30/1/10

La patria es la gente, no Chávez

Es conocida la definición de “patria” como “tierra de los padres” o de los antepasados, sin embargo en la praxis moderna sólo puede significar “tierra de los hijos”, porque nuestra lucha vital por tener una mejor patria está signada por el deseo de poder influir para hacerla digna y próspera para el albergue gentil de nuestros descendientes. Y desde esa perspectiva filosófica, “la patria es la gente” y por lo tanto, todo aquello que lesione la moral pública o los intereses de la gente es traición a la patria.

Si esta elemental definición es difundida por los maestros en las escuelas y por los actores políticos, abarcando todas las capas sociales, la conciencia de participación ciudadana y de responsabilidad con el gentilicio se verían fortalecidas exponencialmente, porque sacaríamos el concepto de patria de ese artificioso espacio exógeno al individuo, determinado por el simbolismo abstracto de himnos, estatuas y banderas, regularmente exaltador del pasado militarizado, que lo hace tan vulnerable a las apetencias desmesuradas de los cíclicos “salvadores” de la patria en estos tierreros latinoamericanos aunque ya algunas naciones están, aparentemente, escapando de esa maldición retrógrada.

Y yo puedo dar fe de lo rápido que los escolares introyectan esta definición que los inserta como parte sustantiva de la solución de los problemas sociales al visualizar conscientemente que si la basura, por ejemplo, se pone en su lugar, la patria tendrá un rostro aseado. Qué si ellos decantan la violencia, la patria será pacífica.

Hoy la patria sufre el insulto de ser considerada una de las más criminales del mundo, porque este gobierno inepto perdió el control sobre la delincuencia. Hasta mediados del siglo XX Venezuela era considerada una nación generosa, porque su gente lo era, además de servicial, trabajadora y honesta. Y no soy de los que creen que a Venezuela la corrompió la fiebre petrolera, sino que fuimos perdiendo las riendas de la sociedad, porque una serie de gobiernos demagogos – exacerbado en el presente - encontraron un filón electoral en la reproducción irresponsable del lumpen – nacional e importado - que hoy alarmantemente, amenaza la estabilidad de la república, y como se refugia en el hábitat de la humildad, se mimetiza con ella, cuando en realidad es el depredador de su ambiente, de su paz y de su desarrollo.

Si la patria es la gente…

… La responsabilidad suprema del Estado es con la gente - aunque no para degradarla con dádivas demagógicas parasitarias ni discursos pobrecitistas - por lo tanto no es concebible que la gente, que es la patria, haya descendido en estos once años de gobierno chavista al extremo que observamos en la actualidad, mientras se despilfarran cientos de miles de millones de dólares en la promoción mundial de un proyecto político históricamente fracasado, privilegiando, por odio al desarrollo nacional, la generación de riquezas y empleos en países extranjeros con los recursos cuyo destino es el progreso de la gente que es la patria. Pero, además, es despreciable traicionar la fe pública, al encubrir la verdad con una mentira dotada de rango oficial, para distorsionar la realidad.

La mentira como oficio

El caso de la debacle del sistema eléctrico nacional, producido por ineficiencia y desidia gubernamental, ha desatado una brutal campaña de mentiras orquestadas por parte de los más conspicuos embusteros de las distintas instancias oficiales para desviar su culpa hacia el fenómeno atmosférico, cíclico y errático, llamado, desde hace siglos, El Niño - por el Niño Jesús, por los pescadores del puerto de Paita, en Perú, porque las aguas de sus costas se calientan en época navideña - a pesar de la evidencia histórica “de los últimos 60 años que registra la presencia del fenómeno climático en los años 1982, 1983, 1997 y 1998 y no se produjo escasez ni restricción del servicio” y como afirman con coraje los técnicos de Edelca en un comunicado: “Es preciso aclararle a la nación que esta crisis de insuficiencia de energía eléctrica no se debe al evento climatológico “El Niño” (…). La principal causa (…) se debe a que el Gobierno no ha sido capaz de realizar oportunamente las inversiones requeridas en los sistemas de generación, transmisión, subtransmisión y gestión del sistema eléctrico nacional”.

El Colegio de Ingenieros de Venezuela, declara “que entre los culpables - además de Chávez - se encuentran Alí Rodríguez Araque – que fue artífice de la desnacionalización de la Electricidad de Caracas en el año 2000 – y Rafael Ramírez - quien emerge como engranaje de malversación de dineros eléctricos en su condición de oficinista bancario de Miraflores”.

Nelson Bocaranda acusa a Jorge Giordani “por haber destinado partidas del presupuesto asignado a obras de infraestructura eléctrica al gasto corriente demagógico y populista”. Y el Consejo Legislativo del Zulia presenta a la nación seis generadores, turbinas y transformadores que llegaron al Zulia en el 2006, que de haberse instalado estarían suministrando 1.080MV, equivalentes a la meta de restricción del gobierno.

Candil de la calle

Además, para ratificar como mentira el argumento oficial, “en los últimos 5 años Chávez ha anunciado gastos en el exterior en el área eléctrica por $9,9 millardos, según informe del Centro de Investigaciones Económicas, monto superior a los $9.2 millardos que Corpoelec calcula para incrementar la capacidad de generación y mejorar los sistemas de transmisión eléctrica del país”, lo que certifica que Chávez – que “ha regalado $53 mil millones en el exterior” (Julio Borges) - privilegia lo extranjero en detrimento de lo nacional, mientras acumula un déficit de $20 mil millones en inversión eléctrica.

En un apretado resumen de NoticiasCentro.com, encontramos: que “el 13 de agosto de 2001, Chávez, le llevó de regalo una planta generadora de electricidad a Fidel y se la entregó con estas palabras: “Permítenos, Fidel esta interconexión eléctrica, te la damos como regalo en estos tus 75 años".

En octubre del año 2009, cuando ya se acercaba el colapso, PDVSA se comprometió a invertir 80 millones de dólares para la construcción de una planta termoeléctrica en Bolivia, lo que se suma a los $48 millones que tres días antes había prometido Chávez para la instalación de 100 megavatios en esa nación andina. Desde el año 2007 Chávez ha financiado la construcción de 32 plantas generadoras de electricidad en Nicaragua.

A través del Fondo Caribe pagó 50 millones de dólares para obras de infraestructura, que en su mayoría fueron proyectos de generación eléctrica en diversos países. La lista sigue, pasa por Antigua y Barbuda, donde financió la construcción de una planta de 10 megavatios que cubre 25 por ciento de la demanda local; Haití, que recibió los recursos para la refacción de un complejo generador de 60 megavatios; y la isla de San Cristóbal y Nieves, que obtuvo cuatro megavatios extras por ser el anfitrión de la cumbre de Petrocaribe del año 2009. Esa es la verdad. Lo otro, lo del Niño, es para consumo de focas y discurso de traidores a la gente que es la patria.

Y los dogmatizados se la creen

La absurda consecuencia de esta mentira maniáticamente repetida, con la esperanza de que se convierta en verdad – Goebbels dixit - es que – como boomerang - se la cree fervorosamente la debilidad mental imperante en el gobierno, por lo que – paralizados para la verdad - su única alternativa frente a su propio desastre es que la naturaleza salga en su auxilio y llueva, como si este inmenso problema fuera barro que con la lluvia se disuelve, en lugar de asumir virilmente su responsabilidad y devolverle la gerencia del sistema eléctrico a sus técnicos – dado el inconmensurable fracaso de los militares asimilados “destructivistas” - provistos de los fondos necesarios para canalizar las inversiones hacia la aceleración de los proyectos suspendidos por el antinacionalismo chavista. Pero en lugar de esa actitud, Chávez culpa a los medios de comunicación e insiste en engañar a la gente que es la patria, asegurando que “aquí no hay una crisis, hay una dificultad”, lo que indica su terca negativa a reconocer su responsabilidad en este colapso energético – que pronto incluirá la gasolina - que es una traición a la productividad indispensable de la nación – que afecta hasta a la impartición de justicia, reducida a horario de 9am a 1pm - para que la gente, que es la patria, pueda acceder al progreso por el desarrollo de sus individuos. A oscuras, con la maquinaria productiva en niveles de indigencia, no puede haber progreso ni material ni humano.

Así que como la patria es la gente…

… Todo quien conociendo la verdad la niegue, burlándose de la ingenuidad de la gente susceptible a ser deslumbrada por la omnipotencia del poder, es un canalla, y su dimensión canallesca es directamente proporcional a su jerarquía. Y punto. Sale pa´llá.

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