Eje del Mal |
La amenaza de tener a Irán a las puertas de casa, en una Venezuela que puede prestarse como plataforma para lanzar represalias contra EEUU, está preocupando a los norteamericanos. Este jueves el Senado celebró una vista sobre la influencia de Irán en Iberoamérica; la Cámara de Representantes hizo lo propio hace dos semanas. En ambas comisiones de exteriores, los testimonios presentados llevaron a demócratas y republicanos a pedir a la Administración Obama que extreme su atención sobre la trama iraní en el hemisferio occidental (búsqueda de uranio, burla de las sanciones financieras, planes militares, cobertura a Hizbolá). Con ese objetivo, sendas leyes están en marcha. “Irán está más dispuesto a perpetrar un ataque en EEUU”, aseguró recientemente en el Congreso James Clapper, director de Seguridad Nacional. Esta próxima semana se esperan noticias que acentuarán aún más el peligro que supone la entente Chávez-Ahmadineyad.
Hasta que el elemento iraní no comenzó a tomar cuerpo, EEUU ha estado viendo a Chávez como un elemento folclórico. La Administración Bush no hizo nada contra él. Lo impidieron Dick Cheney y, sobre todo, Condoleezza Rice, por la relación de ambos con el mundo del petróleo, como la del propio Bush. Chávez supo darle una gran tajada del crudo venezolano a Chevron, y esta compañía se ocupó de que Washington no moviera ni un dedo para desestabilizar al coronel. EEUU se jactaba de haberle hecho dependiente de las grandes refinerías estadounidenses, únicas capaces de absorver la cantidad de crudo venezolano. Pero hoy ya no es así. Los acuerdos con China han abierto otras posibilidades, como la compra por parte de este país de petróleo venezolano barato a cuenta de créditos no pagados por Caracas, que luego los chinos venden a EEUU; solo tienen que cruzar el Caribe con la carga.
Además de apoyarse en China (y en Rusia), Chávez le ha abierto la puerta a Irán. Para Ahmadineyad la relación con Venezuela, Bolivia y Ecuador, los tres países donde tiene más intereses, fue al comienzo ocasión para romper el aislamiento internacional; luego pasó a oportunidad para lograr recursos estratégicos (uranio y dólares) y ahora está virando también en plataforma para asediar a EEUU. “Antes Irán veía la región de modo oportunístico, ahora la ve de modo operacional”, fue una de las conclusiones en el Senado. En los últimos años, la Administración Obama ya ha sancionado a la petrolera Venezolana, PDVSA, y otras compañías del país. También ha expulsado recientement a la cónsul en Miami por implicación en posible ataque cibernético. Ahora el Pentágono está tomando cartas en el asunto.
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