No he estado nunca realmente preso. Pasé tres días en un calabozo en Maracaibo, en vísperas de la caída de Pérez Jiménez, por estar repartiendo volantes contra el dictador. Ya en esos días, sin embargo, los miembros de la Seguridad Nacional estaban más preocupados por salvar sus pellejos que en torturar o humillar. No sufrí más que una incomodidad pasajera. A los tres días me dejaron ir.
Por ello no puedo calibrar el verdadero horror de la cárcel, el estar preso día trás día, sin poder llevar una vida normal. No poder hacer las cosas que todos los seres humanos consideran natural: pasear por un parque, ir a un cine, hablar con los amigos, disfrutar del hogar, se me antoja una privación muy cruel. Es por ello que a los criminales no los condenan con frecuencia a la pena de muerte sino a cadena perpetua. Deberán estar encerrados durante toda su única vida. No es eso un castigo horroroso, hasta peor que la muerte?
Hago estas reflexiones recordando a mis compatriotas presos hoy por el sadismo, el deseo de venganza, el resentimiento de la pandilla de malhechores que ha tomado el control del país. Pienso en ellos y ellas y me indigna pensar que estén separados de sus familiares porque un paracaidista ignorante y rapaz así lo quiere.
En efecto, el estar preso es terrible pero peor es estar preso sin fórmula de juicio, en base a los deseos de una persona. El peso de la injusticia es aún mayor que la privación de la libertad.
Mientras el paracaidista come y ríe, mientras se prueba los trajes que se manda a a hacer a montones, mientras se va de compras con los dineros del pueblo o de viaje en su airbus adquirido ilegalmente, la juez Afiuni, Alejandro Peña Esclusa, los comisarios y las docenas de presos políticos que nunca han tenido tenido el tratamiento legal al cual tenían derecho, permanecen privados de su libertad y del derecho fundamental que tienen los seres humanos a vivir en libertad.
Yo protesto contra el ignorante déspota y su pandilla por este abuso de poder que se comete contra ciudadanos venezolanos. En toda ocasión pública que tenga en el hemisferio, denunciaré a este sátrapa, Hugo Chávez, por estos crímenes injustificados e injustificables contra los derechos humanos de mis compatriotas.
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