23/5/10
¿Acaso el 26S se merece un cheque en blanco o, por el contrario, que le demos un parao al caos?
En su columna de hoy, Marta Colomina criticó las expropiaciones del cementerio “La Chinita” de Maracaibo y la decomisación de 120 toneladas de alimentos en los galpones de las empresas Polar en Barquisimeto.
“La política económica venezolana se ha convertido en una seguidilla de amenazas, imposiciones, intervenciones, allanamientos, decomisos, expropiaciones, chantajes. Una economía sencilla “yo tengo el poder, dame tu fábrica, traspásame tu bien”.
A continuación la columna completa:
El alcalde chavista del municipio San Francisco -un bárbaro que sigue al pie de la letra la labor devastadora de su comandante- confiscó el cementerio “La Chinita” de Maracaibo, donde reposan los restos mortales de mis padres Francisco y Aurora y de mi esposo Hesnor.
Extraordinario poeta fallecido en el año 2000 y quien habría muerto de tristeza al ver cómo unos bárbaros que no respetan derechos, ni valores, están destruyendo el país en nombre del pueblo que ya no tienen.
“En medio de la mayor bonanza petrolera, Chávez ha hipotecado el país, paralizado su economía, arruinado el sistema eléctrico y la salud pública, aumentado el desempleo”.Al tiempo que el rojo alcalde anunciaba que los 330 trabajadores del cementerio quedaban en la calle porque “él no los va a incorporar a la nómina del municipio”, nos llegaban las imágenes de otra salvajada contra la Polar en Barquisimeto, en cuyos galpones se presentó el camarada militante del PSUV y general activo de la GN, Luis Alfonso Bohórquez, a decomisar 120 toneladas de alimentos bajo el endeble argumento de “inconsistencias en el inventario”.
El camarada general declaró a su canal 8 que “estos alimentos fueron retenidos para luego ser trasladados a la red Mercal”. De nada sirvió que el representante legal de la Polar explicase la imposibilidad de que las empresas pudieran especular con los productos que ellas mismas fabrican, porque “no se puede mover ni un kilo sin registrarlo en el SADA a través del Ministerio de Alimentación”.
El sobrecogedor espectáculo de rapiña era exhibido para divulgar el falso mensaje de “mira, pueblo, cómo les quito los alimentos a los ricos acaparadores para dárselos a los pobres“, aunque todos sepamos que la verdadera razón por la cual se produce este saqueo oficial es para acelerar la aplicación del hambreador modelo cubano y obligar a Polar a abandonar sus galpones, aún resguardados por sus trabajadores. (Ya confiscó Monaca.)
El sicólogo Áxel Capriles (”Economía malandra” El Universal 20-05-10) piensa que se equivocan quienes afirman que Chávez “personifica o expresa al pueblo venezolano”, por el contrario, el Presidente no representa al pueblo en general, sino a la figura del “malandro”.
Toma Capriles el perfil descrito por algunos especialistas y concluye que los componentes emocionales del malandro encuentran salida a través del discurso de la revolución.
“Así como el malandro adquiere sus bienes e impone su voluntad mediante la fuerza y la violencia, la política económica venezolana se ha convertido en una seguidilla de amenazas, imposiciones, intervenciones, allanamientos, decomisos, expropiaciones, chantajes. Una economía sencilla “yo tengo el poder, dame tu fábrica, traspásame tu bien”.
Áxel concluye con una observación extraída de los desmanes oficiales: “Una economía de coacción y saqueo puede esconderse bajo la máscara de la justicia social, pero siempre termina expoliando al pueblo, empobreciendo a la sociedad”.
Y eso ocurre en Venezuela. Las invasiones y confiscaciones de fincas e industrias han aumentado el desempleo y hecho desplomar la producción de alimentos y de productos industriales, a la par que acelerado la inflación (calculan 40% este año).
“La política económica venezolana se ha convertido en una seguidilla de amenazas, imposiciones, intervenciones, allanamientos, decomisos, expropiaciones”.El experto Francisco Rodríguez de la UCAB señala que antes exportábamos arroz, café y azúcar y hoy los importamos: “se destruye el empleo y las empresas, se persigue a sindicatos y trabajadores. Se han devaluado los salarios y vamos hacia el empobrecimiento general. Nunca habíamos tenido menos seguridad alimentaria”. Venezuela exportaba café desde la Colonia y ahora importa el 50%. En 1998 producíamos el 90% de lo que se consumía y hoy se importa más del 60%.
Siguiendo la farsa de un simulado moralismo, Giordani brama contra los “oligarcas” que desde los bancos y casas de bolsa especulan con el dólar permuta y sacan las divisas al exterior, ocultando que esa especulación es de sus boliburgueses y ocurría con el auspicio del Gobierno. Las casas de bolsa en las que se han encontrado irregularidades son de testaferros de los capitostes oficiales.
¿O es que Chávez y Giordani no recuerdan las denuncias de los economistas Faraco, Ochoa y Guerra, sobre los negocios de ministros y otros rojitos, con las notas estructuradas, bonos de EDC, Pdvsa y Minfinanzas, que hoy satanizan? Lo que ocurre es que con el despilfarro de Chávez vía Fonden, la regaladera en el exterior, la compra de armas y la caída de la producción de Pdvsa, ya no hay suficientes dólares para atender las necesidades de los venezolanos.
En medio de la mayor bonanza petrolera, Chávez ha hipotecado el país, paralizado su economía, arruinado el sistema eléctrico y la salud pública, aumentado el desempleo, disparado la inflación, el desabastecimiento, la inseguridad, la corrupción y ha envilecido la justicia. ¿Acaso el 26S se merece un cheque en blanco o, por el contrario, que le demos un parao al caos?
Marta Colomina // Chávez es el caos
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