8/5/11

Día de las madres


Día de las madres

Juan Diego y sus reflexiones


Nuestra cultura está influenciada por parámetros publicitarios que tiñen nuestra esencia de un tinte impropio, poco vinculado al sentir de lo humano y de lo verdadero. Sin embargo, es parte de la influencia que ejercen las tendencias, de las cuales ya somos parte y cómplices, casi sin remedio.

Llegamos al colorido mayo, sinónimo de lo que muchos llaman el “mes de las madres”; hermoso título para honrar con gloria y valor a cada una de ellas. Cada uno de nosotros proviene da la feminidad constituida en una maravillosa mujer que nos brindó en su vientre la posibilidad de pertenecer a la vida misma, que nos abrigó durante esos nueve meses de gestación. Eso nos advierte que la vida se rige por procesos constantes de transformación. Por esta razón quisiera que esta fecha en la que se conmemora el día de las madres, tuviera una connotación diferente, que intentáramos ampliar nuestro punto de vista, más allá del frívolo ritual de una celebración.

Nuestra sociedad se ha convertido en una especie de ciclón acelerado de rivalidades que ha transformado en muchas ocasiones a hombres y mujeres en enemigos devoradores, bajo el escudo absurdo de atribuirse posturas machistas o feministas con la excusa de exigir espacios dentro de ciertos ámbitos.

El hombre y la mujer parten de una esencia irrevocable, ambos más allá de cualquier posición religiosa o creencia son igualmente humanos. Así se subraya sin discusión alguna la tan vociferada igualdad, la cual a mi entender no tiene nada que ver con un pacto manifiesto o una declaración; bajo esa máxima sí podremos encontrar un principio universal que nos hace iguales. Ahora bien si desnudamos el concepto de hombre y mujer, sin apasionamientos ni fanatismos, llegaríamos a otra conclusión: hay grandes diferencias entre la mujer y el hombre, que no nos hacen ni inferiores, ni superiores respecto al otro, pero sí diferentes en nuestras estructuras y roles, es por eso que Madre es mujer y Padre es hombre.

La madre tiene en el valor propio de la sensibilidad, tiene en sus entrañas la mágica capacidad de la transformación, es una cátedra continua que nos lleva de la mano al contacto con el amor, a ese primer encuentro con un refugio protector, con el abrigo del alma, que nos dictará enseñanzas sabias del sentir.

La madre, a quien siempre asocio con la propia naturaleza, que es la expresión máxima de lo femenino, tiene necesariamente que regirse por canales de compensación masculina, por un padre Dios universal que establezca un orden estructural que dé forma, que defina parámetros y límites, para que el extraordinario milagro de ser padres sea un balance exacto para lograr hacer de nuestros hijos, hombres y mujeres aptos para la felicidad.

Los invito, este nuevo día de las madres, a tomarnos un breve espacio para la reflexión, para mirarnos a los ojos como familia, a regalarnos un reencuentro con las miradas de nuestros hijos, pero sobre todo a convocar a la verdadera madre, no a la desafiante de nuestros tiempos sino a la sensible, a la que nos arrulló con el latir de su pulso mientras crecíamos en su vientre sacro. También debemos valorar a las que nos regaló a un padre, no importa si está presente o no, él es y será parte de nuestra propia existencia por el resto de nuestros días. En este simbólico día convoquémoslo a nuestro corazón, rindamos un hermoso homenaje a la posibilidad de reivindicar a cada figura y hacer de la familia un eje maravilloso.

Feliz día de las madres para todas las mujeres que asumen con sensibilidad, respeto y calidad humana el privilegio de ser Mamá.


Jonathan Humpierres (Juan Diego)
Cantautor, músico y abogado venezolano
juandiegocd@yahoo.com
humpierres@cantv.net

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