La polarización ha causado un clima de desconfianza en el venezolano, al punto que hay quienes se cohíben de hablar en público de política. Temen que sea el prejuicio quien los termine acusando de apátridas, y prefieren hablar entre dientes para que nadie los escuche. Sólo sienten confianza en la comodidad del hogar u oficina, a través de una llamada o un correo electrónico; pero aún así hay quien le causa suspicacia el hecho de que puedan ser escuchados o leídos. Esa desconfianza no está muy alejada de la realidad en Venezuela, y es posible que El gran hermano esté atento a lo que opine.
El espionaje estatal no es un hecho reciente. Se ha materializado desde hace décadas en el país. Así lo afirma un agente de inteligencia en Telecomunicaciones, quien a riesgo de ser descubierto aseguró que “las intervenciones telefónicas se han practicado en todos los gobiernos. No es un secreto, pero tampoco se maneja a vox populi. Existe desde que existe la tecnología. Antes sólo se podía hacer en la red fija, pero ahora tenemos una red celular y se han actualizado los procedimientos”.
Para El Funcionario, la falta de divisas que sufrieron en 2010 las empresas de telefonía, Digitel y Movistar, no es un hecho aislado a las intervenciones telefónicas. Éste asegura que fue una medida de presión para que las compañías de telecomunicaciones, a cambio de la moneda estadounidense a precio oficial, consiguiera y entregara al Estado los códigos de protocolo; requisito necesario para intervenir un teléfono móvil. Explica que con estos protocolos se puede grabar la voz y el texto de un celular sin ningún tipo de inconveniente desde sitios con acceso a las telefónicas y sus centros de control.
El arte de escuchar
Desde pequeños espacios donde cabe un mínimo de equipo y personal, hasta salas enteras con tecnología de punta, son los escenarios de los ha sido testigo El Funcionario. Explica que la parte técnica es sencilla “porque los equipos de grabación son muy sofisticados. Por ejemplo los que se utilizan en el sótano del edificio de la Cantv de la avenida Libertador, cuyas antenas se encuentran desde el piso 20 por razones de cobertura”.
Imaginemos que las comunicaciones móviles son una autopista que tienen canales con un ancho máximo de banda y que todos los datos viajan por ahí hasta conseguir una salida en un distribuidor. Los equipos interventores se programan para que monitoreen esa autopista y los vehículos que por ahí viajan. Este proceso puede ser aleatorio o con la información técnica del teléfono y se puede grabar la frecuencia especificada. El Funcionario, además de describir los procesos, habla de los aparatos interventores, que antiguamente eran más robustos, pero que se han reducido en espacio y peso.
Luego de instalada la maquinaria interventora, que puede ser en una habitación pequeña o vehículo, se programa para grabar la cantidad de números telefónicos deseados, inclusive durante 24 horas. Se puede se le puede agregar al sistema espía el uso de palabras claves, que al ser nombradas, activan el sistema y generan una alerta que activa las grabaciones y avisa al funcionario para que monitoree en tiempo real.
Dime a quién oyes y te diré qué hace
El Funcionario advierte que el Estado puede vigilar a quien desee, pero que “se fija con especial atención con dirigentes políticos de oposición o grupos que puedan atentar contra la continuidad del Gobierno. En el aspecto donde estén los organismos de seguridad involucrados, se sabe que pueden grabar a una persona sospechosa de delito, con clara atención a sospechosos de cuello blanco”. También afirma que este tipo de supervisión no es exclusiva de civiles y que investigan a algunos militares para saber en qué bando están y si apoyan”, relató.
Según nuestro declarante, no sólo los celulares pueden sufrir de inquilinos indeseados. También la llamadas desde números fijos son interceptadas a través de dispositivos que son conectados en cualquier sección del cableado, que va desde la central al teléfono. Igualmente los correos electrónicos se pueden intervenir y no sólo los actuales, también los antiguos, que según El Funcionario, quedan en los servidores de quien presta el servicio. Estas operaciones al e-mail se pueden hacer desde cualquier parte del mundo.
La buena voluntad
La Ley Orgánica de Telecomunicaciones en su artículo 12 dice que toda persona está en su derecho a “la privacidad e inviolabilidad de sus telecomunicaciones, salvo en aquellos casos expresamente autorizados por la Constitución o que, por su naturaleza tengan carácter público”. Si el caso es de carácter público, primero se debería solicitar el permiso de intervención de aparatos y el tiempo de grabación en fiscalía. Esta es la vía legal y la antelación en grabar antes de tener el permiso, es un asunto de confianza en los organismos de seguridad y su buena voluntad.
Por otra parte en la Gaceta Oficial N° 5.930, publicada en septiembre de 2009, se modifica el artículo 309, autorizando al Ministerio Público a obligar a las empresas de telecomunicaciones a entregar los registros de llamadas de cualquier ciudadano sin necesidad de una orden judicial previa. A esto se le suma el compromiso de mantener unidades permanentes que procesen la información y ubicación de un ciudadano.
Venezuela Global
Si el satélite Simón Bolívar se usa para tales fines, es una respuesta que El Funcionario prefirió no aseverar, pero explicó que sí se podría hacer como alternativa para intervenir teléfonos de tecnología GSM. Agregó que las tecnologías que tienen el país para interceptar provienen principalmente de Rusia, EE.UU y Europa. Explicó que no son de fácil adquisición porque se necesitan licencias para ello, pero con países políticamente aliados al gobierno venezolano, es posible. Tal es el caso de los aparatos rusos del que él fue testigo. Concluyó que China está a la cabeza en la producción de esta maquinaria por tener todas las comunicaciones de su país controladas, cosa que en Venezuela no se ha podido lograr.
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