2/10/11

clip_image003 El PSUV es una partido virtual, su nacimiento y devenir no acusan en su acta de creación una “revolución” sino un forzoso aparataje buro

Pareciera que vamos a reseñar un enfrentamiento pugilístico, pero es más que eso, cuando se juega el destino de Venezuela en los comicios del 2012. Sin ir en menoscabo de ninguna de las dos opciones, conscientes que vivimos en un atmósfera excepcional, y tropezándonos con militantes del PSUV que aspiran salir de Chávez en las cercanas elecciones, y de partidarios de la Mesa de la Unidad que pudieran actuar bajo el influjo del chavismno. El PSUV es una partido virtual, su nacimiento y devenir no acusan en su acta de creación una “revolución” sino un forzoso aparataje burocrático. Conformado por los seguidores de Chávez en abigarrado choque entre viejos militantes de la llamada cuarta republica, y de radicales izquierdistas que afloraron con el advenimiento del “proceso”. Son particularidades que a la hora de contar y de evaluar situaciones se vislumbra como una nulidad organizativa, utilizando sus siglas para estamparlas en las franelas de los empleados públicos, cuando son obligados a ir a una movilización oficialista.
Pero, ahora el chavismo está cabalgando sobre la mixtura del PSUV y tiene por delante una jornada importante y crucial, cuando de cara a unas elecciones su único y eterno candidato se halla enfermo para relanzarse, sin que tengan un sucesor que visiblemente posea el “olfato de Chávez”. Cuestión que en el breve plazo veremos definir y conoceremos si de verdad el PSUV ostenta una maquinaria para movilizar a su gente sin la presencia del Comandante. Y si definitivamente se lanzará para una tercera reelección o recurrirá a una campaña endógena. Es accidentado el reto para un individuo con un mal que despacha a sus afectados en muy poco tiempo, aun no estando certificado oficialmente por un médico. Atacado o no de lo que afirma, desde ya es un aspirante lisiado y con sus probabilidades en deterioro. Sumado a ello, sin quererlo, vemos como sus oficiales por primera vez toman decisiones durante sus ausencias, y proceden con ambiciones de no seguir siendo segundones y en condiciones precarias para gobernar. Con un Vicepresidente quien se cree idóneo para tomar las riendas del gobierno y en libre ascenso, y con un Nicolás Maduro contando con la aquiescencia de Fidel Castro para ser candidato, habiendo el desvelo por un inopinado retiro de Chávez El PSUV no tiene fuerzas para emprender una campaña a favor de otro individuo que no sea Chávez, él ha invertido sus energías y recursos para erigirse en un caudillo sin rendirle cuentas a nadie. En el caso de producirse un candidato in pectore, seguramente deberá guardar ciertas apariencias de discreción. Entretanto, la disidencia tampoco se ve definida con una lista de aspirantes y unas primarias en curso. Y que no funcionará porque glorifiquen a la MUD y por las “testas” que en ella participan, o estableciendo sus diferencias con lo que fue la Coordinadora democrática; positivamente se notan cambios, pero hasta el presente no precisan una política opositora de vanguardia sino de estoicismo. Y quienes pensamos que para salir de los camaradas se necesita sacar el 70% de los votos no vemos con enaltecido optimismo esta “entelequia” opositora, aunque deseamos tenga el mejor desempeño cuando estemos de lleno en los hechos, y sabremos si de verdad le llegó a las masas y convenció para que no nos topemos a compatriotas espetando, que votar es algo subalterno cuando sabemos que el chavismo “no pierde elecciones” o “que Chávez no entregará”, Y estaremos en el momento de conocer si la MUD existió o fue el PSUV que triunfó, allende de Chávez

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