19/12/11

Mezerhane: Chávez me dijo “arregle lo de Globovisión o aténgase a las consecuencias”

Caracas, 19 de diciembre de 2011- Cuando uno lleva rato escu­chándole hablar tiene la impresión de que es un hombre acostumbra­do al juego del poder, ese mismo que lo llevó a la cárcel acusado del homicidio del ex fiscal Danilo An­derson y que ahora le ha quitado su banco y esta semana sus accio­nes en Globovisión. “Tengo un pro­verbio que dice que me siento en el frente de mi casa para ver pasar el cadáver de mi enemigo. Siempre lo he visto”, suelta de tajo y luego agrega: “a veces camino hasta la es­quina para acompañarlo”.

Nelson Mezerhane habla sin ta­pujos, pide perdón si ha ofendido a alguien, defiende su honor y en su larga charla con nosotros intenta explicar las razones que lo llevaron a torear en la arena la situación de sus socios en Globovisión -Guiller­mo Zuloaga y Alberto Ravell-, y del poderoso emporio que creó en muchos años. Confiesa que recibió presiones de Elías Jaua, ministros del gobierno, así como diversas lla­madas del mismísimo Presidente de Venezuela, Hugo Chávez, para in­tentar cercarlo y chantajearlo.

-Señor Mezerhane, cuén­tenos en palabras llanas ¿por qué, según usted, es ilegal lo que hoy hace el go­bierno con sus acciones en Globovisión?

-El procedimiento es el siguien­te, una vez se interviene una insti­tución se intervienen también sus compañías relacionadas propiedad del banco, o su casa matriz, lla­mémosle el accionista principal. Ellos también intervinieron Segu­ros Federal, que es una compañía hija de Inversiones Cremerca, que es a su vez hija de Corporación Co­locaciones; yo soy el accionista principal.

En ese orden intervinieron las compañías y luego las que son pro­piedad del propio Banco Federal. Procedimiento: La Sudeban no pue­de liquidar nada, tiene que interve­nir en el supuesto de que haya sido legal y luego proceder a la interven­ción por 60 días para que el banco se rehabilite o se liquide, en razón a los análisis financieros que ellos ha­yan hecho dentro de la institución.

-En el caso del Federal, ordenaron la liquidación.

-Exacto, el procedimiento es que pase a Fogade, que puede liquidar. Fogade procede de la manera si­guiente: una vez que los activos del banco pasen a subasta pública, se consigan los mejores postores y aún así no cubrieran la totalidad del pa­sivo del banco, entonces podrían ir contra los activos propiedad del ma­yor o mayores accionistas del ban­co. Todo siempre que los activos propiedad de la institución y de la casa matriz, en este caso Inversiones Cremerca, no pudieran conseguir el dinero para pagar el pasivo.

Cosas como estas no se han he­cho. Ellos empezaron a liquidar el banco con una dualidad inexisten­te en la Ley, donde la Sudeban de­termina a quién entregarle activos, como la torre principal que está en El Rosal (Caracas) que se la asigna­ron al Banco Bicentenario y nadie sabe ni por qué monto. Creo le en­tregaron la Torre Mitó, en la Aveni­da Francisco de Miranda (Caracas) al Banco del Tesoro y tampoco se sabe el monto. Entregaron la carte­ra con una provisión gigantesca al Banco de Venezuela, en vez de ha­ber sometido todo esto y muchísi­mo más a una subasta pública co­mo se hacía en el pasado. Con el Banco Latino hubo una subasta y todos los bancos apostaron a esa subasta y quien mejor pagara, se lle­vaba las oficinas o la cartera de cré­dito, o diferentes activos como las obras de arte. Nada de eso ha su­cedido aquí.

-Entonces, es una coarta­da para meterse en Globo­visión, es eso lo que usted está asegurando.

-Ellos saben que es incorrecto e injusto y lo que querían era llegar­le a las acciones de Globovisión. Por arte de magia sale la liquidación, primero intervinieron Sindicato Ávila y la compañía donde está mi casa y a dedo llegaron y dijeron, esas son las que vamos a liquidar ahora y la pregunta es ¿y todo lo demás que acabo de explicar cuán­do lo van a liquidar? ¿A posteriori? ¿Por qué no liquidan o venden Se­guros Federal? Es lo lógico para conseguir los fondos para cubrir el pasivo, según ellos, del banco. Fue­ron directos a liquidar esa compa­ñía para de esa manera llegar a in­cautar de forma ilícita las acciones propiedad del Sindicato Ávila, que es propiedad mía.

-¿Desde cuándo está el gobierno interesado en Glo­bovisión y por qué usted ha dicho recientemente “es­toy harto del chantaje”? ¿Quién lo chantajeaba?

-El chantaje viene prácticamente desde que este gobierno nos inva­dió, desde el principio al señor Chávez no le gustaba Globovisión, de hecho lo bautizó como Plomovi­sión. Una vez, en el Hotel Caracas Hilton, le dije: voy a registrar ese nombre, y Marisabel (Rodríguez, ex Primera Dama) me dijo: “Muy bue­no ese nombre”. Él siempre ha bus­cado de alguna manera debilitarme o conquistarme. A mí me hicieron propuestas totalmente deshonestas. Un ministro del señor Chávez me hizo una propuesta, con testigos, donde dijo que si yo lograba poner a Globovisión en un fideicomiso y controláramos Globovisión por parte del Gobierno, yo iba a ser el hombre más rico de América Latina. Yo le respondí que no sabía con quien hablaba. Yo acabo de salir de prisión y estando en la cárcel me ofrecieron que convenciera a mi so­cio de vender Globovisión para yo salir, y yo contesté que me quedaría 20 años preso antes de hacer eso.

-¿Quién es ese ministro?

-Rodolfo Sánz. Él me hizo esa propuesta y tengo testigos. Esto no es un juicio y si no le gusta que diga si es mentira. Yo puedo decir hora, fecha y lugar de esa reunión y sospecho que estaba mandado por Diosdado Cabello. Anterior a esto me quitaron el teleférico, un hotel en Puerto La Cruz -a mano armada- y un terreno en El Valle (Caracas) en el llamado Turmerito.

Ahí el señor Barreto (ex Alcalde Mayor de Caracas) se metió de manera ilegal. Hasta hay una deci­sión de un tribunal para que salie­ra de ahí, a la que hizo caso omiso y se cogió el terreno. Durante to­do el tiempo he estado protegien­do a la institución, protegiendo nuestros activos, nuestras empre­sas, nuestra familia. Eran mensajes van, mensajes vienen todos los días. Cuando estás frente a una ins­titución con un millón de clientes y tres mil empleados, decir todo esto dañaría sensiblemente a la institución, a los depositantes y su personal. Cuando uno está frente a una institución como esa se tie­ne que callar, tragar, seguir adelan­te y evitar que eso no pase.

-Perdone que le plantee esto, pero debo hacerlo: ha habido rumores de que us­ted estaba negociando a Glo­bovisión para el Gobierno.

-Traté de manejar la situación con la delicadeza que el caso pre­senta porque estos señores nos iban a atropellar y teníamos que estar vivos para seguir adelante. Uno no se puede enfrentar al to­ro sin protección. Hay que torear­lo hasta que se canse y venza la in­teligencia. Yo hice todo lo que pu­de. La gente tiene la costumbre de pensar que si intervienen un ban­co tú eres un ladrón. Siempre se piensa así, pero esta vez no se ha podido crear esa matriz de que el banco estaba mal porque se roba­ron los reales. En el caso del Fede­ral es que fue atropellado repeti­das veces -sobre todo en 2009- por José Vicente Rangel, Mario Sil­va, Alberto Nolia, Diodado Cabello y funcionarios, quienes decían que había que sacar los reales del ban­co y otras barbaridades por los medios. Eso fue denunciado en la Fiscalía en diciembre de 2009 con pruebas. Estamos a un año de eso y no ha pasado nada. La Fiscalía no abrió ni una averiguación y están denunciados Rangel, Silva y Nolia. Esas denuncias ya están en la Cor­te Interamericana de Derechos Humanos.

-¿Y por qué usted no vie­ne y da la cara, como dice el señor Presidente?.

-Leocenis, yo estuve preso 46 días porque les dio la gana, y al día siguiente te dicen: “ven a defender­te, a dar la cara”. Primero garantí­zame la imparcialidad y la libertad hasta que se termine el juicio. Ellos quieren doblegarme con el poder del Presidente y su combo, pero no dentro del marco de la ley. Noso­tros (mi familia) hemos tenido más de 100 años de tradición de traba­jo en el marco de la ley, desde mi padre hasta nosotros. Nunca he­mos hecho daño a nadie y si se hi­zo pido disculpas porque como hu­mano me pude haber equivocado, pero nunca se ha hecho daño inten­cional a nadie.

Chávez sí violó la Constitución reiteradas veces. Cuando era miem­bro del ejército venezolano -él mis­mo lo dice en televisión y se mue­re de la risa- se escapaba del cuar­tel para irse de bonche con una no­via.

Tremendo ejemplo para los verdaderos soldados. Todo el tiem­po estuvo conspirando, dicho por él, leyendo los libros de la guerrilla. En este momento lo que está ha­ciendo es proceder arbitrariamen­te; todos los activos del banco se han ido entregando a dedo. No le están pagando a la gente lo que tie­nen que pagarle. Les pagan una par­te, después no les pagan y después chantajean a proveedores que te­nían cuentas pendientes por unos trabajos y les dicen que si firman una carta diciendo que el señor Mezerhane y el banco los trataban mal a ustedes y no les pagaban, en­tonces ellos les pagan, pero hay gente que prefirió perder su dine­ro antes de decir esa falsedad.

-Fíjese, también se ha di­cho que Banorte, a través de José Zambrano, intentó comprar el Federal en nom­bre del gobierno ¿Es verdad o usted se lo ofreció por lo inminente del caso? Ahora Zambrano está perseguido y en el exilio, explíquenos, sí puede.

-A finales del 2009 estábamos siendo perseguidos. Teníamos a 26 personas de la Superintendencia de Bancos dentro de la entidad desde el 16 de octubre de 2009, o sea, que todo lo que pasaba den­tro del banco ellos lo sabían y te­nían control absoluto. En ese ínte­rin apareció el señor Zambrano -que no creo que lo mandara el Gobierno, pero sí que tiene con­tactos en él-. Me dijo que estaba dispuesto a comprar la institución. Yo le dije que si pagaba el precio de la institución y era aceptado por la Superintendencia yo prefe­ría en verdad retirarme, porque estaba asqueado. Él puso una car­ta de intención, se fue a la Super­intendencia de Bancos para que considerara si el accionista era vá­lido o no, y esa fue la noticia. No hubo compra, nunca pasó nada.

-Hubo una crisis en Glo­bovisión que muchos no en­tendieron y que terminó con la destitución de Alber­to Federico Ravell ¿Qué pa­só esos días?

-Guillermo Zuloaga, Alberto Ra­vell y yo tuvimos una reunión a principio de enero, y le dijimos que había que hacer algunas señas por­que estaban perjudicando de ma­nera muy fuerte a Zuloaga, que te­nían una medida contra su hijo, que el juego del Gobierno no era lim­pio, que de manera arbitraria po­dían meter preso al hijo de Guiller­mo y acabar con nuestras institu­ciones, y a mí ya me habían metido preso. Discutimos que se tenían que hacer cambios, movimientos que permitieran un tránsito para ver cómo manejábamos la situa­ción, porque si no se iban a meter con los tres y le explicamos que el hijo de Guillermo también había sa­lido afectado. Pero Alberto Ravell se molestó.

-Ravell ha dicho que a usted le pidieron la cabeza de él.

-No fue que nadie pidió la cabe­za de Ravell. A mí sí me pidieron la cabeza de Ravell pero lo defendí a ultranza y le dije a Carrizales (Vice­presidente 2008-2010) que lo la­mentaba, que ni siquiera iba a oír la propuesta. El cuento que echó Ra­vell no es verdad, de que yo estaba negociando su cabeza. Hicimos cambios para tratar de decirle al se­ñor Presidente: vamos a entender­nos; crear una mesa de diálogo e ir hacia adelante, pero no hubo mane­ra. Fue una imposición.

-¿Y hubo reuniones con el gobierno?

-Fui a una reunión con Elías Jaua y Alí Rodriguez. Jaua llegó diciéndo­me: “tú eres el que te acercaste al gobierno, por lo tanto las condicio­nes las ponemos nosotros” y así empezó la conversación a la que contesté: “creo vicepresidente que no tenemos nada de qué hablar”.

Hablé con Rodríguez e insistió en las condiciones y al final salí disgus­tado. Me enfermé y vine a EEUU, y me llamó el Presidente y me dijo: “arreglen eso en Globovisión” y le dije que estaba grave de la tensión y debía estar un tiempo más, y que Globovisión era un grupo de perio­distas que iban a hacer lo mejor po­sible para reflejar las cosas buenas que hiciera el Gobierno.

-Perdone que lo inte­rrumpa, pero esto es im­portante: ¿qué le contestó el Presidente Chávez?

-Me contestó: “haga lo que tiene que hacer pronto o aténgase a las consecuencias”. Que diga que eso es mentira. Ahí perdí las esperanzas y resolvieron intervenir el banco, que ellos acusan de cosas de las cuales yo tengo pruebas que las nie­gan. Tengo cartas del Superinten­dente de Bancos y de la Guardia Nacional que dicen que el banco cumplía; informes de primer tri­mestre de 2010 de la Sudeban y de los meses de abril y mayo donde consta que tenía más activos que pasivos. Tenía 850 millones de bolí­vares en el Banco Central de Vene­zuela en el momento que intervie­nen el banco y todo eso se desapa­reció. No aparece el monto liquida­do. Todos los activos de fideicomiso que tenía el banco y que valen una fortuna los pusieron en cero para poder ir contra las acciones del ac­cionista fuera del banco, que son Globovisión y mis bienes particula­res. En el informe no mencionan los activos ¿Dónde están esos activos? Hay que liquidar los del Sindicato Ávila, las de Globovisión.

-¿Qué opina de Juan Car­los Escotet de Banesco y del señor Víctor Vargas del Banco Occidental de Des­cuento con sus declaracio­nes el día siguiente de la in­tervención del Federal?

-A alguno le dije una vez que te­nía mi conciencia tranquila y espe­ro que ellos también. Yo he sido so­lidario con todo el sistema, he de­fendido a la empresa privada y so­bre todo a mis colegas. Si ellos consideran que tuvieron que ac­tuar así por chantaje o presiones, cada quien que asuma su responsa­bilidad. En corto plazo sabremos la verdad y ellos sabrán qué le dirán al país, con la nueva Ley de Bancos. Hay bancos importantes que me han llamado, que dicen no estar de acuerdo con estos señores.

-¿Qué va a pasar ahora con el Gobierno dentro de Globovisión?

-Todavía no han tomado las ac­ciones, están tratando de tomarlas de manera arbitraria, es un robo, más nada. Así se denota la cobar­día del Gobierno al tomar una me­dida contra Globovisión. Lo que están haciendo es asfixiar al canal por todos lados para entrar y de­cir que ellos se pusieron en las ac­ciones legalmente; de las acciones de la compañía, de la cual soy pro­pietario y que ellos me mantienen intervenida de manera ilegal por­que ellos no pueden intervenir compañías que no sean del banco. Pueden tenerlas a resguardo, pero para el momento que no se cum­plan con los activos del banco ir en masa contra esos activos. Esas acciones van a una empresa que, a su vez, es dueña de Globovisión. O sea, que en el directorio de la plan­ta no nombran ese 20% porque yo tengo otras acciones en el otro la­do. Entonces tendrán que confis­car toda la empresa -la otra es Corpomedios- para que puedan entrarle legalmente.

-¿Con el 20% ellos podrían nombrar una Junta Directiva o cambiar la línea editorial?

-No, nada. Absolutamente nada. Sólo se beneficiarían a la fuerza de los dividendos y me robarían las ac­ciones. Más nada.

-¿Dejaría de ser accionis­ta de Globovisión?

-Es como si me roban el carro y dejo de ser propietario. No, yo si­go siendo propietario del carro. Ya interpuse un recurso de nulidad de la intervención y estamos ponien­do un recurso de nulidad de la li­quidación. Ahora, que prospere o no en el chavismo, el 99,99% que no va a prosperar, pero hay espacios internacionales en que sí va a pros­perar y se va a demostrar que es­to es una medida confiscatoria de los bienes de los venezolanos. Co­mo lo hace con los constructores y con quien le dé la gana.

-¿Es verdad que le dijo a alguien del gobierno: “yo cobro y cobro caro”?

-Yo no dije eso y ese vagabundo sí cobra. Lo que pasa es que son unos cobardes y cuando tú los en­frentas inventan cualquier cosa. Cuidado mañana te dicen que estás propiciando un golpe de Estado o una barbaridad. Nadie quiere ver muerto a nadie. Quiero que todos vayan a juicio en La Haya.

-¿Usted perdona?

-Yo tengo un proverbio árabe, mis orígenes, que dice: “siéntate en la puerta de tu casa y espera el ca­dáver de tu enemigo pasar”. Yo lo he modificado y lo que hago es no sentarme en la puerta de mi casa sino que camino hasta la esquina para verlo pasar lo antes posible.

No me amilanan estas cosas. Mi padre fue un hombre luchador y de ahí tenemos esa formación de tra­bajo, dedicación y perseverancia. Si Dios me da salud, muy pronto me verán. Duermo tranquilo. No le de­bo ninguna excusa a nadie y le pido perdón a todo el que por equivo­cación yo le haya hecho daño. Ellos tendrán que pagar sus irresponsa­bilidades.

Traté de manejar la situación con la delicadeza que el caso presenta porque estos señores nos iban a atropellar y teníamos que estar vivos para seguir adelante. Uno no se puede enfrentar al toro sin protección. Hay que torearlo hasta que se canse y venza la in­teligencia. Yo hice todo lo que pude.

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