24/3/12

El premagnicidio

ELIZABETH FUENTE en Vamos a Dale

Expertos en muerte, los voceros de este gobierno comenzaron ahora con la barajita repetida de sugerirle a Henrique Capriles que se cuide, que deje de visitar casa por casa, que eso es muy peligroso porque la ultraderecha se lo quiere peinar (como muchas votantes por cierto), con la intención de instalar un caos en el país similar al 11 de abril.
Pero a mí la hipótesis me parece rarisísima no sólo porque haya sido lanzada desde Miraflores y repetida por el siquiatra alcalde y jefe de campaña del PSUV, sino porque cabe suponer que la ultraderecha es radicalmente antichavista y generar un desbarajuste de esa dimensión a estas alturas, sólo favorecería al actual gobierno, el cual, qué duda cabe, aprovecharía semejante desaguisado para suspender las elecciones quién sabe hasta cuándo. Es más: que si comparan el presunto caos con los sucesos de abril, quien salió ganando a la larga fue el mismísimo Chávez, cuya renuncia nunca sabremos si fue un invento del hoy embajador Rincón para acelerar el barullo por todos conocido y dirigido a que todos recuperaran su chamba y sus comisiones.

Pero volviendo al caso que nos ocupa, el premagnicidio que avizoran hoy los oficialistas se les ha transformado en una metáfora, casi similar a la metida de pata del reportero de Ávila TV, cuando en una conferencia de prensa le regaló a Capriles Las Venas Abiertas de América Latina, lo que muchos interpretaron como que le vio cara de Presidente porque, como sabemos, es el mismo librito que le llevó Hugo a Obama para que gobernara con mayor amplitud ideológica.

La broma es que se le notan las costuras a este premagnicidio. Un tiro al piso, para decirlo en su lenguaje, que busca evitar esa caminadera a pecho abierto de Henrique y aquella gentará detrás suyo dándole papelitos (¿se acuerdan de los papelitos?), y las muchachas del barrio retratándose a su lado, vergatario en mano, y los chamos persiguiéndole cual rock star y Henrique incansable, casa por casa, pueblo por pueblo, con una sonrisa que Dios se la guarde, pidiéndole a cada uno que enamore a dos más para que, dentro de 200 días, el 7 de octubre, cambie la historia de Venezuela para siempre.

Por eso los nervios, las metidas de pata, el circo ­bastante risible por cierto­, que montaron en la Asamblea Nacional para "premagnicidizar", esta vez moralmente, al próximo gobernador de Aragua, Richard Mardo, usando a la señora María León, papelito en mano, quien leía la tarea que le impusieron desde la URSS (ella todavía cree que existe), mientras los diputados de la oposición se comían vivos al resto de los payasos a punta de cifras imbatibles sobre la corrupción, números que hicieron sacar de sus casillas al delfín Cabello porque no les podía ordenar que se pusieran firrrrmmm... y se callaran, no fuera a ser que Hugo los estuviese oyendo.

El propio tiro por la culata les resultó el chantaje o la amenaza prematura contra el candidato de la Unidad, que siguió vivito y coleando por todo el país sin hacerles el menor caso, montando en su autobús del Progreso mientras le va diciendo adiós a la Guagua roja que va en reversa, directo a la derrota.

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