Vista aérea de la fábrica de tractores «Venirán»
Lautenschlager cita en su informe distintas fuentes para confirmar las acusaciones. De acuerdo con Kenneth Rijock, consultor de delitos financieros (con nexos narcos en América de Sur y vinculado a delitos de lavado de dinero), entre Caracas y Teherán explotan de manera conjunta minas de aluminio en Venezuela que podrían ser fuente de extracción de uranio en secreto. Rijock aseguró -con ironía- que, aunque Irán no necesita importar aluminio, Venezuela e Irán tienen un contrato para la exportación de “aluminio” a Teherán.
Center for Security Policy, además, retoma las investigaciones del ex subsecretario de Estado para el Hemisferio Occidental, Roger Noriega, que señaló específicamente una mina de oro creada en 2008 entre la empresa estatal venezolana CVG Minerven y la iraní, también estatal, Impasco. Esta mina se encuentra por encima de la Cuenca de Roraima, donde -se supone- hay un gran depósito de uranio.
Cualquier avión que sobrevuele el espacio aéreo sobre las minas de aluminio y la oro en Roraima será derribado, un castigo algo severo solamente por volar cerca de una mina de “aluminio”.
Camilo Ospina, ex embajador de Colombia ante la Organización de Estados Americanos (OEA), había declarado en 2006 que las instalaciones secretas de extracción de uranio están operando en Venezuela bajo el nombre de “bicicleta” y a las fábricas las llaman “moto”. Sin embargo, tiempo después, el Gobierno colombiano cambió la declaración. El mineral, supuestamente, se traslada hasta el río Orinoco y se almacenan en barcos con bandera iraní.
Según las fuentes de Noriega, las empresas iraníes adquirieron instalaciones “cerca” de la mina de “oro” en 2006 y 2007. Aún cuando los iraníes aseguran que se trata de fábricas de “cemento” y “tractores”, testigos presenciales afirman que las propiedades parecen un recinto militar y que están custodiadas por la Guardia Nacional de Venezuela.
En 2008, una carga enviada a este centro iraní en Venezuela fue detenido por las autoridades turcas. A pesar de que los contenedores estaban etiquetados como “piezas de tractor”, se trataría de “barriles de nitrato y sulfato”, productos químicos para la confección de explosivos.
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