, cuando sus ministros y demás funcionarios conforman la plana mayor del partido y se aprovechan descaradamente del dinero y los bienes públicos para el proselitismo.
Es un acto de corrupción que el Teniente Coronel meta mano a los dineros del pueblo para financiar sus campañas electorales y hasta las campañas de sus amigos. Es una inmoralidad poner al otrora "canal de todos los venezolanos" y demás medios al servicio de sus intereses, convocando una cadena cada vez que se le antoja decir alguna pendejada o insultar a alguien. Solo un corrupto de marca mayor puede dilapidar más de 60 mil millones de Dólares en regalos a otros países o comprar desenfrenadamente una fortuna en armas de guerra, mientras el pueblo padece terribles penurias. En fin, aunque el Presidente es Teniente Coronel, la corrupción es General… ¡Y como manda ese General!
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