Aunque el brillo del barril dispara el ingreso de petrodólares las reservas operativas de la República, es decir, las divisas colocadas en cuentas bancarias que permiten cubrir de inmediato las importaciones y el pago de la deuda externa, se ubican en el nivel más bajo de los últimos quince años.
Al cierre de 2011 las reservas operativas en poder del Banco Central representan 5 mil 586 millones de dólares, magnitud que equivale a menos de dos meses de importaciones, a la vez que evidencia una profunda caída de 82,6% respecto a 2008 y es el monto más bajo desde 1997.
Básicamente el descenso obedece a la manera como se administra la riqueza del país. El año pasado, gracias al petróleo, Venezuela recibió 88 mil 131 millones de dólares, pero el grueso alimentó los fondos que el Ejecutivo maneja directamente, mientras que sólo una pequeña parte ingresó al Banco Central.
El presidente del Banco Central, Nelson Merentes, reconoce en su mensaje de fin de año que el BCV recibió de manos de Pdvsa 36 mil 725 millones de dólares, es decir, tan solo 41% del total de divisas provenientes de las exportaciones petroleras.
Fiebre del oro
Al observar las reservas de la República como un todo, incluyendo oro, derechos especiales de giro y los depósitos en el Fondo Monetario Internacional, Venezuela contaba al cierre del año pasado con 29 mil 889 millones de dólares, no obstante, hay que tomar en cuenta que la mayor parte de este monto obedece a que los lingotes, gracias a la crisis global, han aumentado de precio.
Desde octubre de 1999 para valorar el oro, el Banco Central recurre al precio de mercado y establece un promedio semestral. Así entre 2007 y el año pasado gracias a que los inversionistas se refugian masivamente en las barras doradas, el valor más que se duplicó, mientras que el número de lingotes permaneció estático.
De esta manera, sin que el país hubiese comprado más barras, el oro pasó a representar 66,7% de las reservas internacionales.
Venezuela supera ampliamente a Ecuador, la nación de América Latina que más se le acerca en cuanto a la proporción que tienen las barras doradas en el monto de las reservas internacionales, de acuerdo con datos del World Gold Council (Consejo Mundial del Oro) y una caída en el cambiante precio de los lingotes, tendría consecuencias importantes.
Un análisis de Merrill Lynch explica que si el precio del oro hubiese permanecido en el nivel alcanzado al cierre de 2008, las reservas internacionales de Venezuela se ubicarían en este momento en 19 mil 400 millones de dólares, una cifra que no permite cubrir más de seis meses de importaciones.
¿Y el colchón?
Analistas coinciden en que los países petroleros como Venezuela, donde el barril provee la gran mayoría de las divisas, deben constituir un fondo de ahorro para equilibrar la economía cuando el volátil oro negro cae de precio.
Durante los últimos ocho años Venezuela recibió, cortesía de los altos precios del petróleo, 542 mil millones de dólares y en el fondo creado para ahorrar parte de esta riqueza, sólo existen actualmente tres millones de dólares.
Puede argumentarse que en el Fonden, un fondo ideado por el Gobierno para cubrir planes de desarrollo, hay más recursos, cosa que es cierta, pero no en gran cantidad.
Esta semana Hugo Chávez reconoció que no comprometidos en el Fonden sólo existen 6 mil 400 millones de dólares, que alcanzarían para pagar menos de dos meses de importaciones.
La recomendación de Joseph Stiglitz, premio Nobel de Economía, para el Reino Unido es valida para el país.
Stiglitz señaló ayer que "el Reino Unido ha dilapidado la riqueza petrolera y es imperativo" un fondo de ahorro para asegurar la riqueza que permanece bajo el Mar del Norte para las generaciones futuras.
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