28/9/10

FRENTE INSTITUCIONAL MILITAR

BOLETIN DE NOTICIAS NRO. 133

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SE ARRIEZGO Y PERDIO

El contundente pronunciamiento del pueblo venezolano durante las elecciones parlamentarias del día de ayer 26 de Septiembre es un fuerte golpe para el Presidente Hugo Chávez quien se propuso medir sus fuerzas con miras a las elecciones presidenciales del año 2012. Así lo había manifestado cuando asumió la responsabilidad de cubrir con su paragua a un grupo de sus mejores conmilitones, algunos muy conocidos por sus graves acusaciones de corrupción administrativas, y dedicarse exclusivamente a la campaña electoral convirtiéndola en una acción plebiscitaria. Pues bien, dado que la sociedad democrática unidad obtuvo un 52% de la votación general, HUGO CHAVEZ PERDIO y deberá asumir su responsabilidad ante el pueblo venezolano que contundentemente le volvió a decir NO AL COMUNISMO CASTRO-CHAVISTA que ha tratado ilegalmente de imponer en nuestro país.

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Un gesto de valor cívico de nuestro pueblo

Por: Gral de Div. (Ej) Fernando Ochoa Antich

Esa historia de Venezuela mal contada, que nos presenta como un pueblo de exclusiva vocación militarista, olvida los diferentes gestos de valor cívico de los venezolanos a través del tiempo. Una visión somera de nuestro siglo XX, nos permite recordar decididas actitudes de responsabilidad ciudadana en momento cruciales de nuestra vida republicana: la Semana del Estudiante en 1928, el 14 de Febrero en 1936, él 30 de Noviembre en 1952 y el 23 de Enero en 1958. Esas heroicas fechas están unidas por un mismo ideal: establecer en Venezuela un régimen democrático, respetuoso de la libertad y de los derechos humanos. Hoy, los venezolanos iremos a votar masivamente. Justamente, por ser día de elecciones, creo justo recordar una de esas fechas heroicas que he señalado. Me refiero al 30 de Noviembre de 1952. Los venezolanos asistieron a las urnas con el firme objetivo de derrotar la naciente dictadura militar.

El teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la Junta Militar de Gobierno, había dado importantes pasos a objeto de convocar a elecciones, en 1952, para una Asamblea Nacional Constituyente, garantizando la presencia en dichos comicios de Acción Democrática y del Partido Comunista. La derecha militar, liderada por Marcos Pérez Jiménez, se oponía radicalmente a ese plan. Consideraba que había riesgos de perder el poder. Esa lucha interna en el régimen militar condujo al asesinato, el 13 de noviembre de 1950, de Carlos Delgado Chalbaud. Los delicados señalamientos que, con toda razón, hizo de inmediato la opinión pública, responsabilizando a Marcos Pérez Jiménez de ese asesinato, obligo a transformar la Junta Militar en una Junta de Gobierno, presidida por el doctor Germán Suárez Flamerich, y mantener la convocatoria a elecciones, pero sin las garantías democráticas ofrecidas.

De inmediato, se designó a Pedro Estrada como director de la Seguridad Nacional , iniciándose una política de represión en contra de los sectores de oposición. El 21 de octubre fue asesinado Leonardo Ruiz Pineda, Secretario General de Acción Democrática, en San Agustín del Sur. La oposición no se atemorizó. Dos estrategias políticas se enfrentaron: la de Rómulo Betancourt, que llamó a la abstención y la de Jóvito Villalba, que convocó a votar. El pueblo libremente interpretó que la segunda estrategia era la acertada. La primera demostración de su decisión la dio durante el mitin convocado por Jóvito Villalba y URD en el Nuevo Circo de Caracas. La asistencia fue impresionante. A las elecciones convocadas, el 30 de Noviembre, asistieron tres partidos: URD, COPEI y el Frente Electoral Independiente, en representación del régimen dictatorial. Los primeros resultados le dieron un arrollador triunfo a URD.

El primero de diciembre se suspendieron las informaciones sobre los resultados electorales y el 2 de diciembre el Alto Mando Militar firmó una acta disolviendo la Junta de Gobierno y designando al coronel Marcos Pérez Jiménez, presidente provisional de Venezuela. Laureano Vallenilla, convencido de la necesidad de darle una mayor legitimidad al nuevo régimen trató de que Vicente Grisanti, presidente del Consejo Supremo Electoral, y Juan Saturno Canelón, su vicepresidente, firmaran las actas falsificadas a objeto de reconocer el triunfo del FEI. Con firmeza, y en gesto que debe reconocerle la historia, se negaron a hacerlo. Vicente Grisanti, logró exilarse; Juan Saturno Canelón fue detenido. Héctor Parra Márquez fue designado ilegalmente presidente del CNE, con el fin de que dicha organización reconociera el fraude electoral.

Jóvito Villalba y la Dirección Política de URD, demostrando un valor cívico admirable, se negaron a reconocer el triunfo. Inmediatamente fueron detenidos y enviados al exterior. La mayoría de las Fuerzas Armadas e importantes sectores sociales respaldaron la decisión. El año siguiente, se reunió la Asamblea Nacional Constituyente, exclusivamente con miembros del FEI, independientes y algunos miembros de COPEI, que de inmediato fueron expulsados de dicho partido, y designaron a Marcos Pérez Jiménez, presidente constitucional de Venezuela. Todo parecía consumado. No era así. La falta total de legitimidad del régimen empezó a conspirar en contra de su estabilidad. Dentro de las Fuerzas Armadas, el importante grupo de oficiales que no estuvo de acuerdo con la decisión, empezó a organizarse. Fue el germen del golpe militar del 1° de Enero de 1958, del 23 de enero de 1958 y del fin de la dictadura. fochoaantich@hotmail.com.
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ESTADO ASESINO

El caso Brito es paradigmático: desprovisto de sus modestas propiedades se le redujo a la única que le sobraba: su vida. Y esa vida le fue expropiada por el poderoso para demostrarle a la sociedad que hemos vuelto a la ley de la selva, al imperio del garrote, a la tiranía de la fáctica brutalidad de la inhumanidad absoluta. Al reino animal de la vida pura, de la vida desnuda. Ya saldrán los analfabetos ilustrados, practicantes del marxismo leninismo del Siglo XXI, a defender este derecho del tirano a disponer de nuestras vidas, pues lo hace en nombre “del amor a la humanidad”. Y en el colmo de la ignorancia y la brutalidad intelectual dirán que lo hace para ponerle fin a la “alienación del sistema”. Lo cierto es que jamás en Venezuela, ni siquiera bajo las más horrendas dictaduras del pasado, un venezolano acaparó tal cúmulo de poder, aherrojó de manera más vil a la sociedad y encanelleció de manera más promiscua la voluntad de sus adherentes. Particularmente la de estos "pensadores" que se defienden de su inopia mental metiendo al racismo y al anti comunismo en un mismo saco. Antonio Sánchez García

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LOS UNIFORMADOS DE ROJO, ROJITO
Por: JOAQUIN CHAFFARDET

Los uniformes se utilizan para identificar a las personas con una institución, una profesión o con algún ente superior a su propia individualidad a la vez que diferenciarlas del resto de la sociedad. El uniformado no es él mismo, sino que ante todo es el ente que lo uniforma. El uniformado se sumerge en el grupo y pierde su identidad, pero a cambio se siente parte de un cuerpo superior que le da poder o prestigio, poder y prestigio que por lo general él no podría obtener por sí mismo. El uniforme hace que el sujeto se sienta protegido por el grupo o institución con que lo identifica el uniforme. Busca sentirse parte de ese grupo y derivar del mismo poder, prestigio y en muchos casos prebendas que de otra manera no podría obtener. El que se uniforma se somete voluntariamente a la autoridad del uniformador, renuncia a su independencia como persona. Es una renuncia total a su individualidad.

Todos los movimientos políticos totalitarios, especialmente los de corte militarista, han acudido al expediente de uniformar a sus seguidores. Así han existido las camisas pardas, los camisas negras, etc. En la versión del totalitarismo militarista doméstico son las camisas, chaquetas, corbatas, pantalones faldas, sostenes, calzoncillos, pantaletas y medias rojas rojitas. Llegándose al extremo de que hasta los efectivos de las fuerzas armadas, todos llevan una prenda de vestir roja rojita. Recuerdo que una vez me encontraba en una agencia bancaria en el CCCT y llegó un oficial, de unos 140 a 150 kilos de peso, una barriga de unos dos metros, con una bufanda roja, una franelilla roja, una especie de bolsa de hielo roja en la cabeza y las trenzas de las botas rojas. Todos los que estábamos allí haciendo cola no podíamos disimular la risa ante tal adefesio, que era todo un monumento al jalabolismo y a la ridiculez de los “militares” de hoy.

A la vez la imposición del uniforme que se hace a funcionarios públicos, de vestir de rojo cuando se encuentran en ejercicio de sus funciones, transforma a ese uniforme en un instrumento de extorsión y represión. Son múltiples las denuncias sobre la obligación que, de manera arbitraria y grotesca, se le ha impuesto a los trabajadores de numerosas instituciones del estado, incluido el CICPC, de vestir prendas rojas rojitas, so pena de destitución del cargo. Así como la obligación de acudir, debidamente uniformados a las manifestaciones y actos del PSUV. Quien rehúse vestir el uniforme es enemigo de la Robolución y por lo tanto execrado de las nóminas oficiales.

Cuando vemos en cadena o algunos de sus shows al Iluminado de Sabaneta, gordazo y rozagante [producto de la buena vida, una mejor papa y un billete resuelto], vestido de rojo rojito al punto de que parece un disfraz de carro de bomberos, además de producirme risa me da lástima como venezolano que el país esté representado por ese campeón de la chabacanería y la ridiculez. Y más ridículo, absurdo y tercermundista resulta una comparsa integrada por sujetos que ostentan cargos de ministros, diputados, concejales, alcaldes, presidentes de institutos autónomos, jueces, fiscales, generales, mariscales, etc., como unos mismos pendejos vestiditos de rojo, disfrazados de carro de bombero o de bombillos de burdel, que parece una definición más apropiada.

Y todo el chavismo, desde el que esta empatado en una Misión hasta el presidente-comandante de la gavilla, se uniforma de rojo para sentirse parte del poder y de un grupo paramilitar que les proporciona inmunidad para tropellar y agredir al resto de los venezolanos. Uno puede entender a algunos desequilibrados hormonales, como Rafael Ramírez o el gordo Barreto o Tarek William Saab, Isaías Rodríguez o Jesee Chacón, se pongan hasta calzoncillos Ovejita rojos rojitos, porque el rojo es el color de la pasión y ellos son por naturaleza son apasionados en sus afectos. Pero da pena ajena ver a unos viejos como Muller Rojas, José Vicente Rangel, García Ponce, y otros septuagenarios y hasta octogenarios, que para jalarle bolas a Chávez se visten de rojo rojito sin sonrojo alguno. ¡¡Que viejos tan rebolsas!!

Esta aberración tiene aristas más perversas que el simple jalabolismo y el deseo de participar en el festín del poder. Ese disfraz persigue, como en todos los regímenes totalitarios, la intimidación de la población Que los disfrazados pueden agredirlo a mansalva y que no tendrá donde acudir. Para muestra un botón: el director del CICPC, se viste de rojo y ha obligado a todo el personal de esa policía a vestir prendas rojas. Entonces, cómo el ciudadano atropellado por cualquier gavilla vestida de rojo va a ir a denunciarlos ante otro pelotón de individuos vestidos de rojo que están plenamente identificados con sus agresores. Cómo el que ha sido víctima de una invasión de su propiedad por parte de una turba de malvivientes vestidos de rojo va acudir ante una “autoridad” plenamente identificada con los mismos símbolos de los invasores.

El uniforme-disfraz rojo rojito es uno de tantos mecanismos implementados por quienes dirigen la política dictatorial, para excluir, separar, identificar e intimidar a la mayoría de venezolanos que no formamos parte de la comparsa totalitaria de jalabolas. La verdad es que cada vez que veo a esos diputados, alcaldes, concejales, ministros, militares y otros chupamedias vestidos de rojo rojito, como una ofrenda de amor a su comandante-presidente, me viene a la mente ese viejo dicho caraqueño que reza: “a caraota voy y no pierdo”.

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CON LA MUERTE DEL MONO JOJOY LAS INSIGNES FFAA DE COLOMBIA CONSIGUEN LA GLORIA AL DERROTAR DEFINITIVAMENTE A LA NARCO-CASTRO-CHAVISTAS GUERRILLAS DE LAS FARC; GRUPO DE BANDOLEROS QUE ASOTARON LA POBLACION COLOMBIANA DURANTE 5 DECADAS. PROEZA ESTA SEMEJANTE A LAS ACOMETIDAS POR LAS OTRORAS FAN DE VENEZUELA DE LOS AÑOS 60-70 CUANDO, EN POCO TIEMPO, DERROTARON A ESAS MISMAS FUERZAS NARCOS-GUERRILLERAS QUE OPERARON EN NUESTRO PAIS. FELICIDADES COLOMBIA.
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Populismo verde oliva

Por: JUAN CARLOS APITZ

El lanzamiento por Esteban al mercado electoral de su nuevo producto, la "Cédula del Buen Vivir", para realizar compras en los Abastos Bicentenario, seguido de la Proclama de Guerra a Muerte contra malandros y tierrúos por el general de Brigada, Antonio Benavides Torres, Jefe del Comando Regional Nº 5 de la Guardia Nacional Bolivariana, para quien "el destino final de un delincuente es ir a la cárcel o a estar bajo tierra"; demuestra que estamos ante un populismo militarista.

En este tipo de populismo resalta el exagerado personalismo, que hace deslizar al régimen hacia formas autoritarias que replican esquemas totalitarios de gobierno. En Venezuela estamos presenciando la vuelta del militarismo después de su derrocamiento hace décadas. Este nuevo militarismo se nos presenta tanto en la forma como en el contenido. En la forma, pues su discurso y gestión gubernamental está fuertemente saturada de lo militar, y en el contenido, ya que en la Constitución misma se consagra la participación activa de las FFAA en el desarrollo nacional, más allá del papel de garante de la independencia y soberanía de la Nación y su espacio geográfico. Todo ello cabalgando sobre el discurso y la postura antipolítica: contra los partidos políticos, contra los sindicatos, contra la Iglesia, contra los medios de comunicación social, contra los empresarios, etc., lo que es una contradicción pues el ejercicio de la política supone la exclusión de las armas; postura que podría devolvernos a la condición originaria de fusión del Estado con el Ejército, a partir de la cual las leyes no eran promulgadas sino sencillamente dictadas. Por ello, tomando en cuenta nuestros antecedentes históricos de personalismos y caudillismos, el militar en ejercicio de la representación política termina apropiándose arbitrariamente de la voluntad popular sólo que ahora montado sobre el discurso de la redención populista, distorsionando así a la democracia y sus instituciones, y deviniendo inevitablemente en autoritarismo.

Esto es lo que ha sucedido con el gobierno de Esteban. Efectivamente, a lo largo de estos casi doce años el país ha visto concentrar en la figura del Presidente los máximos poderes: el Legislativo, el Judicial, el Electoral, la Contraloría, la Defensoría del Pueblo, el Ministerio Público, los cuales han actuado siempre bajo sus designios, desvaneciéndose los obligatorios contrapesos públicos sin los cuales la democracia pierde su condición de tal. Pero además, el discurso presidencial se ha encargado de profundizar el déficit institucional, atacando y hostigando implacablemente a los factores que se le oponen y negándoles toda posibilidad de autonomía.

Ello nos permite concluir que Venezuela no vive hoy en una democracia, a pesar de que aún conserva sus instituciones, o mejor dicho cascarones, que la identifican. Estamos frente a un régimen que si bien no ha logrado fundir a la sociedad con el Estado en un solo cuerpo uniformado, tiene una clara vocación para hacerlo.

En conclusión, este populismo militarista se caracteriza por una vinculación directa entre el supremo líder (el Comandante-Presidente) y la sociedad, en menoscabo de la institucionalidad y la democracia. Contra el populismo verde oliva, vota este 26 de septiembre.

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91% de los homicidas no recibe castigo

Por: Fanny Reyes R.

Venezolanos indefensos frente al crimen y la impunidad. En el último año, 91% de los homicidios cometidos en Venezuela quedó impune, según cifras aportadas por el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV). Es decir, los responsables de acabar con la vida de 14 mil 556 ciudadanos siguen en la calle, sin recibir castigo alguno y ésta es una cifra que pica y se extiende en una Venezuela que, superando a muchos países en guerra, lleva acumulados más de 123.000 asesinatos en los últimos diez años. La impunidad resalta entre las causas expresadas en el informe presentado por el OVV, coordinado por el sociólogo Roberto Briceño-León, quien destaca que mientras se incrementa el número de homicidios, disminuye el de detenciones. Para muestra un botón: entre los años 1998 y 2009, 100.045 homicidios quedaron impunes, lo cual representa 81% de los casos. La corrupción en los cuerpos policiales es otro aspecto que guarda estrecha relación con el problema, ya que desde el alto gobierno se afirma que tanto policías como militares se encuentran implicados en 20% de los homicidios que ocurren en el país. A ello se suma que existan entre 9 y 15 millones de armas en manos de la sociedad civil, de acuerdo con los datos que maneja el Instituto de Investigaciones de Convivencia y Seguridad Ciudadana (Incosec). Roberto Briceño-León admite que las cifras que se manejan en el informe "Una década de Impunidad" son las más conservadoras por cuanto proceden de los reportes de la policía científica y no incluyen casos de averiguaciones, ni resistencia a la autoridad. Esto nos induce a pensar que también nos quedaríamos cortos al asegurar que más de 100.000 criminales están en la calle, dispuestos a delinquir, estimulados por la ausencia de castigo.

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Fuerza Armada vulnerada

Por: Capitan de Navio Gonzalo Merino Valeri.
La corresponsabilidad establecida en la Constitución Bolivariana de Venezuela, en su Artículo 326, reconoce la obligación del Estado y la sociedad civil en la defensa de nuestra propiedad soberana. El Estado debe coordinar esta responsabilidad en el marco de la Constitución, con el propósito de lograr su racionalidad. La manipulación de este concepto ha intentado justificar la integración civil armada, denominada "Milicia Bolivariana", en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB). La Constitución, en sus artículos 328, 329 y 330, es clara al definir la característica profesional militar de los integrantes de la Fuerza Armada, su composición (Ejército, Armada, Fuerza Aérea y Guardia Nacional), además de su responsabilidad exclusiva en las operaciones militares requeridas para la defensa de la nación, así como su independencia del proselitismo político. La participación de la Milicia en la defensa militar del Estado, dirigida con intereses proselitistas políticos, fractura la exclusividad de la responsabilidad constitucional del FANB, violando la característica de su estructura, funcionamiento profesional e independencia política, vulnerando su misión institucional y democrática.-

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