Esta es sólo la última de una serie de provocaciones provenientes de Londres en las últimas semanas, con ataques a la presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner sobre el asunto de Malvinas, que la presentan como una belicista y exigiendo a los gobiernos vecinos que se le rechace y aísle. Al mismo tiempo, Gran Bretaña pasa por alto numerosas resoluciones de Naciones Unidas que le exigen que negocie el asunto de la soberanía con Argentina.
Desde hace un año, de forma totalmente provocadora, las compañías petroleras británicas comenzaron a explorar en búsqueda de petróleo en la cuenca norte de las Malvinas, y anunciaron algunos descubrimientos iniciales. En su discurso ante la reunión del MERCOSUR (Mercado Común del Sur) el 19 de diciembre, Fernández les advirtió a sus colegas jefes de Estado que Gran Bretaña está apoderándose abiertamente de los ricos recursos petroleros y marinos de Argentina y podría también amenazar los recursos de otras naciones vecinas. Como reflejo de la estrategia imperial, el diario londinense Times informó a principios de mes que los británicos intentan establecer una zona de protección marítima enorme, de un millón de kilómetros cuadrados alrededor de toda la isla Georgia del Sur, de la cual Argentina reclama su soberanía. La cancillería británica muy piadosamente que por supuesto, apoyará tal cuestión para "preservar la rica biodiversidad de las islas" y sus muchas especies en peligro.
En la reunión cumbre del MERCOSUR el 23 de diciembre, la Presidente Fernández procuró y recibió el apoyo de Uruguay, Brasil y Paraguay en una moción que le prohíbe a cualquier barco que tenga la bandera ilegal de Malvinas utilizar cualquiera de los puertos de estas naciones. La cancillería británica respondió enfurecida, amenazando a cada uno de estos gobiernos con represalias y criticando duramente a la Presidente Fernández de Kirchner por "intimidar" a sus vecinos y a los "pobres residentes de Malvinas".
El tabloide londinense Daily Mail informó el 22 de diciembre que "los militares británicos están armando planes para una segunda Guerra de Malvinas", en respuesta a la acción de Fernández. El ex jefe de la Real Armada, lord West, exigió que Gran Bretaña despliegue un submarino nuclear a Malvinas, dado que Argentina se está volviendo "cada vez más y más agresiva" e "intimida" a los barcos pesqueros que operan con las licencias del Reino Unido en la región.
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