Diagnóstico del médico cubano en Bolivaria
Un hombre acude al medico cubano –recién llegado a Bolivaria– porque uno de sus testículos presenta un color azul intenso. El médico cubano lo examina con sumo cuidado y luego le da la tremenda noticia:
—Mire tengo que amputarle urgente el testículo, tiene un principio de gangrena y si no corto Ud. pasará a mejor vida.
—¿Me va a dejar como un medio hombre, doctor?
—No se preocupe, Ud. quedara como antes: ¡con todas sus ganas!.
—Aquí los médicos venezolanos le dicen ‘la libido’, doctor.
—¿Libido?... .. Eso debe ser en Inglés.
—No. Eso en Castellano y procede del Latín.
—Aaah.
Al día siguiente el hombre es trasladado al quirófano donde se lleva a cabo la intervención. Después de unos 15 días, el tipo regresa desesperado:
—¡Doctor, doctor! ¡Esta mañana encontré que el otro testículo está azul!
El médico cubano, preocupado lo revisa nuevamente y concluye con el mismo diagnóstico. Al día siguiente le amputa el testículo restante. Dos semanas después, el paciente regresa, como un poseso, a su doctor médico cubano:
—¡Doctor, doctor! Mire esto, ahora lo que tengo azul es el pene, ¡dígame que no tiene que amputarlo!
El doctor cubano, tras una corta revisión, confirma el triste diagnóstico. Lo somete a una complicada cirugía en la que le amputa el pene y en su lugar le coloca una manguerita plástica transparente para que pueda orinar. Tres semanas después el hombre regresa como poseído, derriba la puerta del consultorio del médico cubano y grita:
—¡Escúcheme doctor! ¿Qué carajo está pasando? ¿Sabe qué es lo que ahora se me puso azul? ¡La manguerita de plástico! ¿Qué mierda es lo que tengo?
El médico cubano, luego de calmarlo, vuelve a revisarlo y con gran alivio le dice:
—¡Quédese tranquilo, mi amigo, usted tiene vida pa’ rato! ¡Lo felicito!... ¡Lo felicito! Lo he revisado a fondo y ya no tengo dudas. En Cuba esto pasa muy a menudo… ¡SUS JEANS DESTIÑEN!
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