Para ciertos historiadores el primer movimiento revolucionario en contra de los españoles lo dieron los indios Quiriquires, inaugurando el noviembre de 1600. Y durante diecisiete años mantuvieron bajo absoluto dominio la importante población zuliana de Gilbraltar.
El 8 de ese mes de 1823 se produce lo que consideran Día de la Independencia, cuando José Antonio Páez tomó Puerto Cabello y liquidó el restante reducto realista. Para el cronista porteño, Asdrúbal González, debe ser declarado de Fiesta Nacional.
Cronológica y concretamente en la IV República, este penúltimo mes del año registra unos diez casos relacionados con la conquista del poder, entre las cuales contamos los clásicos golpes de estado, incluidos algunos insólitos. Recuérdese el llamado golpe frío que derribó el gobierno democráticamente electo por primera vez; y el que frustró un comandante desde su prisión por golpista, quien llegado constitucionalmente a la Presidencia, promueve desde allí acciones golpistas contra la voluntad popular para mantenerse en el mando.
Golpe seco denominan el desconocimiento por Marcos Pérez Jiménez, del triunfo de Unión Republicana Democrática en elecciones del 30 de noviembre de 1952 para Asamblea Constituyente.
Una llamada Revolución Legalista, depuso el día 7 del citado mes 1892, al presidente civil Raimundo Andueza Palacio y dio el mando al general Joaquín Crespo.
En Noviembre, además, suceden muertes de presidentes en ejercicio. El día último de 1878, falleció en La Guaira por causa de afección bronquial, padecida en mitad de su período de dos años, el general Francisco Linares Alcántara. En el fatídico 13 fue víctima de magnicidio el comandante Carlos Delgado Chalbaud, presidente de la junta militar que derrocó pacíficamente a Rómulo Gallegos.
Con quien inauguró la elección popular democrática se impuso la ambición militar, justificada en predominio del poder de Acción Democrática. Lo hicieron quienes elevaron ese partido al Poder, después de derrocar al general civilista democrático Isaías Medina Angarita.
El 27 noviembre 1992 ocurrió la segunda asonada contra Carlos Andrés Pérez, quien tuvo como principal aliado para combatirlo al líder del primer intento. La alocución grabada desde su prisión la dirigió por el entonces canal del Estado (VTV), y puso fuera gran parte del respaldo civil y militar.
“El sólo hecho de haber salido en TV el comandante Chávez Frías, era razón suficiente para haber abortado el golpe”, escribió en libro el contralmirante Hernán Gruber Odreman”, jefe del movimiento.
En bazar de golpes se convirtió este mes. Bueno sería, en lo que respecta a Venezuela, se hiciera valedera la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas, que proclamó al 16 de noviembre Día Internacional para la Tolerancia. Los Jefes de Estado y de Gobierno “reafirman su compromiso de fomentar el bienestar, la libertad y el progreso de los seres humanos en todas partes, así como de alentar la tolerancia, el respeto, el diálogo y la cooperación entre diferentes culturas, civilizaciones y pueblos”.
NOTA MARGINAL: La ética y moral de los venezolanos no debe ser menospreciada con la charlatanería presidencial dada en lenguaje inapropiado para nuestros niños y adolescentes, cuya protección ordena la Constitución vigente. Basta que abuse con cadenas de radio y tv para pasar línea política a sus lacayos; y bien el criterio editorial de los medios de comunicación impresa que no le da el despliegue de antes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario