Expertos advierten que impunidad y discurso de odio agravan la situación. De acuerdo con los estudios del Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad Ciudadana, 60% de los crímenes ocurridos durante el primer trimestre de 2009 se cometieron disparando cinco o más veces, lo que demuestra, según ellos concluyen que hay ensañamiento.
En Venezuela se sobrevive a una guerra. No se sabe por qué se pelea, pero hay muertos. Homicidios. A tiros caen no menos de 30 venezolanos cada día en todo el país, según el promedio de las cifras de la Dirección de Estadísticas del Cuerpo de Investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas. Hay ríos de sangre que dejan su huella en el asfalto, como una clara muestra de la violencia que crece e impulsa a la criminalidad. La rabia, el resentimiento y la impunidad son los ingredientes esenciales de ese coctel que alimenta a los asesinos que "trabajan" tranquilos en el país, refiere el abogado y criminólogo Javier Gorriño. "Estamos viviendo el clímax de la violencia. Hay una dosis importante de odio en la calle que empuja a los delincuentes a descargar sus cacerinas contra una persona que quizás no se resistió a entregar su carro, o celular o cartera. Antes ese tipo de crímenes ocurría porque había un móvil: El pasional, por ejemplo. Había rabia por alguna circunstancia, y esa rabia se liberaba de una forma mal encaminada. Y por eso se presentaba una saña contra la víctima. Luego se dio el fenómeno de los ajustes de cuentas o las venganzas. Ahora es distinto, mientras más cruel seas con tu víctima, ganas más prestigio dentro del grupo y del barrio entero. Y a eso le sumas que no tienen algún tipo de castigo por matar a alguien", advierte. De acuerdo con los estudios del Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Incosec), 60% de los crímenes ocurridos durante el primer trimestre de 2009 se cometieron disparando cinco o más veces, lo que demuestra, según ellos concluyen que hay ensañamiento, muchas veces gratuito, en contra de la víctima. Impunidad desbocada Para Gorriño el factor que más ha contribuido al recrudecimiento de la violencia es la falta de castigo. "Los maleantes operan tranquilos. Saben que no habrá consecuencias, así que actúan a sus anchas", dijo el criminólogo. En un informe de 2008 (aún se espera el de 2009) el Ministerio Público asegura que sólo 6% de los crímenes totales investigados -entre ellos los homicidios- llegan a juicio. Además de la falta de castigo, del odio que crece y se alimenta de la impunidad, del resentimiento que según Gorriño encuentra tribunal e impulso en el discurso y la polarización política, hay que sumar el casi inexistente control en el tráfico de armas que hay en la calle. Juan José Mendoza, presidente de la Comisión de Seguridad y Defensa de la Asamblea Nacional, reveló en 2009 el problema que padece Venezuela con la distribución de cualquier tipo de armamento. Según él, hay entre nueve y 15 millones de armas en manos de la población venezolana. En promedio, tres armas por hogar. Algunas soluciones El psiquiatra Roberto de Vries, puntualizó algunas propuestas en la conferencia que ofreció a funcionarios de Polimiranda en el marco de una serie de charlas que se imparten en esa institución. De Vries dijo que hay que entender la violencia como "patología del poder": las personas hacen daño dependiendo del poder que tienen en su entorno. Al quitarle el poder, se les desarma. Pero según indicó, no debe hacerse con más violencia. "Es necesario que el policía sea preventivo para evitar situaciones de violencia y cuando se presenten tratar de aliviarlas, no empeorarlas". Expresó que la idea es explicar cómo se puede desarrollar labor preventiva: "se puede curar o reparar a las víctimas de la violencia, una labor compleja, pero que ayuda a rescatar el capital social que precisamente es lo que necesitamos en el país", precisó De Vries. María Isoliett Iglesias EL UNIVERSAL
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