1/10/10

El golpe de Estado lo dio Correa.

Situación en Ecuador Septiembre 30 del 2010
Jaime Vintimilla *


En este día tan difícil para la democracia ecuatoriana debo manifestar con total objetividad lo siguiente:

En la mañana de hoy 30 de septiembre se enfrentó, en más de 7 provincias, una paralización de brazos caídos de un gran número de miembros de la policía nacional. Esta situación, como consecuencia, generó la inseguridad total, pues muchas ciudades como Quito y Guayaquil se quedaron sin resguardo policial. Lamentablemente en esta ausencia institucional hubo una serie de desmanes y asaltos a supermercados, transeúntes y bancos.

A media mañana, el Presidente Correa acudió al Regimiento Quito para conversar con los dirigentes de la paralización, desafortunadamente sin suerte, siendo agredido por gases lacrimógenos. Esta realidad le obligó a asilarse en el hospital de la policía nacional, pues tan solo hace una semana se sometió a una cirugía de la rodilla.

Es aquí cuando una protesta corporativa generada por el rechazo a ciertos artículos de la ley orgánica de servicio público toma otro matiz que ha sido utilizado por el gobierno para transformarlo en intento de golpe de estado, decretando incluso el estado de excepción.

Todavía más triste es el hecho que antes de la declaratoria del estado de excepción hubo una orden directa del gobierno de que todos los canales de TV y estaciones radiales se debían conectar con la televisión pública para que exclusivamente sea el centro de información. Considero que desde este medio día todos los medios de comunicación han sido secuestrados y la población recibe una única fuente de información: la oficial, pues estamos bajo la modalidad de una cadena indefinida, algo realmente insólito.

No creo que el presidente haya sido secuestrado ni que haya existido intento golpista, considero que ante la ola de protestas que se avecinaban, se ha encontrado el mecanismo perfecto para robustecer la figura del mandatario y vender la figura de la victimización y agresión, pues tengo pleno conocimiento que funcionarios públicos entran y salen, sin restricción alguna, del hospital donde se encuentra Correa.

Grave también es observar como desfilan por los medios públicos figuras políticas gubernamentales que se dedican a defender el orden constitucional, pero no se escuchan a las supuestas “voces golpistas”, ya que han pasado a segundo plano, porque sencillamente no existen.

No olvidemos que el artículo 165 de la Constitución dispone que es posible disponer la censura previa en la información de los medios de comunicación social con estricta relación a los motivos del estado excepción y a la seguridad del Estado. Pero esto no quiere decir cadenas mediáticas eternas.

Lamento que la democracia únicamente sea la electoral y que la legitimidad en el accionar nunca sea considerada ni en la OEA ni en la comunidad internacional, claro está, con ciertas excepciones.

Estoy seguro que así como los aeropuertos volvieron a la normalidad, el señor Correa regresará esta misma noche al Palacio de Carondelet, en calidad de héroe y defensor de la democracia.

Es muy triste que nadie advierta que con este show, con total seguridad justificará sus temores y demonios de golpismos y deberá apelar del despotismo, dejando de lado el estado constitucional de derechos y justicia que aparentemente nos gobierna.





* Miembro de la Red Latinoamericana y del Caribe para la Democracia

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