El zar de Sabaneta estuvo muy mansito antes de las elecciones, pero después del 26-S comenzó su arremetida, ahora aliñada con la rabia y el odio que le insufla el resultado de las elecciones… Era de esperarse.
La primera víctima fue Agroisleña, ya vendrán muchas… Hay que descalabrar lo que queda del aparato productivo. El propósito es sembrar la miseria, ya lo dijo Giordani: “la pobreza nos favorece”[1]
Los que defienden la ilegal medida contra Agroisleña aducen que ésta vendía los fertilizantes con sobreprecios astronómicos (VTV dixit). Aunque fuera cierto, la ley no contempla la expropiación[2], sólo permite multa y cierre temporal, o definitivo por reincidencia (si me equivoco, que algún abogado me corrija). Por cierto: muchas de las expropiaciones no llegan a la propiedad del Estado, se las quedan los que ejecutan la expoliación.
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