A mí me da mucho gusto conducir esta revolución bolivariana porque hago lo que me da la gana, dispongo de lo que sea, todo el mundo me rinde pleitesía y hasta los escuálidos se cuidan de no acusarme directamente.
Ahora se han dado a la tarea de acusar de golpistas a los generales Benavides Torres y Rangel Silva y a mí me sacan del paquete.
No se dan cuenta que fui yo quien dije en mi Aló Golpista del 31/10 que si se produce algún descalabro electoral en el 2012 y se trata de acabar con todo lo que huela a Chávez y sus FAN, los militares se alzarían.
Y el general Benavides Torres lo ratificó: ¡No volverán!
Pero el asunto no quedó ahí. Mi discurso tiene continuación en las palabras del general Henry Rangel Silva, jefe del Comando Estratégico Operacional (COE), cuando señala que un gobierno de la oposición sería vender al país y eso no lo va a aceptar la gente, la FAN o el pueblo menos.
Yo quiero decir que este alto y valiente oficial cuenta con mis mayores afectos por su franqueza. Es un general que como el mismo dice no tiene lealtades a medias sino completas hacia un pueblo, un proyecto de vida y su comandante en jefe.
Su síntesis es muy clara. Está casado con este proyecto de país, con la revolución y conmigo por ser el Jefe Único (UN, 08/11/10, p.20)
Y es por esto que se le ataca de manera feroz. En este sentido, muchos enemigos del régimen se hacen eco de las miserables acusaciones que le formula el narcotraficante Walid Makled en entrevista de RCN TV por haberle encubierto supuestas actividades de narcotraficante.
Quieren arrastrarlo a él y de paso a mí por el mismo cacho.
Yo, simplemente, le doy la pauta a mis generales y ellos me las copian y cumplen, tal y como manda la revolución. Por ello salgo y saldré a darles vivas.
Porque yo no estoy improvisando. Actúo golpistamente bajo la dirección de Fidel Castro para el supuesto negado de un descalabro en el jueguito electoral que tenemos montado.
Y ante esta actitud de insolencia, desparpajo y violencia, se impone preguntar sobre las razones por las cuales se ha puesto la conducción de este expaís en manos del generalato.
¿Por qué el GP hoy no amenaza con aplastar a los escuálidos con los comandos populares y comunales? ¿Hay algún real temor por un eventual triunfo de las oposiciones en diciembre del 12?
A esta hora no es posible negar que el apoyo al régimen y a su jefe único no tienen la pegada de años atrás.
Y a la vez, los enfrentamientos grupales en esa organización ponen de manifiesto, por ejemplo, acciones de los radicales contra los boliburgueses a quienes acusan de corruptos, burócratas, ineficientes y hasta de enemigos de la "revolución" y simples aprovechadores de la renta petrolera
A este panorama se agrega el alejamiento cada vez mayor de lo que hasta ahora se calificó como el soberano. Una situación que el régimen tiene prevista y por la cual desarrolla cada vez más la táctica de la inversión para la compra-venta de apoyo a la revolución.
Está claro para la dirección venecubana que rige este proceso, que carece de otros recursos para ejercer el control de la población.
Es la compra-venta o la aplicación del expediente de la intimidación-miedo-temor-angustia-terror. Algo propio de los regímenes autoritario-totalitarios que hacen de la fuerza-imposición su arma fundamental de lucha.
Se supone que por esta vía el régimen dispone de una militancia comprada, vigilada y programada para cumplir con el respectivo apoyo a un proceso que no le corresponde pero que le ha alquilado su conciencia dándole a cambio algunos beneficios para la sobrevivencia.
No se entiende, en consecuencia, que el régimen pueda sentir inseguridad ante los resultados electorales de Dic-12, dado que contará, además, con la ya bien aceitada maquinaria para el fraude-trampa.
Por todo esto, cuando el GP le da curso a este montaje golpista lo hace como previsión o para apuntalar la creencia de que el voto por la llamada revolución librará a Venezuela de toda violencia.
Por ello, votar por el GP en el 12 equivaldría a votar por la estabilidad y apego a la "revolución democrática". ¡Seis años más de gloria!
En otras palabras: o mi comandante en jefe, o un golpe que quite del camino a quien intente sacarlo del poder.
Y ante este cuadro, los voceros de las oposiciones, en forma unísona, expresan que el jefe del CEO actuó de manera inconstitucional al declarar que la FAN está al servicio de un proyecto y su jefe.
Olvidan, una vez más, que estamos ante un régimen totalitario que se cubre hoy con el manto de la pluralidad democrática y con la vigencia de una constitución que ha sido objeto de algunas violaciones.
Pero en la práctica llegamos a la condición de expaís, exestado y ex república. Una realidad en la cual pesa de manera determinante tanto la acción oficialista como la acción de las oposiciones.
Ahora se han dado a la tarea de acusar de golpistas a los generales Benavides Torres y Rangel Silva y a mí me sacan del paquete.
No se dan cuenta que fui yo quien dije en mi Aló Golpista del 31/10 que si se produce algún descalabro electoral en el 2012 y se trata de acabar con todo lo que huela a Chávez y sus FAN, los militares se alzarían.
Y el general Benavides Torres lo ratificó: ¡No volverán!
Pero el asunto no quedó ahí. Mi discurso tiene continuación en las palabras del general Henry Rangel Silva, jefe del Comando Estratégico Operacional (COE), cuando señala que un gobierno de la oposición sería vender al país y eso no lo va a aceptar la gente, la FAN o el pueblo menos.
Yo quiero decir que este alto y valiente oficial cuenta con mis mayores afectos por su franqueza. Es un general que como el mismo dice no tiene lealtades a medias sino completas hacia un pueblo, un proyecto de vida y su comandante en jefe.
Su síntesis es muy clara. Está casado con este proyecto de país, con la revolución y conmigo por ser el Jefe Único (UN, 08/11/10, p.20)
Y es por esto que se le ataca de manera feroz. En este sentido, muchos enemigos del régimen se hacen eco de las miserables acusaciones que le formula el narcotraficante Walid Makled en entrevista de RCN TV por haberle encubierto supuestas actividades de narcotraficante.
Quieren arrastrarlo a él y de paso a mí por el mismo cacho.
Yo, simplemente, le doy la pauta a mis generales y ellos me las copian y cumplen, tal y como manda la revolución. Por ello salgo y saldré a darles vivas.
Porque yo no estoy improvisando. Actúo golpistamente bajo la dirección de Fidel Castro para el supuesto negado de un descalabro en el jueguito electoral que tenemos montado.
Y ante esta actitud de insolencia, desparpajo y violencia, se impone preguntar sobre las razones por las cuales se ha puesto la conducción de este expaís en manos del generalato.
¿Por qué el GP hoy no amenaza con aplastar a los escuálidos con los comandos populares y comunales? ¿Hay algún real temor por un eventual triunfo de las oposiciones en diciembre del 12?
A esta hora no es posible negar que el apoyo al régimen y a su jefe único no tienen la pegada de años atrás.
Y a la vez, los enfrentamientos grupales en esa organización ponen de manifiesto, por ejemplo, acciones de los radicales contra los boliburgueses a quienes acusan de corruptos, burócratas, ineficientes y hasta de enemigos de la "revolución" y simples aprovechadores de la renta petrolera
A este panorama se agrega el alejamiento cada vez mayor de lo que hasta ahora se calificó como el soberano. Una situación que el régimen tiene prevista y por la cual desarrolla cada vez más la táctica de la inversión para la compra-venta de apoyo a la revolución.
Está claro para la dirección venecubana que rige este proceso, que carece de otros recursos para ejercer el control de la población.
Es la compra-venta o la aplicación del expediente de la intimidación-miedo-temor-angustia-terror. Algo propio de los regímenes autoritario-totalitarios que hacen de la fuerza-imposición su arma fundamental de lucha.
Se supone que por esta vía el régimen dispone de una militancia comprada, vigilada y programada para cumplir con el respectivo apoyo a un proceso que no le corresponde pero que le ha alquilado su conciencia dándole a cambio algunos beneficios para la sobrevivencia.
No se entiende, en consecuencia, que el régimen pueda sentir inseguridad ante los resultados electorales de Dic-12, dado que contará, además, con la ya bien aceitada maquinaria para el fraude-trampa.
Por todo esto, cuando el GP le da curso a este montaje golpista lo hace como previsión o para apuntalar la creencia de que el voto por la llamada revolución librará a Venezuela de toda violencia.
Por ello, votar por el GP en el 12 equivaldría a votar por la estabilidad y apego a la "revolución democrática". ¡Seis años más de gloria!
En otras palabras: o mi comandante en jefe, o un golpe que quite del camino a quien intente sacarlo del poder.
Y ante este cuadro, los voceros de las oposiciones, en forma unísona, expresan que el jefe del CEO actuó de manera inconstitucional al declarar que la FAN está al servicio de un proyecto y su jefe.
Olvidan, una vez más, que estamos ante un régimen totalitario que se cubre hoy con el manto de la pluralidad democrática y con la vigencia de una constitución que ha sido objeto de algunas violaciones.
Pero en la práctica llegamos a la condición de expaís, exestado y ex república. Una realidad en la cual pesa de manera determinante tanto la acción oficialista como la acción de las oposiciones.
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