Montar un show con los restos de El Libertador es deleznable, inmoral y sencillamente repugnante. Pero el TteCnel Chávez Frías ha profanado mucho más que la tumba del Padre de la Patria y los venezolanos debemos tomar conciencia de ello, sin caer en la trampa de desviar nuestra atención de los serios problemas que confronta el país.
Para la Academia, Profanar es “tratar algo sagrado sin el debido respeto, o aplicarlo a usos profanos”. Una acepción más amplia nos dice que es “deslucir, desdorar, deshonrar, prostituir, hacer uso indigno de cosas respetables”. ¿Cuántas “cosas respetables” no ha deshonrado y prostituido este régimen militarista, autocrático y corrupto? ¿Cuántas cosas “sagradas” para la familia venezolana son ultrajadas por la acción de este gobierno putrefacto?
¿No es acaso la “Soberanía” algo sagrado? Así lo decían los militares antes que la alta oficialidad de la FAN se involucrara con la más obscena corrupción y asumiera la consigna “Patria, Socialismo o Muerte”. Que la Soberanía es sagrada lo aprendimos en “Moral y Cívica” siendo adolescentes pero este gobierno inmoral y carente de civismo patea esos valores cuando permite que funcionarios cubanos intervengan en áreas estratégicas, que el General Ramiro Valdez opere clandestinamente en Venezuela o que -menos clandestinas- operen bases de la narcoguerrilla colombiana en nuestro territorio. Se ha profanado la soberanía al endeudar la República, regalar el dinero de los venezolanos en el exterior o entregar concesiones mineras y petroleras.
Y no hablemos de Soberanía Alimentaria. Cuando niños aprendimos que la comida es sagrada, nos enseñaron a ser solidarios: “En el mundo hay mucha gente que pasa hambre, piensa en ellos antes de desperdiciar alimentos” dice aún mi madre! Y se hablaba con horror de las carencias “en el mundo” pues en Venezuela no había hambre, aunque había pobreza. Hoy en esta Venezuela –más empobrecida y minada por la desnutrición infantil- el gobierno ha permitido que miles de toneladas de alimento se pudran y abulten la riqueza personal de los burócratas del entorno presidencial. Para ellos la comida no es sagrada, mucho menos las necesidades del pueblo…Todo puede ser profanado por quien abusa del poder. Y para ocultar esta profanación, nada mejor que violar el sarcófago de El Libertador, su memoria, nuestro patrimonio.
Así se profana nuestra historia pero también al señalar como traidor a Páez mientras se idolatra a Maisanta o cuando se manipulan groseramente los símbolos patrios a favor de una parcialidad política. La historia es la esencia de nuestros valores culturales. Cuando los mercaderes profanaron el templo –según la historia bíblica- en realidad ultrajaron valores religiosos, violaron la intimidad espiritual de quienes los poseían. Es exactamente lo que han hecho el TteCnel Chávez Frías y su adulante camarilla cuando tergiversa la historia, agrede a la Iglesia, permiten que un grupo delincuencial presente con un fusil a nuestra sagrada Virgen, etc… De eso se trata, el régimen debe profanar todos los valores del pueblo venezolano. El “hombre nuevo” solo debe idolatrar al Profanador, quien todo lo puede. Ni la tumba de Bolívar escapa de su infinito poder, pretende ser una deidad. En realidad, se profana al sagrado pueblo venezolano pues en él reside la soberanía y todo le pertenece: su tricolor y todos los símbolos, sus valores religiosos y culturales, su historia y hasta su hambre le pertenece! Con ese pueblo tiene una cita pautada El Profanador este 26 de septiembre…
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