Una información publicada por el periodista Mike Rogoway en el diario “The Oregonian”, en Oregón, Estados Unidos el 3 de febrero pasado, revela que la Corte del Distrito de Connecticut le congeló todos los bienes al banquero venezolano Francisco Illaramendi, por una demanda que en su contra interpuso la SEC -Securities and Exchange Comission- (ComisiónNacional de Valores de EEUU).
La SEC acusó a Illaramendi de transferir de forma irregular los fondos de la firma financiera que maneja, a su cuenta personal. Pero lo más grave que es revelado en el artículo de “The Oregonian”, es que PDVSA estaría en conversaciones para financiar con 5 millones de dólares, a la empresa NuScale, que está desarrollando un nuevo reactor tecnológico para plantas nucleares, y que enfrenta serios problemas económicos. El financiamiento se haría preciamente a través del Grupo Kenwood que es el que maneja Illaramendi.
Los recursos de los dos fondos que Illaramendi ha manejado a través de Kenwood, -casi 600 millones de dólares- pertenecen en casi su totalidad al fondo de pensiones de trabajadores y jubilados de Pdvsa.
La demanda de la SEC contra Illaramendi, según lo explica el periodista Rogoway, fue por trasladar a su cuenta personal, 53 millones de dólares provenientes de fondos de inversión.
En medio del juicio por la demanda de la SEC a Illaramendi, el juez federal acordó que la fábrica nuclear NuScale sí puede recibir los 5 millones de dólares provenientes de PDVSA a través de la empresa financiera Kenwood para su financiamiento. Lo que está en vilo hasta ahora, son los recursos que pertenecen a los trabajadores de PDVSA y que constituyen su fondo de pensiones, pues con esto es que se estaría financiando a la empresa NuScale.
Pero ¿Quién es Francisco Illaramendi? Este personaje maneja financieramente el Fondo de Pensiones de PDVSA desde el año 2006. Illaramendi perteneció dentro de PDVSA al clan de Luis Marín y José Rojas, éste último ubicado en la corriente deJorge Giordani y Rafael Isea. En el año 2004, el teorero de Citgo, Acacio Rodríguez, se negó a una orden de Luis Marínprecisamente, de apoderarse de 500 millones de dólares de los Fondos de Pensiones de los empleados de la industria para invertirlos en Notas Estructuradas a través de un financista avalado por Marín. En esa oportunidad, el tesorero Rodríguez envió una carta de opinión técnica a la plana mayor de Citgo y PDVSA, incluyendo a José Rojas, a objeto de expresar el por qué de la improcedencia e ilegalidad.
Marín y Rojas deciden entonces destituir a Acacio Rodríguez y simultáneamente, asignan a Illaramendi a una oficina en Nueva York creada con el fin de manejar los fondos financieros internacionales de PDVSA, incluyendo los fondos de pensión que Acacio Rodríguez se había negado a entregar. Illaramendi en cambio sí hizo uso de los fondos de pensiones y los resultados están a la vista en una Corte de los Estados Unidos, y sirviendo de financiamiento a una empresa nuclear.
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