Un reporte de la Fiscalía colombiana con datos de Inteligencia, en el cual se detalló el proceso para la retención de diez mil municiones de fusiles AK-47 a un militar venezolano en 2008, así como de otro lote de balas que serían entregadas a las FARC, indica que el arsenal provendría de un batallón de Apoyo Logístico (BAL) ubicado en Valencia, estado Carabobo.
Por ubicación, el BAL descrito sería el que se encuentra en la 41 Brigada Blindada y Guarnición de Valencia, que se estaba en ese momento bajo jurisdicción del general del Ejército, Clíver Alcalá Cordones.
El decomiso, en el que estaban implicados dos ciudadanos, uno de ellos un militar venezolano, ocurrió el 5 de junio de 2008 cuando estos intentaban entregar más de 10 mil cartuchos calibre 7.62×39 mm BALA/57- H-231 para fusiles AK-47 al Frente 16 de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), según el reporte de la Fiscalía colombiana.
El escrito -al que tuvo acceso El Universal-, implicó al sargento del Ejército Manuel Agudo Escalona, y a Germán Durán Castañeda, además de agregar detalles de una cuantiosa retención de municiones con sello venezolano para las FARC.
En la primera versión de Agudo Escalona, éste dijo que fue víctima de un “falso positivo”, es decir, hechos que son falsos, prefabricados por los militares colombianos para ganar réditos.
A pesar de esto, los dos implicados en el caso fueron sentenciados en junio de 2009 a cinco años y medio de prisión, y aunque la defensa de Agudo Escalona trató por distintas formas de que el gobierno venezolano ayudara a esclarecer los hechos, éste nunca se mostró dispuesto.
“No nos prestaron atención, insistimos bastante, pero al final no podíamos seguir sin la colaboración de Venezuela”, agrega uno de los abogados implicados en la defensa del militar.
La familia de Agudo Escalona llegó a consignar ante las autoridades venezolanas en junio de 2008 una carta que el militar escribió explicando los hechos.
La misiva estaba dirigida al presidente Hugo Chávez. En ella Agudo Escalona se quejaba del desamparo en el que lo había dejado la Embajada venezolana durante los hechos, pues apenas un general del Ejército, de apellido Hernández, que se encontraba en funciones allí, se reunió con él por minutos y nunca más supo del militar.
Asimismo se queja en la carta de la supuesta violación territorial por parte de los militares colombianos para este operativo, agregando detalles del proceso.
Uno de esos pormenores es que, durante la operación, el militar venezolano observó un lote de municiones y uno de los agentes colombianos le mostró junto a estos un maletín con el logo del 416 Batallón de Apoyo Logístico José Gabriel Lugo, preguntándole si le pertenecía el material. Este batallón se encuentra también ubicado en Valencia, y quizá al que hace referencia el reporte de la Fiscalía de Colombia. Alcalá manda allí.
A estas fechas se desconoce si el Gobierno venezolano solicitó información precisa a las autoridades colombianas sobre aquel hallazgo y si realmente esas armas salieron de Valencia.
Igualmente, si las autoridades militares revisaron sus parques de armas o si existe un estricto control tanto en esa guarnición como en todas las del país de las armas que entran y salen.
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