3/2/12

EL 4 DE FEBRERO UNA FECHA NEFASTA EN NUESTRO CALENDARIO.

No se puede celebrar un golpe militar y un intento de homicidio a un Presidente de la República y a su familia. Habrá desfiles militares, canciones, condecoraciones mientras la injusticia, la desidia, la ineficiencia, la ineptidud, la corruptela y la barbarie reinan. En la calle se respira frustración, desaliento. Vivimos las consecuencias de un régimen que ha concentrado el poder como en pocas veces en nuestra historia. Al tiempo que hemos tenido autoritarismo y centralización, populismo y estatismo, el ciudadano de la calle siente que no tiene un gobierno que lo ayude y defienda, que le reconozca sus derechos. Antes que buscar espacios de coincidencia, el régimen actual se empeña en distanciarnos.


Tal conducta es inaceptable y lejana de los verdaderos sentimientos de nuestro pueblo.


Tenemos menos oportunidades para progresar, para tener trabajos decentes, con beneficios sociales. En muchos casos se pierde el empleo por razones políticas. La inseguridad se ha apoderado de nuestras calles. Millones de venezolanos sigue en la más inaceptable situación de pobreza.


La Venezuela del futuro no quiere la continuidad de lo que hoy tenemos, tampoco quiere el regreso a lo que había. En las últimas décadas, los venezolanos hemos experimentado un deterioro institucional y de nuestras condiciones de vida. Las soluciones que se han ensayado, muchas de ellas contrarias al espíritu democrático y la equidad social, han empeorado lo que se proponían mejorar.


Por todas estas razones convocamos al país a mirar al futuro. A romper las cadenas de la ineptitud y la ineficacia, del presente y del pasado, que le han puesto freno al desarrollo y la prosperidad nacional.


La mejor respuesta que vamos a tener a este fraude militar será una participación masiva en las primarias del 12 de febrero.


Venezuela reclama unidad. Venezuela reclama, como respuesta a la pequeñez, grandeza; como respuesta a la mezquindad, generosidad; como respuesta a la injusticia, justicia; como respuesta al abuso, respeto; como respuesta a la discriminación, inclusión. Sólo así se construye esa libertad con los colores de la bandera, que nos haga sentir cada vez más orgullosos de ser venezolanos.


Reafirmamos nuestra voluntad de poner todo el esfuerzo necesario que nos convoque y nos movilice hacia la consolidación de una mayoría política y social. La decisión es tuya, una nueva Venezuela es posible.

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