Ayer eran rojitos, hoy lloran su desventura
Los trabajadores de la antigua empresa Cerámicas Carabobo aplaudieron cuando Hugo Chávez tomó el control por asalto. Los 130 trabajadores dijeron sentirse complacidos de que la empresa fuera capturada por el régimen. Eso fue hace dos años. Hoy están desesperados, no aguantan la situación, dicen estar “en caos”. No cobran, no hay trabajo. Dicen que antes estaban mejor, cuando la empresa era privada.
Tarde pían estos pajaritos. Demagogicamente se pusieron al lado del régimen. No sabían lo que tenían hasta que lo perdieron. Ahora le suplican a Chávez “que los vaya a ver", o que mande al chino Kahn o a Nicolás Maduro para “que les resuelva su problema”.
No se dan cuenta de que lo que les pasa no es “su problema”. El problema es el régimen y la cobardía de quienes se le enregan. Es el resultado del mismo oportunismo. Creyeron que estarían “mejor” con el déspota. Ahora tendrán que seguir pelando un cable, como todos los trabajadores de las empresas de Guayana, en caos total por los abusos del régimen y la irresponsabilidad gerencial y sindical.
Ahora estan y que “tomando” la sede de la CVG en Guayana y amenazan con huelgas de hambre. Lloran como niños lo que no supieron defender como adultos.
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