Es vergonzoso, a más de destructivo del fin institucional de la FAN, la estúpida e infantil idolatría desarrollada hacia el militarista presidente de la República, quien como el mejor “narciso” ha abierto un coloso y morboso culto a su personalidad, que nos ha llevado a quienes en el pasado reciente logramos transformar la montonera en una institución plena de un culto anhelo de patria y civilidad, a sentirnos culpables de la herencia militar que dejamos, sórdidamente destruida por un sin sentido y sin razón ciudadano, que confundió el mando militar como la catapulta para ejercer el gobierno y apoderarse del país, de los símbolos de la patria y adueñarse de mentecatos que respiran y viven como seres humanos, pero que perdieron la personalidad de hombres libres, para ejercer un timorato y rastrero servicio público, con la gravedad, que ostentan en su mayoría doctos títulos universitarios, rebajados hasta donde les llega la cerviz reverenciaría.
Da asco pasearse por los centros de servicio público regidos por idólatras de Chávez, donde el aire que se respira es de una sumisa ignorancia servil y se siente el ácido efecto del odio, amparado por el misterio y una suerte de desconfianza hacia los que cívicamente quieren hacer valer sus derechos, al extremos de vanagloriarse con una amenazante identificación de “camarada”, que no deja dudas sobre el “poder” que los ampara. Pero donde mas fulgura la idolatría es en los entes públicos de la FAN. Pareciera que en ellos compitieran mandos entre si, para cual mejor “jalada” pudiera servir al anhelo de un ascenso, una condecoración o una remunerante posición con excedentarios beneficios económicos. Es soez el acaramelamiento que se escapa de la rutinaria relación disciplinaria, para convertirse en una vulgar balada, que nada tiene que ver con el servicio militar.
Es imposible ver unidades militares en orden abierto o cerrado, los cuarteles se aprecian vacios y todo está en construcción como el “socialismo”. Ya no se habla de muerte sino de “independencia y patria socialista”, y el gasto en pintura y artes gráficas es desmesurado, para mantener al día el “new look” del “comandante en jefe”, quien por su desgracia se mantiene uniformado, ya que luce imposible que pueda mantener amoldada su vestimenta de paisano.
Quisiera que este mensaje llegara a los oficiales institucionalistas de la FAN, que sabemos no están de acuerdo con esta idolatría, y a quienes lo están, para que entiendan, que pasado este período de gobierno, que como se ve está a punto de terminar, tienen que ponerse del lado del verdadero sentido de la Institución, que no es otro que el contenido en los artículos 328, 329 y 330 de la Constitución, fuente única del juramento que hicieron ante Dios y la Patria, ya que de no hacerlo estarán traicionándolo, sin que puedan alegar cumplimiento de órdenes superiores, tal como lo establece el artículo 25 de la misma CRBV. Deben saber, porque no son ignaros, que los mandos militares actuales, que se han subyugado a este pérfida “revolución”, tienen su límite de mando hasta el día que el soberano mediante el voto de por concluido este mandato inculto y despreciable, que ha llegado al escarnio de violentar inmisericordemente, sin tapujos y hasta la bastedad a la propia Constitución con la inclusión de normar que chocan con su espíritu, propósito y razón, valiéndose del engaño y de leyes irritas habilitantes, propiciadas por una ilegal mayoría de la Asamblea Nacional, que como borregos se han arrodillado a su “comandante en jefe”, amparados por el también sórdido TSJ, cuya presidenta y la mayoría de sus magistrados, requieren volver a las aulas universitarias para sellar sus títulos, que han quedado en tela de juicio cuando se invocan los principios del derecho que se aprenden en los primeros años de estudio.
Quien escribe, oficial en situación de retiro, que ostenta el grado máximo que existió hasta la inconstitucional reforma de la LOFAN, quien además es abogado y profesor graduado en la especialidad docente, hoy universitario, consciente del pasado, el presente y el visionado futuro de esta FAN que nos pertenece a todos, sabe muy bien, que concluido este mandado del Tc. Chávez, que tanto daño le ha hecho al país y en especial a la FAN, inmediatamente, sin requerirse acción legislativa alguna, solo con la decisión ejecutiva del nuevo presidente, se dejarán sin efecto de inmediato todas las normas evidentemente inconstitucionales, que en la FAN incorporan nuevas unidades, cambios organizacionales, grados militares inconvenientes y muchos otros aspectos innecesarios de nombrar tanto en lo organizativo, como en lo operacional, obviamente dejando a salvo los derechos adquiridos que requieren una acción jurídica posterior, donde se harán valer la legalidad y la constitucionalidad de dichos actos administrativos.
Posteriormente, en el corto plazo será necesario revisar algunas normas que evidentemente puedan justificarse por su beneficio o actualización. No es de sabio dejar de observar la actitud ejecutiva del presidente peruano Ollanta Umala, quien dejó sin efecto la constitución vigente, asumiendo como válida la anteriormente derogada.
Es necesario que se entienda, que la apoliticidad de la FAN no es que ésta participe o no en partido del gobierno, que de hecho es una morbosidad ética y moral, sino que accionar con la militancia impuesta por el presidente, es de hecho una violación a la norma constitucional. Más grave aún, que el presidente morbosamente use un uniforme militar e involucre en actos de proselitismo a jóvenes militares que creen realmente que su actuación es válida en el ejercicio del mando superior y subalterno, que solo se ve en Estados donde rigen gobiernos dictatoriales militares, que es innecesario ejemplarizar.
Es oportuno abrir los ojos de los hermanos militares, para que analicen hechos que han venido ocurriendo en el mundo, donde a las claras se ve el interés universal en establecer regímenes democráticos, totalmente incompatibles con los gobiernos militaristas. Así hemos visto el renacer de la llamada “Primavera africana”, la muerte de Gadafi de manos de sus propios nacionales, a quienes obligó a idolatrarlo, los cambios a trasfondo que está haciendo el gobierno de Raúl Castro en Cuba, obligado por la ancestral crisis económica generada por la “revolución” madre de la chavista, que quieren maquillar para no denotar la derrota; la muerte del jefe guerrillero Alfonso Cano en Colombia, antiguo amigo del gobierno venezolano.
También de gravedad la reciente “ley de la venganza”, que quiere hacer ver el enjuiciamiento de oficiales de las FAN venezolanas que patrióticamente impidieron la implantación del comunismo ordenado por Fidel Castro, derrotando a sicarios de éste, quienes declararon la guerra de guerrillas, donde hubo muertos de parte y parte, haciendo la salvedad, que la actuación de las FAN fue para evitar las masacres que desde un principio iniciaron los “bandoleros” que se internaron en en nuestras montañas, y que además, masacraron cobardemente a policías y miembros de las FAN en combates urbanos. (les invitamos a leer las tres entregas sobre el caso, escritas por el General Julio Peñaloza en el diario “Nuevo País” publicadas en los días 5, 6 y 7 del mes en curso)
Es necesario que los magistrados del TSJ y todos los miembros del Poder Judicial entiendan, que en esa época los guerrilleros morían en combate, igual que hoy aún ocurre en Colombia y toda la acción militar se hizo apegada a la ley vigente para el momento. Es monstruoso que se quiera hoy hacer valer y aplicar una retroactividad insensata de la justicia, para complacer a los ex guerrilleros que participan en el contubernio de PSUV y del gobierno, valiéndose de subterfugios y de la ignorancia de los poderes públicos, para vengar una derrota “bélica”.
Igualmente con lo que ocurre con el caso del “caracazo”, donde se está demostrando la participación de gobierno cubano, que no ha cambiado, en los hechos, tratando de enjuiciar a quienes participaron en la restauración del orden como lo ordenaba la normativa de seguridad vigente. Es triste ver a “dolientes” de los muertos en combate de los 60’, que quieran utilizar la justicia (estimamos que la militar) para parodiar la desvergüenza de la sanguinaria lucha no inventada ni iniciada por las FAN. Es un hecho que debe ser analizado y razonado por la actual FAN, en su mayoría jóvenes que no vivieron esa desgracia nacional, que hoy quieren hacerla ver como un heroico acto de patriotismo.
También deben analizar lo contradictorio de querer exaltar los hechos del 4 de febrero y 27 de noviembre de 1992, como “valiosos aporte a esta pírrica revolución bonita” y nos imaginamos que también se abrirán los juicios de estos casos, ya que mutatis mutandi, los bondadosos indultos dados a los protagonistas, hoy gobernantes, no dejan por fuera los delitos que se cometieron, y que entran en el lapso de la ley de 1989 a 1999. Es aberrante la ruptura del tiempo histórico, cuando fueron enjuiciados y sentenciados sin la comprobación de los delitos a los comisarios Simonovis, Forero y Vivas, dejando por fuera los hechos de Puente Llaguno y otros del 11 de abril de 2002.
Porque sabemos que muchos militares abogados y algunos doctos juristas han hecho circular la especie de que un nuevo gobierno de oposición tendría dificultades para gobernar con los poderes enfrentados, debemos aclararle que el fundamento del ejercicio del poder del Estado democrático es cumplir y hacer cumplir la Constitución y en tal sentido, dejar de cumplir leyes inconstitucionales es el único fundamento de actos que no se marginen de ella. No hay ningún otro poder que pueda obligar al Ejecutivo a cumplir adefesios inconstitucionales. La doctrina es clara y precisa, “las instituciones no deben justificarse porque existen, sino que deben existir si se justifican”. El TSJ, cuando se aparta de la Constitución para aprobar leyes inconstitucionales írritamente aprobadas, esta también violentándola, lo que da fuerza al SOBERANO que ha elegido al nuevo presidente, para que junto con él haga efectiva la norma del artículo 350. ¿No han dicho los sigüies que con Chávez manda el pueblo? Es esta la razón por la que el nuevo gobierno, elegido para reemplazar el derrotado presidente, mandará y gobernará, inclusive contra la voluntad de la Asamblea Nacional y del TSJ, si fuere el caso que quisieran impugnar las decisiones del nuevo presidente. No existe poder alguno para que esto pueda ocurrir. No olvidemos que la ejecución de las leyes es obligación del Poder Ejecutivo. De eso se trata, hacer cumplir la Constitución que está por encima de la ley, para ello, si es necesario, hay que dejar de cumplir la ley, cuando sus normas son violatorias de la Constitución.
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