6/11/11

Plomo Parejo 11/11/02 (con Ricardo Koesling

Este es el programa de la semana pasada que sólo pude grabar 10 min. Ahora está completico. Un millón de gracias Iván por esta importante reposición.


2011-11-02plomoparejo

El programa habla de hechos de fraude electoral en las mesas que ningún observador externo verificó, y que por desgracia no ha sido probado, hasta donde yo sé. Es la palabra de Ricardo Koesling, de algunos testigos de mesa, de mis familiares cuando votaban contra Chavez y el voto salía repetido pa’ tras, el aumento de votantes en Vargas, después del desastre que diezmó la población, extranjeros que votan como criollos, aún hoy no han salido los números oficiales de las últimas elecciones, análisis estadísticos hechos por estudiosos indican que los números no son consistentes (pero después es un rollo entender la trampa y bueno nada entendido), ahora este señor. Cómo es posible esconder tanta trampa? Como es posible que la oposición no consiga probar nada? La gente fuera dice que el gobierno ha ganado com amplio respaldo popular, y cuando me quejo me tildan de antichavista, de fanático, etc. Yo creo que el presidente ganó bien las primeras elecciones. Las otras, creo también que ha ganado las que ha ganado y perdido la que ganamos, pero seguro que los números están todos choretos, y las diferencias ya no serán tan pírricas pero sí significativas.

Es increíble que esto pase, afecte todo un país y pa’lante. Solamente en Venezuela.

Conozco otros sitios, con menos dinero que Venezuela, con el sistema del papelito y marca con cruz, y en menos de 10 min ya se tienen los primeros resultados oficiales, en 1 hora 30-40% y 2 horitas ya la cosa está firme e irrersible. Pa’ que tanto computador, sistema automático y capta huellas. No no no, solo hace falta un papelito, una caja negra, y media docena de ciudadanos en las mesas. No hace falta la guardia nacional o policía alguna. No hay CNE. Pero hay democracia.

Bueno, mi opinión vale lo que vale, pero parece que un país que tiene un sistema de voto tan potente, como el venezolano no es cónsono con el desarrollo y felicidad que tiene.

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