Según el diario español ABC a Chávez “le queda un año de vida a menos que acepte un tratamiento intensivo”. El diario, en su edición de enero 23 de 2012 cita informes confidenciales elaborados por informantes con acceso al equipo médico de Chávez. Ahí se dice que la gravedad de su estado quedó confirmada el examen del 30 de diciembre de 2011. Según estos informes, la trayectoria que trae la enfermedad es una de deterioro, con metástasis en los huesos y la espina dorsal, todo lo cual ha implicado para el paciente el uso de una creciente dosis de calmantes e estimulantes para desarrollar su actividad pública.
Lo increíble de toda esta historia es que no solamente Chávez no ha permitido que un tercero imparcial dictamine y comunique sobre su estado de salud, sino que a pesar de evidencias en contra, manifiesta con desfachatez que ya está curado. Esta actitud de tapar y mentir en relación con su enfermedad ha estimulado la proliferación de toda clase de rumores, así como de permanentes desmentidos por parte del propio Chávez.
El problema para Chávez son las elecciones presidenciales del 7 de octubre de 2012. Optó por esconder todo lo relativo a su enfermedad porque tomó la decisión de presentarse como candidato. Según parece, llegó a la conclusión que nadie más dentro de las huestes oficiales tendría posibilidades de ganar. Por otro lado, el reconocimiento de un cáncer incurable produciría desmoralización y divisiones entre sus partidarios. Su incuestionable poder recibiría un golpe de gracia, antes de que estuviera dispuesto a cederlo.
¿Y cuándo cederlo si obligado por la enfermedad? Después de ser reelecto Presidente el 7 de octubre, y bajo sus condiciones.
Inicialmente este escenario no era del todo descabellado. Cuando se le detectó el cáncer su esperanza de vida era entre 3 y 5 años, obviamente bajo la premisa de que se hiciera los tratamientos indicados. Y de pronto, se daría un milagro de esos, como el que ha implorado frente a imágenes religiosas y el que ha buscado con chamanes de distinta nacionalidad.
Sin embargo, después de la cuarta quimoterapia el 19 de noviembre de 2011, según lo reporta el diario ABC, se estableció que el cáncer no solamente no se había detenido sino que por el contrario había continuado la metástasis. Después de eso, el personaje salió a cantar victoria y a ufanarse frente a los venezolanos de que ya no le quedaba ninguna célula cancerosa en su organismo. Lo único que le faltó fue dar la orden de “publíquese y cúmplase”.
Como sea, de acuerdo con el informe del diario ABC ya ni siquiera sería evidente que alcanzare a llegar al 7 de octubre si no abandona la actividad propia de sus funciones públicas y las que se le vienen encima con la campaña electoral. Si no se retirase tendría que respaldarse en crecientes dosis de morfina.
Si esto sucediera, surge el interrogante de como reaccionarán los venezolanos el día de las elecciones. ¿Votarían por un candidato que no está en condiciones de ejercer sus funciones?
De todas maneras, si el informe del diario ABC se ajusta a la realidad, llegará un momento antes de las elecciones en el que Chávez tendría que reconocer que hasta ahora le mintió al pueblo venezolano sobre su enfermedad. ¿Cómo así que ya se curó y de repente su salud está más deteriorada que nunca?
Habrá una explicación oficial tal como ha sucedido con muchas otras mentiras anteriores de este gobierno (en el manejo de mentiras cuenta con la insuperable asesoría de Cuba). Pero en este caso lo que está en juego no es la suerte de tal o cual funcionario, sino el futuro mismo de un régimen que ha girado completamente alrededor de un solo y omnipotente líder. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario