9/5/10

“A mí me van a liberar cuando Chávez diga que me suelten”


La juez María Lourdes Afiuni, encarcelada raíz de la fuga del banquero Eligio Cedeño es entrevistada hoy en el diario “El Nacional”.

Esposada y rodeada por guardias nacionales, sólo así recibe la luz del sol la jueza María Lourdes Afiuni cuando es trasladada desde el Instituto de Orientación Femenina, en Los Teques, hasta el Palacio de Justicia, lo cual ha ocurrido sólo cuatro veces desde el 17 de diciembre pasado cuando el Sebin (antigua Disip) la encerró en el penal. De resto, permanece en una celda de 2 x 3,5 metros, la misma en la que se desarrolla esta entrevista, y cuyas paredes fueron pintadas por los familiares de la jueza para borrar las manchas de sangre con las que las encontraron.

Afiuni es acusada de los delitos de abuso de autoridad, corrupción propia y favorecimiento para la evasión, y por eso la detuvieron el 10 de diciembre de 2009 tras haberle dado la medida de libertad bajo régimen de presentación al banquero Eligio Cedeño, que tenía más de dos años preso sin ser llevado a juicio.

Se trata del llamado caso Microstar, cuya causa giró en torno a la aprobación de más de 99 millones de dólares por parte de Cadivi para que esa empresa, propiedad de Gustavo Arráiz, importara computadoras. El operador cambiario fue el Banco Canarias, del que Cedeño era accionista mayoritario. Los señalaron, entre otros delitos, por contrabando, pues no nacionalizaron toda la mercancía.

­¿Recibió dinero por dictar la medida a favor de Cedeño?

­No; ni dinero ni llamadas ni amenazas. Dicté una medida cautelar ajustada a una resolución de la ONU que indica que luego de más de dos años sin juicio, Cedeño debía ser juzgado en libertad. No me arrepiento de lo que hice, lo volvería a hacer.

­¿No pensó en que Cedeño podía irse del país? ­

Tal vez peco de ingenua, pero pienso que si no me hubiesen detenido a los 15 minutos de haber dictado la decisión él no hubiese huido. La orden fue buscarlo vivo o muerto.

­¿No consideró las implicaciones políticas del caso Microstar ni las consecuencias de su decisión? ­

Al leer el expediente me percaté de que era un caso político y tomé mi decisión a sabiendas de que podían tomar represalias, de que probablemente me iban a suspender y revisar mis cuentas bancarias. Lo que pasa es que no pude ni podré hacerme cómplice de las irregularidades de fiscales y jueces anteriores en el caso.

­¿Como cuáles? ­

Los allanamientos de varias sucursales del Banco Canarias se realizaron con una misma orden. Los testigos eran estudiantes de la Guardia Nacional, órgano que hizo los allanamientos. Se dijo que los dólares fueron depositados en una cuenta de Cedeño en el Bank of America, pero ese banco certificó que él nunca tuvo cuentas allí.

­¿Fue legal otorgar el régimen de presentación sin la presencia del fiscal del caso? ­

Claro que es legal porque lo que se hizo fue una revisión de la medida privativa de libertad y la Fiscalía tenía tres días para apelar. La fiscal Luisa Ortega Díaz miente descaradamente cuando dice que se celebró la audiencia preliminar sin los fiscales, porque en las audiencias preliminares la Fiscalía presenta la acusación. Entonces, cómo pude hacerla si no estaban. Ilegal fue lo que hicieron ellos porque cuando llegó el fiscal que era parte en el caso (Daniel Medina que, por cierto, fue secretario de mi tribunal) me mandó a detener sin tener ninguna orden. Me pusieron las mismas esposas que tenía Cedeño y me llevaron los mismos agentes de la Disip que lo habían traído a él al tribunal.

­¿Es verdad que la jueza que lleva su caso fue secretaria en su tribunal? ­

No. A Leidys Azuaje la conocía de verla en los pasillos. Era una compañera de trabajo. Lo que pasa es que ella no es juez titular ni provisional, sino suplente, y como se sabía que era obediente la colocaban en los casos que convenía. Ella tuvo el caso del prefecto Richard Blanco. Es más, el día que me detuvieron, ella no estaba de guardia. Me llevaron a su tribunal sin que hubiese un sorteo para ver en cuál juzgado me tocaba y de manera irregular sacaron el expediente de Microstar de mi tribunal y me anexaron en la causa de Cedeño. Luego me armaron un expediente separado y devolvieron el de Cedeño a mi tribunal.

¿Creía en el sistema de administración de justicia antes de su detención?

­Por lo menos en la de mi tribunal sí. Ahora pienso que el sistema murió el día que me detuvieron.

­¿Qué espera de la audiencia prevista para el 17 de mayo? ­

Espero pan, circo, esposas y quizás burka. Aunque el deber ser es que me dicten el sobreseimiento, creo que me van a pasar a juicio y me van a negar todas las solicitudes de cambio de lugar de reclusión.

­La fiscal general dijo que la recomendación de medicarla en lugar de trasladarla se debe a un informe médico en el que aconsejaron que vuelva al tratamiento que tenía en 2004 ¿Qué opina de eso?

­En 2004 fui tratada por alta frecuencia cardiaca debido a crisis de angustia. Se lo mencioné a los forenses. Lo que quieren es que me medique la psiquiatra del penal y yo he visto aquí mujeres babeándose después del tratamiento.

­¿Cuándo cree que va a quedar en libertad? ­

Cuando Chávez dé una cadena y diga que me suelten. ¿No fue en una cadena que pidió que me fusilaran y que subieran la pena máxima de 30 a 35 años? Azuaje está esperando órdenes. Nadie va a decidir hasta que Chávez no se los diga. Mi libertad tiene nombre y apellido: Hugo Chávez.

­¿Cómo es un día en prisión? ­

Las 24 horas del día estoy en esta celda. Nunca me sacan a tomar sol y no puedo ni ir a la iglesia del penal. Me levanto a las 5:00 am, me baño y me acomodo. A las 6:00 am vienen a contarnos. Desayuno con las compañeras de la celda de al lado, luego me quedo sola toda la mañana. El almuerzo también lo hago con ellas y vuelvo a quedar sola hasta el día siguiente porque ellas van a actividades que me están prohibidas por seguridad. La comida y la ropa limpia me la trae mi mamá. La TV que tengo sólo sintoniza el canal 8. Cuando me canso de verlo, leo o me quedo mirando las paredes. A veces lloro. La primera vez que lloré desde que empezó esto fue el 31 de diciembre a medianoche.

­¿Qué libro está leyendo?

Un mundo sin miedo, de Baltazar Garzón.

­¿Su vida corre peligro en el INOF? ­

Nadie puede garantizar mi vida. Una vez me estaba bañando y se metió una presa con un chuzo en la mano. Mis gritos se escucharon en todo el penal. Pensé que me iba a acuchillar. Otras internas me han gritado: “Estoy aquí por tu culpa”, “Mi marido está preso por culpa tuya” o “Te vamos a matar”. Aquí hay 14 presas que pasaron por mi tribunal.

­¿Se considera una presa política?

­Total y absolutamente, porque me detuvieron por liberar a un preso político, tal como lo dijeron los fiscales.

­¿Qué le dice a los demás presos políticos? ­

Que jamás imaginé lo duro, cruel y hostil que es ser preso político en este país. Que jamás debemos entregarnos y que la alternativa más rápida que tenemos es que en septiembre la oposición gane la mayoría en la Asamblea Nacional y se dicte una ley de amnistía.

­¿Cree que es objeto de un proceso judicial apegado a derecho? ­

Mi caso no puede llamarse proceso judicial porque las violaciones comenzaron desde la aprehensión. Lo legal sería que se dictara la nulidad de mi detención, que me suspendan de mi cargo y me investiguen, porque hasta ahora nadie me ha destituido y sigo siendo juez titular; por eso, ningún juez de primera instancia es competente para llevar el caso.

­¿Qué siente cuando la llevan esposada al Palacio de Justicia donde trabajó hasta diciembre? ­

No siento tristeza de tener que ir así a mi palacio. Lo que me da es risa ver el circo que montan.

­¿Cómo pasará el Día de las Madre? ­

Mi hija, de 18 años, y mi mamá, vendrán a visitarme.

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