Pedro Pablo Peñaloza
En su dramático relato -vía Twitter- del proceso de exhumación de los restos del Libertador, el Presidente confesó que en algún momento rogó a Cristo que resucitara al caraqueño inmortal.
"Cuánto quise que llegaras y ordenaras como a Lázaro: ¡Levántate Simón, que no es tiempo de morir!", escribió un emocionado comandante.
Ahora, imaginen por un instante que Jesucristo fuera como la Fiscal General de la República. Es decir, que se esmerara en hacer realidad todos los deseos del líder socialista. ¿Qué hubiera ocurrido si el redentor escuchaba esta súplica?
Pasado el susto (una cosa es pedir que un muerto se pare y otra muy distinta verle caminar), el jefe de Estado enfrenta la primera amenaza contra su liderazgo único en el PSUV.
Obligado por las circunstancias, emite un comunicado en este tenor: "venezolanos, sí, Bolívar vive, y por cierto... yo ratifico mi candidatura hasta 2021". Mensaje poco diplomático con destino a don Simón, que como es lógico llega reclamando la patria potestad sobre su hija.
Para evitar la ruptura, Chávez le ofrece a Bolívar tres opciones: ser suplente de Darío Vivas en la directiva del PSUV, asumir la candidatura a la AN por Tucupita o encargarse de la Secretaría de Relaciones del Alba con los países del sudeste asiático.
La negativa del prócer y su decisión de competir en 2012 por el Ejecutivo enciende la ira del titán de Sabaneta: "mantuano, viejo oligarca", le espeta al héroe para luego confesarse traicionado. "Bolívar se escribe con B de Baduel", dice el dignatario, que cierra melancólico: "Páez tenía razón".
La Asamblea Nacional, la Fiscalía y el Tribunal Supremo se pronuncian a favor del Primer Magistrado, que lanza en cadena esta amenaza: "Bolívar, ahora sí no te quedará ni un hueso sano, serás otra vez polvo". La defensora no ve en esas palabras incitación a la violencia.
Investigado por la Contraloría, Bolívar se declara perseguido político y busca cobijo en la Mesa de la Unidad. El movimiento genera suspicacias en la coalición opositora. "¿Será otro Arias Cárdenas?", se preguntan. Los antipolíticos recuerdan que Bolívar apoyaba el cese de los partidos, mientras Leopoldo y Capriles advierten: "el candidato de 2012 se define en primarias, aquí nadie tiene corona".
Vistas las reacciones de ambos bandos, el Libertador se declara ni-ni y se inscribe en PPT y... menos mal que Jesucristo no es como Luisa Ortega Díaz.
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