Resumo: el M2D le tira una andanada comparable con una bomba atómica. Carlos Blanco le descarga su artillería pesada dominical, pero esta vez con cargas de profundidad. Henry Ramos le encaja su mortaja. El general Peñaloza le da un carajazo comparable a una cachetada enguantada. Como cuando lo retara a duelo con sendas pistolas en su despacho y el héroe del Museo Militar se fuera chorriado con la cola entre las piernas. Todo ello, unido a los artículos de opinión de todos los medios nacionales, impresos y de los otros, fortalece una matriz de opinión que no la soporta ni Hulk, el hombre increíble.
A Chávez le sucede lo que al Muro de Berlín: se derrumba solito. Es el golpe que viene, estrictamente endógeno, constitucional y pacífico. Cuelga de un moco. Llegará el día en que un soplido lo avente del escenario.
Luis Fernández Moyano
EL GOLPE QUE SE AVECINA
No hay que ser un profeta del desastre ni un adivino: basta leer la prensa de este domingo 28 de noviembre para verse inundado por los apocalípticos signos de los tiempos. Estamos a las puertas de un cambio de rumbo tan cataclísmico como el del 23 de enero del 58 y los que precedieron los tres golpes de la conspiración cívico militar de los noventa: el Caracazo, las intentonas del 4F y del 27N y el defenestramiento constitucional de Carlos Andrés Pérez.
En otras palabras: este régimen no aguanta más. Se desfonda por cadena nacional, en vivo y en directo. Lo repudian los sectores populares que están pagando la culpa de los desafueros e incompetencias del militarismo ultra izquierdoso reinante – hambre, carestía, cesantía, luz, agua, transportes, salud, inseguridad, lluvias y deslaves -; todos los partidos políticos con excepción de los lambucios que medran y parasitan al amparo de las botas gobernantes – PSUV, PCV y otras agrupaciones de chupamedias oficialistas condenados al aplastamiento, la cárcel y la desaparición en cuanto salga el sol de la Libertad-; todos los gobiernos democráticos de la región, que se lo calan porque no les queda más remedio; incluso el Secretario General de la OEA, que debe tener su glándulas reproductoras súper hinchadas de tanta verborrea presidencial; desde luego el Senado español, que lo tiene sentado en la picota; los colombianos, que lo tienen agarrado de las mismas glándulas y no las soltarán hasta hartarse de tanto cobrar. Y last but not least: los sectores decentes y honorables de nuestras fuerzas armadas, que deben estar hasta la mismísima cachucha de tanta humillación, desprecio y deshonra.
En pocas palabras: este régimen está solo, sin más ayuda que el de los vampiros cubanos, que no quieren soltar al mecenas y se le aferran como sanguijuelas. Son los Hnos. Castro tan chupasangres, chulos y parasitarios, que cuando el Supremo expire el último suspiro le entrarán como gusanos a sus despojos. Competirán con los otros parásitos en su feroz y encarnizada lucha por agarrar alguito: Evo, Rafael, Daniel y la viuda. A Chávez le sucede lo que al Muro de Berlín: se derrumba solito. Es el golpe que viene, estrictamente endógeno, constitucional y pacífico. Cuelga de un moco.
Resumo: el M2D le tira una andanada comparable con una bomba atómica. Carlos Blanco le descarga su artillería pesada dominical, pero esta vez con cargas de profundidad. Henry Ramos le encaja su mortaja. El general Peñaloza le da un carajazo comparable a una cachetada enguantada. Como cuando lo retara a duelo con sendas pistolas en su despacho y el héroe del Museo Militar se fuera chorriado con la cola entre las piernas. Todo ello, unido a los artículos de opinión de todos los medios nacionales, impresos y de los otros, fortalece una matriz de opinión que no la soporta ni Hulk, el hombre increíble.
Chávez, señoras y señores, está caído. Que se respalde en el espantapájaros de Miss Golilla y compre la asesoría de un Galés troskista que conoce tanto de Venezuela como yo de Júpiter, demuestra que ni siquiera le sirven los coprófagos de su talibanismo.
Es cuestión de tiempo. Está viviendo los descuentos. Que se vaya comprando la parcela.
A Chávez le sucede lo que al Muro de Berlín: se derrumba solito. Es el golpe que viene, estrictamente endógeno, constitucional y pacífico. Cuelga de un moco. Llegará el día en que un soplido lo avente del escenario.
Luis Fernández Moyano
EL GOLPE QUE SE AVECINA
No hay que ser un profeta del desastre ni un adivino: basta leer la prensa de este domingo 28 de noviembre para verse inundado por los apocalípticos signos de los tiempos. Estamos a las puertas de un cambio de rumbo tan cataclísmico como el del 23 de enero del 58 y los que precedieron los tres golpes de la conspiración cívico militar de los noventa: el Caracazo, las intentonas del 4F y del 27N y el defenestramiento constitucional de Carlos Andrés Pérez.
En otras palabras: este régimen no aguanta más. Se desfonda por cadena nacional, en vivo y en directo. Lo repudian los sectores populares que están pagando la culpa de los desafueros e incompetencias del militarismo ultra izquierdoso reinante – hambre, carestía, cesantía, luz, agua, transportes, salud, inseguridad, lluvias y deslaves -; todos los partidos políticos con excepción de los lambucios que medran y parasitan al amparo de las botas gobernantes – PSUV, PCV y otras agrupaciones de chupamedias oficialistas condenados al aplastamiento, la cárcel y la desaparición en cuanto salga el sol de la Libertad-; todos los gobiernos democráticos de la región, que se lo calan porque no les queda más remedio; incluso el Secretario General de la OEA, que debe tener su glándulas reproductoras súper hinchadas de tanta verborrea presidencial; desde luego el Senado español, que lo tiene sentado en la picota; los colombianos, que lo tienen agarrado de las mismas glándulas y no las soltarán hasta hartarse de tanto cobrar. Y last but not least: los sectores decentes y honorables de nuestras fuerzas armadas, que deben estar hasta la mismísima cachucha de tanta humillación, desprecio y deshonra.
En pocas palabras: este régimen está solo, sin más ayuda que el de los vampiros cubanos, que no quieren soltar al mecenas y se le aferran como sanguijuelas. Son los Hnos. Castro tan chupasangres, chulos y parasitarios, que cuando el Supremo expire el último suspiro le entrarán como gusanos a sus despojos. Competirán con los otros parásitos en su feroz y encarnizada lucha por agarrar alguito: Evo, Rafael, Daniel y la viuda. A Chávez le sucede lo que al Muro de Berlín: se derrumba solito. Es el golpe que viene, estrictamente endógeno, constitucional y pacífico. Cuelga de un moco.
Resumo: el M2D le tira una andanada comparable con una bomba atómica. Carlos Blanco le descarga su artillería pesada dominical, pero esta vez con cargas de profundidad. Henry Ramos le encaja su mortaja. El general Peñaloza le da un carajazo comparable a una cachetada enguantada. Como cuando lo retara a duelo con sendas pistolas en su despacho y el héroe del Museo Militar se fuera chorriado con la cola entre las piernas. Todo ello, unido a los artículos de opinión de todos los medios nacionales, impresos y de los otros, fortalece una matriz de opinión que no la soporta ni Hulk, el hombre increíble.
Chávez, señoras y señores, está caído. Que se respalde en el espantapájaros de Miss Golilla y compre la asesoría de un Galés troskista que conoce tanto de Venezuela como yo de Júpiter, demuestra que ni siquiera le sirven los coprófagos de su talibanismo.
Es cuestión de tiempo. Está viviendo los descuentos. Que se vaya comprando la parcela.
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