Fueron miles de trabajadores, acompañados en una alianza natural por cientos de estudiantes. También acudieron muchos ciudadanos convocados por las organizaciones políticas democráticas. Otra alianza natural y legítima. Nadie estaba “uniformado”. Nada era “unicolor”. Lo que se veía era la variedad multicolor y la pluralidad propia del venezolano y de la democracia. Unos pocos cientos llegaron ayudados en algún tipo de transporte porque venían de lejos, como un grupo de unos 40 estudiantes de la UDO desde Ciudad Bolívar y algunos grupos que se juntaron en camiones y venían desde barriadas de San Félix, pero el 90% o más llegó al sitio de concentración frente al polideportivo Venalum o se incorporó en algún punto de la larga ruta de 6 kilómetros por sus propios medios, por su voluntad de estar allí.
Hay que recordar y no perder de vista, que la marcha fue pensada, organizada y convocada por un numeroso grupo de dirigentes sindicales y activistas laborales. Gente que ha venido encontrándose y confluyendo a lo largo de mucho tiempo en luchas por los derechos sindicales y la defensa de las conquistas de los trabajadores. Incluso viniendo desde posiciones político-sindicales distintas. Y han venido sumando y sumando. No debe olvidarse que era y fue una marcha para potenciar la lucha por la autonomía sindical, por enfrentar el plan gubernamental de debilitar a los sindicatos y liquidar progresivamente derechos como los contratos colectivos. Con la especial consigna contra la criminalización de la protesta y por la libertad plena de luchadores sociales presos como Carlos Chancellor, William Saud, Rubén González y el cese de la persecución e imputaciones a los mineros de Venrus, a los 62 sidoristas, a los 5 de SutraCVG, a los delegados de prevención de FMO y Sidor, a los trabajadores de planta de pellas y a los de Orinoco Iron, entre otros.
A la marcha vinieron unos cuantos dirigentes sindicales y luchadores de otras regiones, vinculados a Solidaridad Laboral y otras organizaciones, Gente de Polar, de la federación petrolera, de las bebidas o del sector eléctrico. Los que organizaron marchas similares en Caracas y Valencia en las semanas previas. Es parte del esfuerzo para dar fuerza orgánica a la unidad de muchas organizaciones sindicales por la autonomía. Podrían haber venido más pero esta es una organización que no usa los dineros públicos, los del estado, como la oligarquía roja que gasta cientos de millones del presupuesto de ministerios y empresas del estado para sus actos partidistas.
También acudieron muchos diputados de la MUD, dando muestra de su compromiso con la lucha democrática y por el progreso. Eso es ganancia para todos porque significa que los derechos de los trabajadores tienen aliados en la Unidad Democrática. Además de “los del patio” como Andrés Velásquez y Américo De Grazia (con años de ser parte de las luchas de los trabajadores) estuvieron Miguel Ángel Rodríguez, María Corina Machado, Ismael García, Eduardo Gómez Sigala, Hiram Gaviria, Richard Blanco, Biagio Pilieri e incluso Leopoldo López, Américo Martín y Oswaldo Álvarez Paz y Manuel Cova. Ellos tuvieron claro, igual que muchos otros ciudadanos que acompañamos la marcha, que debíamos respetar la autonomía sindical, el objetivo laboral de la marcha y a los dirigentes sindicales organizadores de la iniciativa. Eso hicieron los diputados y dirigentes. Eso hicimos los que acompañamos la marcha.
La jornada fue un pleno éxito. Mostró como crece entre los trabajadores la lucha por el cambio democrático y la convicción de defender las libertades laborales, sindicales y ciudadanas. No más criminalización de la protesta. No más patrono-gobierno que pretenden tener a los trabajadores sometidos como borregos sin derechos propios. Mostró que crece la unidad de trabajadores, estudiantes y ciudadanos de todos los sectores.
Hay lecciones, sin embargo. Más organización, por ejemplo. Los trabajadores y dirigentes de este nuevo sindicalismo de dignidad y coraje saben ya que para enfrentar con éxito a un gobierno con tanto poder, con tan pocos escrúpulos y con tanta determinación totalitaria hay que tener convicción de lucha, determinación, firmeza, inteligencia y también más organización. No todo puede dejarse a la buena voluntad. Si los organizadores habían previsto -como en efecto era el plan- hacer en la plaza CVG el mitin que permitiera transmitir el mensaje acerca de los derechos laborales de quienes se habían afanado promoviendo y organizando la marcha, para luego ir a juntarse con los estudiantes que mantienen viva la protesta por la libertad de Chancellor en el Palacio de Justicia, una organización con más conducción habría evitado que, no se sabe como, algunos siguieron de largo hacia el Palacio de Justicia y muchos los seguimos sin saber. La jornada igual fue tremendamente positiva pero habría sido mejor con ambos actos y no obviando ese mitin que nos habría unido a los luchadores de Polar y petroleros con los del aluminio, el hierro y el acero, además de los estudiantes y los partidos. Cosas para mejorar.
TIP 1: Chávez habló ayer para remarcar su apoyo al dictador de Siria Al Assad a pesar de los cien manifestantes asesinados el jueves, los treinta del viernes y otros más de ayer. Al Assad tiene 11 años gobernando sin elecciones y heredó el gobierno de su padre que lo tuvo casi 30 años. Pero para Chávez, las protestas y revueltas del mundo árabe, sobre todo de la juventud que pide democracia, “es un plan del imperio”. ¡Vaya! Si sigue argumentando así, va a convencer al mundo que “el imperio” es bueno.
TIP 2: Gaddafi, ya sin el abuso de tener fuerzas militares desproporcionadas para usarlas contra los rebeldes, parece haber perdido el control de dos importantes ciudades. Congelados como están en bancos extranjeros los dineros mal habidos de la colosal corrupción de su gobierno y su familia, parece debilitado. Tendrá que negociar y aceptar la democratización de Libia. Eso parece, Ojalá sea así, aunque las cosas no son tan sencillas ni tan optimistas.
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