La situación del agua contaminada no es nueva para los habitantes en Carabobo. Desde 2009, muchos se quejaban del mal olor y coloración oscura con la que recibían el líquido en sus hogares. Luis González, habitante de El Trigal Norte en Valencia, señaló que con cierta frecuencia al bañarse siente picazón en los ojos. Supone que se trata de una reacción al agua y a sus componentes, informa El Nacional.
“Mi hijo pequeño cada cierto tiempo tiene diarreas y yo vigilo su alimentación. Su médico piensa que quizás sea por el agua, pero siempre la hiervo”, indicó Marta López, quien vive en la urbanización La Isabelica.
La infectóloga Heidi Mago recomienda hervir el agua al menos 15 minutos. Dice que enfermedades parasitarias, diarreas, hepatitis A, dermatitis, malformaciones genéticas y hasta cáncer pueden ser algunas de las consecuencias a la salud de la contaminación del agua.
Mago comentó que los niños, adultos de la tercera edad y los pacientes inmunosuprimidos son los más propensos a los efectos del problema en la salud. “El principal riesgo cuando se consumen aguas tratadas de manera inapropiada son las enfermedades infecciosas hídricas como amibiasis, la hepatitis A, las diarreas que son causadas por bacterias y algunos virus, entre otros”.
Desde el fin de semana pasado, algunos habitantes de La Pradera de Guacara han denunciado que el agua que sale por los grifos en ocasiones es de color marrón oscuro.
“Tuve un problema en la piel que pensaban era una intoxicación, pero luego se extendió por todo el cuerpo. Tenía picazón y la piel se escamaba.
El dermatólogo me dijo que se trataba de una dermatitis. Mi vecina estuvo igual por varias semanas”, relató Carmen Flores, en Prebo, una de las urbanizaciones de clase media al norte de Valencia.
La infectóloga dijo que si al agua con alto contenido de materia orgánica le agregan cloro en exceso aparece un compuesto químico denominado trihalometano, que lentamente puede producir cáncer y malformaciones congénitas.
“Cuando agregan cloro al agua para desinfectarla, si hay gran cantidad de materia orgánica, el cloro se combina con algunos elementos y produce los trihalometanos, que si se consumen de manera crónica y a largo plazo pueden ser dañinas para el hígado, y están asociadas con cáncer de vejiga, de mamas y colón”, explicó.
Indicó que el uso del aluminio para lograr aclarar el agua también causa problemas.
“Como las aguas del lago son salobres, al mezclarlas con el aluminio hace que éste siga flotando en el líquido y no se logra el objetivo de la precipitación y aclaramiento del agua.
Ese excedente de aluminio está asociado con problemas neurológicos sobre todo en los niños osteoporosis y problemas renales”, señaló Mago.
En la isla de La Culebra. En la Isla de La Culebra, municipio Los Guayos, la situación es similar. Sus 450 pobladores se quejan de que el agua del grifo tiene mal aspecto, de que el lago de Valencia sigue avanzando y que les amenaza con dejarlos incomunicados del sector El Roble.
Egleé Martinez dijo que deben hervir el agua para los niños, que a veces sale sucia “desde que se llenó el terraplén” en 2011.
“Aquí vivimos cinco personas. Los niños tienen vómitos o diarreas, y el médico nos dice que es a consecuencia del agua. Tenemos que buscar apoyo, sea del gobierno rojo o amarillo. Nosotros queremos una solución”, señaló Martínez.
Jhonny Salas aseguró que conviven con el mal olor que proviene del lago, además de los mosquitos y la contaminación. “El agua por tubería es turbia. En invierno va a ser peor. No han tomado cartas en el asunto. No visitan el lugar. Supuestamente tienen un proyecto pero no lo han ejecutado. Tememos quedarnos incomunicados”, dijo Salas.
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