La Guardia Civil española ha desmantelado “la mayor red de narcotráfico y blanqueo de capitales” asentada en España, con la detención de 21 personas y la intervención 5.644 kilos de cocaína.
Las actuaciones, finalizadas la semana pasada, han supuesto la detención de 21 personas (12 en España y 9 en Venezuela) y la desarticulación del entramado empresarial creado por la organización para justificar los ingresos generados por su actividad ilícita, según una nota de la Guardia Civil.
Durante los 23 registros domiciliarios realizados en los últimos 8 meses, se han intervenido 5.644 kilos de cocaína, 550 vehículos, veintiocho caballos de pura raza, además de 200.000 euros en efectivo y 500.000 en cuentas bancarias.
También se han intervenido obras de arte de gran valor económico, material electrónico (ordenadores, televisores y teléfonos móviles), joyas y relojes valorados en un millón de euros.
Igualmente, se han bloqueado 57 propiedades inmobiliarias, entre las que destacan dos viviendas valoradas en cuatro millones de euros cada una.
En la primera fase de la operación, que se desarrolló en junio de 2011, hubo 13 detenciones (5 en España y 8 en Venezuela) y se intervino un cargamento de 5.644 kilogramos de cocaína de gran pureza que se iba a trasladar a España desde el puerto venezolano de Palúa de San Félix, oculta en maquinaria pesada.
El aparente traslado de maquinaria pesada para movimientos de tierras no solo escondía la droga, sino que también encubría el blanqueo de capitales que generaba la actividad ilícita.
La Guardia Civil averiguó que el jefe de la organización, L.M.J., de nacionalidad española, había creado “un poderoso entramado” de sociedades económicas y financieras para ocultar los fondos obtenidos.
La red contaba con un entramado societario de diversas empresas relacionadas con la construcción de viviendas, los movimientos de tierras y la ejecución de infraestructuras, en algunas ocasiones, con contratos con administraciones autonómicas y nacionales.
El jefe de la organización, que fue detenido en la primera fase de la operación, continuaba dirigiendo la organización desde la cárcel de Soto del Real (Madrid) y dando instrucciones sobre la manera de gestionar su patrimonio.
La organización invertía en minas de oro en el África subsahariana y compraba empresas de construcción y transporte que se encontraban en una situación económica precaria.
Otra de las formas de blanqueo consistía en la adquisición en efectivo de vehículos, casas y terrenos, sin inscribir la compra-venta, para que figuraran a nombre de falsos dueños con el fin de evitar su pérdida ante una intervención policial.
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