4/6/11

Venezolanos: entre un gobierno de hampones y masas inertes

Por ahí viene...


*** Escenarios de corto plazo

*** Solución de largo plazo.

Estimo, es una apreciación enteramente subjetiva y empírica, que la población de Venezuela, de casi 30 millones de personas, está compuesta por:

· Unos 20 millones de gente buena, es decir, dos tercios del total. Sin embargo, de estos 20 millones de gente buena, solo unos 3 millones son de gente buena activa. Los 17 millones restantes son gente buena pasiva, es decir, buena porque no hace el mál pero no porque promueva activamente el bién;

· Unos 7 millones de gente indiferente, a quienes no les importa un pito lo que le suceda al país , siempre y cuando a ellos no los molesten. A lo mejor esta cifra es bastante mayor;

· Unos 3 millones de hampones, ladrones, criminales y corruptos, es decir, gente mala porque hace el mál activamente. Aquí está el malandraje de la calle y del régimen, de civil y de militar, peatones y policías, de cuello blanco y de camisa roja, rojita.

Que significaría esto?
Si este estimado está cerca de la realidad ello significaría que, a pesar de que una inmensa mayoría de los venezolanos son gente buena, solo una pequeña minoría, no mucho más del diez por ciento de la población, está activamente trabajando por un país mejor. Los demás son peso muerto, un gentío no ciudadano, y un diez por ciento son hampones de la peor calaña. Parece evidente que una inmensa mayoría de la población venezolana está dedicada a no hacer nada por el país, o, peor aún, a joder a los demás. Con un capital social de estas características, como podemos esperar un país organizado y progresista?

Lo que tenemos no es aceptable. Nadie que vea con objetividad la situación de Venezuela puede negar que el país es un verdadero desastre. No importa cual sector de la actividad nacional que analizemos, nos encontraremos con caos, ineptitud y corrupción.

Ejemplos:

No hay aceite de comer pero siguen llegando tanques de guerra rusos y costosos aviones o satélites artificiales chinos que se oxidan rapidamente por la falta de uso, una vez que el comandante-presidente los inaugura con discursos cursis y rimbombantes.

No hay algodón en los hospitales pero si hay barcos de pesca pagados como nuevos aunque tengan hasta 30 años de uso, eso sí, habilmente maquillados para engañar a los incautos.

La producción petrolera sigue bajando pero se siguen alquilando equipos y gabarras de perforación con obscenos sobreprecios, a empresas fantasmas compuestas por funcionarios del régimen y sus amigos. Las gabarras se hunden y los taladros se caen, las refinerías agarran candela y los oleoductos se rompen, mientras los discursos patrioteros proliferan a todos los niveles del régimen, discursos dados por gente que les ha entregado nuestra soberanía a los cubanos, a los chinos y a los iraníes y hasta por algunos traidores quienes hace algunas décadas ayudaron a los castristas a plantar sus botas en Machurucuto.

No hay productos básicos en los mercados pero se siguen importando toneladas de comida semi-podrida, para que se enriquezcan los boliburgueses del régimen y sus amigotes.

No hay viviendas para la gente pero si una lotería grosera que apela a los peores instintos mendicantes de los millones de venezolanos buenos pero pasivos y de los indiferentes, un registro que pone a bastantes venezolanos a esperar y a desear que el comandante siga en el poder para que les cumpla una promesa incumplible (muchos dicen: incumplible, pero quien sabe?) .

El poder de la inercia

La mayoría de buenos pasivos y de indiferentes suman una legión que ve pasar los días y los años mientras el país se derrumba ante sus ojos. Los hampones se aprovechan del desastre existente para engordar obscenamente de manera corporal y fnanciera, sin que exista fuerza efectiva alguna que les pare el trote. Ha visto usted ultimamente a Juan Barreto?

Como salir de este pantano?

Es posible que una minoría activamente buena pueda darle un vuelco a la desesperada situación venezolana? Por supuesto, descarto la posibilidad de que los tres millones activamente buenos derroten, en batalla cuerpo a cuerpo, a los tres millones malos. Las cosas no suceden así en la realidad. Veo tres escenarios posibles en el corto plazo, sin que pueda saber cual de las tres, o si alguna de las tres, se va a materializar.

Escenario 1. Probabilidad: 55 por ciento.

El régimen acentúa su corrupción y su ineptitud de tal manera que hasta los indiferentes se indignan y muchos de los buenos pasivos pasan a ser buenos activos en su protesta. Esto puede suceder en cualquier momento entre hoy y Diciembre 2012, sobretodo si fracasa el programa de viviendas, como creo que va a fracasar. Ello resultará en una derrota de Chávez en las elecciones, a pesar del ventajismo oficial.

Escenario 2. Probabilidad: 15 por ciento.

La situación se deteriora de tal manera que se lleva a cabo un golpe de estado en el país, liderado por una porción de las fuerzas armadas, con participación de la población venezolana activa y contando con la pasividad de los indiferentes y la cobardía de los hampones.

Escenario 3. Probabilidad 30 por ciento.

La gran inercia y paterrolismo que existe en el país, más la política masiva de dádivas del régimen, le permite a Chávez ser re-elegido en Diciembre 2012. Sin embargo, aún de darse, estoy convencido de que esta victoria no sería duradera. El deterioro que acompaña al chavismo es irreversible y, aún ganando en 2012, llegará inevitablemente el momento en el cual los buenos pasivos y los indiferentes que apuntalan su régimen con su pasividad se sientan insatisfechos y lo expulsen del poder.

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La verdadera solución estructural

Más allá del corto plazo estoy convencido de que la solución estructural para el país es de carácter educativo. Tendrá que ver con el proceso de transformación de las grandes masas de gente buena pasiva en buenos ciudadanos activos. Creo que, en paralelo al trabajo político de socavar al hamponato chavista, la juventud venezolana capacitada debe emprender un programa de concientización ciudadana de gran aliento y perseverancia, a fin de generar en el mediano plazo una masa crítica ciudadana que le permita al país avanzar. La tarea de los tres millones de buenos venezolanos activos que existen hoy será la de seducir a los 17 millones de buenos venezolanos pasivos y a los 7 millones de venezolanos indiferentes para que experimenten una transformación actitudinal que los convierta en ciudadanos capaces de sacar al país del pantano.

Ese es mi deseo y es uno que creo perfectamente realizable. Es más fácil que viajar a la Luna o dejar de fumar y ya la humanidad ha hecho ambas cosas.

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