EL INFIERNO DE DANTE
La Biblia lo menciona en el apocalipsis pero donde mejor se describe es en la Divina Comedia, me refiero al Infierno de Dante, destino final de los mandatarios a los cuales dedico estas líneas.
Las muertes de Carlos Andrés Pérez y de Rafael Caldera cierran el capítulo del Puntofijismo en Venezuela, dos visiones distintas, uno es Socialdemócrata el otro Socialcristiano, ambos sin que podamos hablar de complicidad, se alternaron el mando y nos hundieron en la peor pesadilla de la historia.
Me había propuesto guardar silencio desde aquel día que el “Régimen” me quiso desaparecer, pero me canse, y hoy quiero compartir unas cuantas ideas con los compañeros de lucha. Me preocupa la degradación de nuestro gentilicio con imágenes y estatuas de Ernesto Guevara y Manuel Marulanda, es despreciable lo que hace el chavismo con la mente de nuestros jóvenes en este particular, pero ahora algunos sectores de oposición aspiran ver a Pérez y Caldera en la Avenida los Próceres o el Panteón Nacional.
La llegada al poder por segunda vez de Carlos Andrés Pérez (1989 –1993), fue una coronación faraónica, vinieron representantes y comitivas de todo el mundo, fue la ratificación de su naturaleza despilfarradora. Definitivamente fue un mal comienzo; en la memoria colectiva estaba el buque Sierra Nevada de su primer gobierno (1974–1979), y en menos de un mes estalla la primera crisis llamada el Caracazo (27–28 Febrero 1989). Luego Pérez se empeña en aplicar un paquete de medidas económicas que pocos entienden y la mayoría rechaza, todo en medio de una gran impunidad y corrupción en su gobierno. Cecilia Matos y Orlando García Vásquez (cubano – venezolano) estaban ligados a Gardenia Martínez en las municiones checas, mejor conocido como el caso Margold. El tema principal que trataremos es militar, pero es necesario este párrafo para tratar de entender la parálisis que lo asistió en sus últimos días de gobierno.
Durante la presidencia del Dr. Jaime Lusinchi (1984 –1989), me desempeñé en la Dirección de Inteligencia Militar como Jefe de Operaciones Especiales. Entre mis tareas estaba el caso del Mayor Hugo Rafael Chávez Frías, en este expediente fue importante la contribución del mayor Orlando Madriz Benítez, un oficial que había conocido en mi tránsito por la Escuela de Inteligencia. Fueron muchas horas de vigilancia pero en pocos meses se levanta el caso, hay dos grupos, los Notables y los Bolivarianos. Los primeros eran los de mayor nivel político y militar. Los segundos tenían contacto en todas las fuerzas, su mayor desarrollo era en el ejército y su epicentro la promoción Simón Bolívar II. Inteligencia indicaba una insurrección militar a mediano plazo.
El caso no lo terminé, un día recibí la orden de entregar todo lo actuado y desengancharme de la investigación. Así lo hice y luego pasé la pagina, parecía que estaba cancelado para mí el tema de Chávez Frías. Pero no fue así, en el segundo año de CAP II (1990), fui abordado por la Inteligencia de la Fuerza Aérea, les recordé que no conservaba copia del expediente y les hablé de Madriz Benítez.
Al estilo de Morris West, Madriz Benítez el oficial que durante meses arriesga su vida tratando de desenredar el entramado conspirativo, ahora es acosado y perseguido por su misma gente, desestimado y desacreditado su trabajo en el ejercito, ordenan su traslado al Hospital Militar, lo engañan, lo sedan y lo visten con una camisa de fuerza. Cuando despierta, sorpresa, está en el piso 15, psiquiatría y rodeado de personas que han perdido la razón. La presión es mucha y su vida corre peligro. Un grupo de generales, la mayoría de su fuerza se lo tiran a las bestias, tal cual un circo romano. Lo salva el Gral. Heinz Azpurua director de la DISIP y más tarde el Gral. Carlos Julio Peñaloza.
Por cierto, el Gral. Peñaloza ha dicho que informó de la conspiración al Presidente Pérez. Incluso que estando fuera del país el Jefe de Estado en diciembre del 1989, él como Comandante del Ejército y en coordinación con Alejandro Izaguirre Ministro de Relaciones Interiores, ordenó la detención de los mismos oficiales en un previo y fallido golpe militar. También ha dicho que Pérez al llegar a Venezuela lo desautorizó y ordenó la libertad inmediata de los insurrectos.
Pero veamos el testimonio del Jefe de la Casa Militar en el asunto que nos ocupa, la responsabilidad del Presidente. El Vicealmirante Iván Carratu Molina dice que el Presidente le comentó, que el General Peñaloza había informado de una conspiración pero no le trajo el informe. También refiere que el director de la DISIP entregó a Pérez información A1 sobre una conspiración que se adelantaba en el ejército.
En este mismo orden el Gral. Herminio Fuenmayor, persona muy cercana al Presidente, pasa a retiro en julio de 1991, asegura que no se fue de la DIM, sin alertar al presidente de que los Bolivarianos eran una gran amenaza para la libertad y democracia en Venezuela. Peñaloza, Carratu y Fuenmayor no son amigos, tienen grandes discrepancias pero coinciden en que Pérez fue informado de la conspiración.
El General José de la Cruz Pineda releva al General Herminio Fuenmayor en la DIM y el expediente continuó en manos del Coronel Milton Abreu, esta administración igualmente informó al Presidente del complot que nos ocupa. Luego Manuel Heinz Azpurua y Mauro Yánez Pasarella, directores de la DISIP y la PTJ también informaron extensamente a Pérez de la conspiración y así pudiéramos continuar, todas eran fuentes muy serias y el presidente no hace nada, está como hipnotizado por una serpiente, cuesta entender su insensibilidad en la crisis. La conjura estaba montada pero él seguirá en un limbo y los oficiales cuestionados continuaran comandando batallones y esperando la mejor ocasión para actuar. Incluso después del golpe militar, Pérez en lugar de rectificar, ratifica en el cargo al comandante del ejército. Dice la palabra, la verdad nos hará libre, no nos engañemos, Pérez fue muy negligente en perjuicio de la República.
Quiero dejar claro que no estoy librando de responsabilidad al alto mando militar, son responsables del nombramiento de estos oficiales en los comandos de los principales batallones del ejército. Fueron informados de la conjura 24 horas antes y no reaccionan. El director de la Academia Militar, General Manuel Delgado Gainza y los oficiales Orlando Madriz Benítez y René Gimon Álvarez, informaron así de los planes rebeldes. El “Por Ahora” en la televisión (4 de Febrero 1992) fue injustificable. Todo esto y más indican una red de protección y complicidad en donde destacan
Fernando Ochoa Antich y Remigio Rangel Rojas, Ministro de la Defensa y Comandante del Ejército respectivamente.
El siguiente paso, el abrazo de Judas y la puñalada trapera, le correspondió a Rafael Caldera quien fue mencionado en aquel expediente de la DIM en el capítulo de los Notables. Después del golpe militar del 4 de Febrero 1992, llega al Congreso con su cara bien lavada y un discurso bonito, ahora estaba cobrando y seria el Presidente del Chiripero; sin la menor duda, Rafael era uno de los padres de la insurrección.
Cuando Caldera llega a Miraflores (1994-1999), Chávez y sus compañeros están presos, rápidamente serán sobreseídos, óigase bien sobreseídos. Para quienes no están familiarizados con el concepto, él como Jefe de Estado tenía la facultad para indultar o sobreseer. Si indultaba, los dejaba en libertad pero inhabilitados políticamente. Si los sobreseía igual quedaban en libertad pero con la posibilidad de hacer política. El sobreseimiento equivale a una ficción jurídica, es decir Chávez nunca conspiró, es una infamia del capitalismo salvaje. Las víctimas de ese fatídico día nunca existieron, son fantasmas del pensamiento torcido de los escuálidos. Los Bolivarianos jamás se levantaron en armas, es un montaje mediático de la mente descarriada de los medios.
En cierta forma el “Por Ahora” fue un pacto entre los Notables y los Bolivarianos, primero nosotros y después ustedes, asumir toda la responsabilidad, guardar silencio, pagar cárcel, en suma proteger a unos, a cambio del respaldo político, judicial y hasta financiero de los otros. Rafael premiará a sus compañeros de aventura con cargos en la administración pública y el servicio exterior. La campaña electoral de Chávez fue financiada con dinero mal habido de la Administración Chiripa. La partida secreta, las cuentas paralelas en el ejército, el caso Van Dam y la Justicia Militar, servirán para apoyar y encubrir el fraude. Generales corruptos entre los que destacan Moisés Orosco Graterol, Ramón Santelíz Ruiz, Raúl Salazar Rodríguez y Lucas Rincón Romero serán los secuaces del crimen. Con Chávez nunca hubo ni habrá transparencia electoral, hay que entender que este es el nudo gordiano de la lucha, no nos podemos distraer, si queremos Patria tendremos que cortarlo.
Pasó lo que tenía que pasar, quienes estaban llamados a preservar la Republica la entregaron por acción u omisión, en diciembre de 1998 llega el Socialismo del Siglo XXI, es el fin del Puntofijismo y el nacimiento del Obscurantismo, perderemos la libertad e independencia regresando a la miseria del coloniaje.
De manera pues, en las manos de ambos se perdió la República, se fueron lisos, la impunidad es la reina de nuestros males. Mal podemos hacerles homenaje póstumo, caravanas, pitos y banderas. Hay asuntos urgentes que atender, los presos políticos, la militarización de la educación, el cable submarino y la intromisión de los cubanos, el armamentismo y la plataforma misilistica Iraní, las maquinas de la trampa, el registro electoral permanente y en general la transparencia necesaria de la opción electoral para el rescate de la Patria.
Para terminar y parafraseando a Jesús de Nazaret, “dejen que los muertos se encarguen de sus muertos.” Virgilio y Beatriz tienen todo listo, esperan en un lago de sangre y fuego donde sólo se escucha el rechinar de dientes, están en las tinieblas al asecho de dos náufragos de ultratumba que tienen pendiente una rendición de cuenta Post Mortem.
No hay comentarios:
Publicar un comentario