7/5/11

Mujeres horrorizadas

Cilia, Luisa y Gabriela están horrorizadas. Acaban de descubrir una violación a los derechos humanos en Venezuela. Las tres se rasgaron las vestiduras. ¡Esto no puede tolerarse, la revolución no puede dejar impune este tipo de crimen! ¡Es imperativo sancionar de inmediato a los autores materiales, pero sobre todo a los autores intelectuales!, exclamaron todas a una.

Sorpresivamente despertaron de su larga hibernación de una década. Ante este abrupto despertar, algunos pueden pensar que estaban sufriendo de amnesia o que nadie les había informado sobre las responsabilidades de los cargos que ocupan. Sin embargo, hay pruebas evidentes de que conocían de muchos atropellos cometidos por policías y por la Guardia Nacional. En el caso de Cilia los conocía por ser hechos públicos y notorios. Luisa y Gabriela estaban enteradas por la misma razón, pero además porque en sus respectivos despachos se entregaron denuncias de múltiples violaciones a los derechos humanos.

¿Acaso no conocían de los atropellos cometidos por los chacales del Destacamento 44 de la Guardia Nacional en contra de niños, ancianos, mujeres y hombres en el campo petrolero de Los Semerucos, con el agravante de la nocturnidad? ¿Acaso no recuerdan las denuncias por el asesinato de José Manuel Vilas en la urbanización Los Castores, cuando un pelotón de la Guardia protegió a los motorizados que dispararon en contra del indefenso ciudadano? ¿Acaso no reposan en sus escritorios denuncias formuladas por Gente del Petróleo informando que en el CICPC de Los Teques tienen identificados a los asesinos, pero que ni la Fiscalía, ni la defensoría han actuado?

¿Acaso se han olvidado del asesinato en Machiques de Evangelina Carrizo, perpetrado por un oficial de la Guardia Nacional? ¿O de la muerte de Maritza Ron, asesinada por motorizados chavistas que solo estuvieron unos meses presos? ¿Y de las torturas a Juan Carlos Sánchez y su posterior aparición muerto en Barquisimeto? ¿Qué dicen de los numerosos atropellos de la Guardia Nacional, de la policía y de hordas rojas en muchas de las marchas pacíficas de la oposición? ¿Por qué no han investigado la masacre del 11 de abril e interrogado al inquilino de Miraflores como propiciador de la misma? ¿Cómo es posible que Gabriela justifique la salvaje agresión a Lorent Saleh y a otros estudiantes en Barinas? ¿Por qué el ministerio Público y la defensoría permiten diarios atropellos a los presos comunes sin sentar responsabilidades? ¿Acaso no se violan los derechos humanos cuando se impide a los presos políticos y exiliados tener derecho a la
debida defensa o cuando son condenados injustamente por jueces complacientes?

Respaldamos la investigación sobre los atropellos cometidos por algunos efectivos de la Policía de Chacao. Por primera vez apoyamos al trío de incondicionales chavistas, ya que todos los seres humanos debemos horrorizarnos ante cualquier violación a los derechos humanos, pero rechazamos el caradurismo de declarar que desconocían las denuncias formuladas por el mismo Alcalde Graterón. El inculpar al gobernador Henrique Capriles para intentar descalificarlo ahora que es precandidato presidencial, solo es una prueba más de deshonestidad intelectual. Si el trío está horrorizado, los demócratas lo estamos más al presenciar tanto descaro. ¡No más prisioneros políticos, ni exiliados!

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