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José Vicente Rangel tuvo conocimiento con anticipación de la
conspiración movida por Isaac Pérez Recao e informó a Chávez. Fidel
Castro actuando como agente provocador recomendó dejarla andar y
convertirla en una gran trampa en la cual cayeran los militares
golpistas. El plan de Fidel estuvo a punto de fracasar cuando el general
Rosendo se negó a poner en marcha el Plan Ávila y García Carneiro no
detuvo a los generales implicados, pero se reactivó cuando Carmona
excluyó del nuevo gobierno al Ejército, lo cual le hizo perder la
adhesión de los generales Vásquez Velasco y Baduel. A continuación
presento un fragmento del capítulo correspondiente al 11 de Abril que
forma parte de un libro que publicaré pronto.
Tradicionalmente
los golpes son dados por un pequeño grupo de militares y civiles
conspiradores que tratan de derribar al presidente en ejercicio,
mediante el uso de la fuerza. Sin embargo, el uso de la fuerza no es la
característica obligada ni definitoria de un coupd'état. Hay formas más
sutiles. Estas técnicas van más allá de las elementales planteadas por
CurzioMalaparte. Los golpes secos son una especie de golpismo avanzado.
Por Ej. Hugo Chávez tiene 13 años dando un golpe seco contra la
Constitución Nacional, en cámara lenta. Paso a paso se ha ido apoderando
ilegalmente de todos los poderes del Estado, sin usar la violencia. Si
se mantiene como Jefe de Estado más allá de este año tendrá más poder
que Juan Vicente Gómez. Él será la Constitución, controlará todos los
poderes y se convertirá en el dueño de Venezuela. Mediante este acto de
prestidigitación Venezuela se hará un país comunista sin que en la
Constitución aparezcan las palabras socialismo ni comunismo.
El
11 de abril del 2002 se inició una cadena de eventos que fueron
eslabones de un golpe seco diseñado para sacar a Chávez del poder. Los
golpistas respondieron a una provocación creada aviesamente por Chávez
para terminar de barrer con los generales y otros oficiales que lo
adversaban. Este golpe supuestamente dirigido por Pedro Carmona Estanga,
fue derrotado fácilmente. Digo supuestamente porque Carmona el
presidente de Fedecámaras fue el mascarón de proa de fuerzas que
manejaban los hilos tras bastidores. El golpe logró un objetivo
contrario al deseado por sus promotores. La derrota de la conspiración
fortaleció el liderazgo de Chávez y le permitió acelerar el proceso
revolucionario.
Un Joven Rambo
La
tentativa fue aparentemente liderada por Isaac Pérez Recao, quien a la
sazón tenía apenas 32 años. Este acaudalado empresario ha estudiado en
Wharton School of Business, Harvard, Stamford, Yale y Oxford.
Extrañamente, es además un hombre de acción, un personaje de extrema
derecha experto en arnas, artes marciales e inteligencia, piloto de
aviones y helicópteros y anticomunista acérrimo. Entre sus empresas
estaba la petrolera VENOCO, más una empresa de venta de armas y una
compañía de seguridad con centenares de hombres dotados con armas de
fuego, dirigida por ex miembros del MOSAD.
Pérez
Recao apoyó a Chávez para las elecciones de 1998. Su contacto con
Chávez fue Vinicio De Sola, quien había sido cadete en los años sesenta y
era el "Cicerón" el informante de José Vicente Rangel. Vinicio estuvo
siempre en la cuerda floja infiltrando a militares conspiradores y
reportando al Gobierno. Como Pérez Recao, era "perros de la guerra".
En
el 2002 se daban las condiciones para hacerse con el poder. Pérez Recao
tenía una plan brillante para forzar la renuncia de Chávez. En ese
tablero de ajedrez él seria el rey tras el telón. Su reina era Pedro
Carmona. Sus torres, alfiles y caballos serían los poderosos que lo
apoyaban. Los peones eran los generales. Se rodeó de un pequeño círculo
de generales y coroneles sin mando de unidades, aunque dentro de los
oficiales involucrados en el pronunciamiento había comandantes de tropa.
La
idea era hacer renunciar al presidente mediante un vacío de poder.
Técnicamente un vacío de poder no es un golpe. Adicionalmente está el
proverbial artículo 350 que autoriza la rebelión ante violaciones de la
Constitución, el mismo argumento que utilizó Chávez en el 92.
A
sabiendas que era un joven desconocido, Pérez Recao decidió mantenerse
en el trasfondo como organizador y financista, cerca del centro de la
acción sirviendo de intermediario entre Carmona –quien era su empleado- y
los "pesados" que financiaron la operación. Probablemente recibió apoyo
de actores más poderosos.
A
comienzos de abril del 2002 el Gobierno había infiltrado el movimiento.
El ministro de la Defensa, José Vicente Rangel estaba enterado. Los
planes incluían la convocatoria a una huelga general que culminaría en
una gran marcha hacia Miraflores. Esa manifestación provocaría un
desconocimiento de los jefes militares a Chávez, a quien exigirían la
renuncia.
Fidel
Castro vio en este plan de la oposición la oportunidad de montar una
colosal trampa para apoderarse de PDVSA, purgar a los antichavistas de
la Fuerza Armada, dejar fuera de juego a la CTV y dominar la calle. Para
minimizar los riesgos algunos de los conspiradores más peligrosos del
Ejército habían sido enviados por José Vicente Rangel al exterior, a
cargos de escritorio o a sus casas. Entre los principales confabulados
estaba el general de división Enrique Medina Gómez, quien había estaba
en Washington. El general Rommel Fuenmayor fue designado en CAVIM y el
general Ovidio Poggioli fue nombrado director del Aeropuerto de
Maiquetía. Estas acciones aislaron a Pérez Recao del Ejército y lo
obligaron a apoyarse en la Marina de Guerra. Su contacto era el contra
almirante retirado Carlos Molina Tamayo. Este logró incorporar a la
conjura al vice almirante Héctor Ramírez Pérez, Inspector General de la
Armada. Los conspiradores estaban a la espera de un momento propicio.
Fidel decidió brindarles la oportunidad conduciéndolos a una emboscada
para aniquilarlos.
El
plan de Fidel no se limitaba a abortar el golpe, sino sacarle el máximo
provecho. El objetivo era apoderarse de PDVSA, detener a todos los
generales y coroneles antichavistas que iban a quedar en evidencia. Era
una jugada arriesgada, pero su ejecución le daría a Fidel el control
total de PDVSA, la Fuerza Armada y la calle. Fidel creía contar con el
general Manuel Rosendo, Jefe del Comando Unificado, para activar el Plan
Ávila. Esta operación militar está diseñada para enfrentar disturbios
graves del orden público en Caracas. En caso que algo fallara, con el
Plan Ávila el presidente Chávez podría recuperar el control tenía otras
cartas en la manga. Contaba con las tropas de la 3a División de
Infantería acantonada en Fuerte Tiuna, cuyo comandante era el general
García Carneiro. También controlaba a la Guardia Nacional por intermedio
del general Belisario Landis. Ambos eran hombres de su mayor confianza.
Era un riesgo calculado, pero Chávez confiaba en la infalibilidad de
Fidel.
Hierve la olla
En
las semanas precedentes al golpe la temperatura política de Venezuela
había entrado en ebullición. Algunas decisiones de Chávez mostraban que
tenía una clara intención de dar un violento giro hacia la izquierda. La
promulgación de 49 leyes habilitantes y el despido por televisión de la
gerencia de PDVSA fueron los catalizadores de un estallido popular en
su contra. La necesidad de la salida del Chávez se convirtió en un tema
público. Sin tapujos en la prensa y la radio se hablaba de la renuncia
del primer mandatario. Varios generales, incluyendo a Guaicaipuro
Lameda, Ovidio Poggioli y Carlos Molina Tamayo, pidieron abiertamente
por TV que el presidente dimitiera.
La
palabra golpe en Venezuela se había convertido en una grosería. Casi
cuatro décadas de democracia habían creado rechazo a los golpes en un
país de naturaleza golpista. Este escrúpulo hacía que una mayoría se
opusiera a esta práctica, pero este era un golpe seco basado en un vacío
de poder.
El
6 de abril, un reporte de inteligencia secreta norteamericano titulado
"Se están dando las condiciones para un golpe en Venezuela" señala que
facciones militares contrarias a Chávez están organizando un golpe
contra el Presidente Chavez, posiblemente en ese mes. El plan contempla
el arresto de Chávez y diez altos funcionarios. Para provocar la acción
militar los conspiradores tratarán de aprovechar las manifestaciones que
hará la Oposición. Este documento fue publicado recientemente por
Wikileaks.
Fidel mueve los hilos
El
plan de Fidel se inicia el 7 de abril del 2002. Ese día en el programa
Aló presidente Chávez pitó offside para expulsar a los empleados
rebeldes de PDVSA. Fue el detonador utilizado por Pérez Recao. Ese mismo
día se decidió que Fedecámaras convocara a una huelga general que
culminaría con una gran marcha. Pedro Carmona, presidente de
Fedecámaras, estaba de visita en España y hubo que esperar su regreso el
9 de abril. Durante su visita a Madrid, Carmona tuvo tiempo de ordenar
una banda presidencial para su toma de posesión.
La
gran marcha conduciría a la batalla final el 11 de abril. Al final de
la marcha con la gente frente a Miraflores el cuerpo de generales
exigiría la renuncia del presidente. La fuerza solo se emplearía si
Chávez se negaba a entregar el poder, lo cual sería prácticamente
imposible dadas las circunstancias.
El 8 de abril Allan Brewer Carias, abogado de Pérez Recao, le presenta a Jorge Olavarría un borrador de los decretos que se pondrían en práctica luego de la renuncia del presidente. Olavarría cáusticamente opino que el documento era un bodrio. El coordinador de los asuntos legales de Pérez Recao era otro empleado suyo, el abogado Daniel Romero, quien había sido secretario privado de Carlos Andrés Pérez.
El 8 de abril Allan Brewer Carias, abogado de Pérez Recao, le presenta a Jorge Olavarría un borrador de los decretos que se pondrían en práctica luego de la renuncia del presidente. Olavarría cáusticamente opino que el documento era un bodrio. El coordinador de los asuntos legales de Pérez Recao era otro empleado suyo, el abogado Daniel Romero, quien había sido secretario privado de Carlos Andrés Pérez.
El
Gobierno empezó a desarrollar su contragolpe. Ese mismo domingo Chávez,
después de expulsar a la gente de PDVSA, reunió al Gabinete Ejecutivo y
al Alto Mando Militar para oír una exposición sobre el Plan Ávila. Esa
reunión fue seguida por un cónclave secreto de dirigentes chavistas
duros incluyendo a José Nicolás Maduro, Cilia Flores, Ronald Blanco La
Cruz e Isaías Rodríguez. El objetivo de esta reunión era planificar la
defensa de los alrededores de Miraflores. Inicialmente la marcha sería
enfrentada a varias cuadras de Miraflores por grupos armados civiles
integrados por miembros de los círculos bolivarianos. Si seguían
avanzando entrarían en acción los paramilitares al mando del alcalde
Bernal. Finalmente las fuerzas del Plan Ávila entrarían a la avenida
Urdaneta para dispersar y perseguir a los marchistas. Posteriormente el
general García Carneiro recibió instrucciones para que con sus tropas
apresara a los generales conspiradores que se iban a reunir el 11 de
abril en la Comandancia General de Ejército para presentar un
pronunciamiento pidiendo la renuncia de Chávez.
Tanto
el plan de Pérez Recao como el de Fidel Castro, por diferentes razones
contemplaban que el 11 de abril la marcha iría a Miraflores. Para Pérez
Recao esa manifestación sería una medida disuasiva para obligar a Chávez
a renunciar. Fidel estaba seguro que la marcha no tenía posibilidades
de llegar a Miraflores porque tenía planes para aterrorizar a los
marchistas con los círculos bolivarianos y francotiradores y luego
rematar la tarea con la Guardia Nacional. El cubano necesitaba una
confrontación que hiciera salir de sus cuevas a los jefes golpistas para
agarrarlos infraganti. Además quería darle una lección a los marchistas
para que no volvieran a manifestar más nunca.
Paralelamente
se produce un confuso incidente relatado por Otto Neustadt, un
corresponsal de CNN en Venezuela. Según él, antes de la marcha alguien
le dijo "La marcha irá a Miraflores, habrá muertos y 25 generales
desconocerán hoy el gobierno de Chávez y pedirán su renuncia". Ese día
Neustadt dice que fue convocado a grabar un pronunciamiento del vice
almirante Ramírez Pérez antes de iniciarse los disparos en la Avenida
Urdaneta. En el pronunciamiento grabado Ramírez dice que "Durante la
marcha francotiradores estaban masacrando inocentes y seis personas han
sido asesinadas y docenas heridas". Según Neustadt el almirante le pidió
que este anuncio debía hacerse más tarde, cuando la marcha estuviera
llegando a Miraflores. Este testimonio de Neustadt fue considerado como
una prueba de que el asesinatos de los marchistas había sido programado
con anticipación. Posteriormente CNN revisó las grabaciones de Neustadt y
confirmó que a la hora en que se realizó la grabación ya se había
iniciado el enfrentamiento en la Avenida Urdaneta. Ante esta evidencia,
Neustadt se vio obligado a desmentir su declaración.
Cuando
FEDECAMARAS pide permiso para realizar la marcha el 11 de abril, se le
concede de inmediato teniendo como punto de partida en Parque Cristal y
terminando en PDVSA Chuao. Cuando empezó a verse el entusiasmo que
estaba generando la marcha y ante las expectativas de que asistiría una
gran multitud, el Comandante General del Ejército, general de división
Efraín Vázquez Velazco, estableció contacto con algunos oficiales del
Ejército que estaban en la conjura. El general Vásquez Velazco había
estado renuente a unirse a la conspiración porque tenía información
según la cual, si renunciaba el Presidente, el Alto Mando Militar seria
destituido, incluyéndolo a él. Además sabía que el vice almirante
Ramírez, quien era menos antiguo que él, era el candidato a Ministro de
la Defensa. Finalmente se logró que el Comandante General del Ejërcito
se plegara al movimiento.
Ese
día desde la mañana un destacamento armado de la Guardia Nacional
bloqueó las vías de salida del final de la marcha hacia el centro de la
ciudad. Esas tropas estaban allí desde antes de iniciarse la marcha. En
ese sitio la muchedumbre fue arengada desde un tribuna por Pedro
Carmona, Carlos Ortega, el general Guaicaipuro Lameda _ex presidente de
PDVSA- y el almirante retirado Carlos Molina Tamayo. Todos pidieron la
restitución de la gerencia de PDVSA y la renuncia de Chávez. Para
entonces ya el presidente tenía en su poder la renuncia de la Directiva
de PDVSA encabezada por Gastón Parra Luzardo. Si él hubiera anunciado
este hecho en ese momento la marcha no se hubiera dirigido a Miraflores.
Pero el plan de Fidel necesitaba una confrontación para hacer salir a
la luz pública a los generales conspiradores y detenerlos. Pronto se
empezaron a oír voces entre el público: A Miraflores! A Miraflores!. Es
factible que algunos de los que incitaban a ir a Miraflores hayan sido
agentes de Fidel. Este coro se convirtió en una barahúnda y en ese
momento el oficial que comandaba el puesto de bloqueo de la GNB recibió
orden de levantarlo para dar paso al rio humano. Esa orden no salió del
Comando de Operaciones de la Guardia. El general de división Alfonso
Martínez, quien estaba al frente de esa institución dado que el
Comandante General Landis había desaparecido, no la emitió. Esta
disposición no vino por los canales de la línea de mando, sino por la
"red alterna" de Tiburón (Chávez). Para Fidel la marcha debería
acercarse a Miraflores donde él tenía preparada una sorpresa. Esta orden
fue una invitación a los marchistas para dirigirse al centro de la
ciudad. Ante el entusiasmo de la multitud y viéndose desbordado, Carlos
Ortega, el presidente de la CTV, desde la tribuna también dijo ¡Vamos a
Miraflores! Los demás líderes y la multitud lo siguieron enardecidos. El
plan de Fidel estaba en marcha.
Cuando
la gigantesca marcha empieza a desplazarse hacia el centro, Chávez
ordena al Jefe del Comando Unificado, su gran amigo el general Manuel
Rosendo, para que active el plan Ávila. Posteriormente Rosendo declaró
haberle respondido al Presidente que no estaban dadas las condiciones
para ejecutar el plan. A esto Chávez insistió diciendo "Vamos a echarles
plomo a quienes quieren quitarme esa revolución que me ha costado
tanto". Rosendo enmudeció y Chávez cortó la comunicación pensando que su
orden sería cumplida.
Cuando
la marcha tomó rumbo a Miraflores los conspiradores se reunieron en la
oficina de Reinaldo Cervini, cerca del Centro Lido, a grabar un
pronunciamiento desconociendo al gobierno de Chávez. La idea era poner
este video en el aire una vez que la marcha llegara a Miraflores.
Posteriormente los generales le presentarían un ultimátum a Chávez desde
la Comandancia General del Ejército en Fuerte Tiuna.
Antes
de hacerse la grabación ya habían comenzado los disparos en los
alrededores de Miraflores y había reportes de muertos y heridos. Por
este motivo el coronel Julio Rodríguez Salas, quien estaba encargado de
redactar el manifiesto, incluyó esta información en el texto que luego
leyó Ramírez Pérez. A la grabación no fue invitado Vázquez Velazco
porque Molina Tamayo había convencido a Pérez Recao que el Ministro de
la Defensa fuera el vice almirante Ramírez. A Vázquez Velazco, como
oficial más antiguo en el movimiento, le faltó carácter para reclamar el
mando. Es elemental que para tomar el poder es indispensable el
Ejército y siendo el Comandante de esa fuerza el oficial más antiguo,
debía ser el Ministro de La Defensa. Este desaire fue crucial.
Cervini era un empresario de tendencia izquierdista, gran amigo del Ministro de la Defensa José Vicente Rangel. Es muy probable que Cervini haya informado a JVR que esta grabación se estaba realizando, pero el Gobierno no detuvo a estos oficiales a la espera de que se reuniera el grupo completo esa noche en la Comandancia del Ejército, para apresarlos a todos.
Cervini era un empresario de tendencia izquierdista, gran amigo del Ministro de la Defensa José Vicente Rangel. Es muy probable que Cervini haya informado a JVR que esta grabación se estaba realizando, pero el Gobierno no detuvo a estos oficiales a la espera de que se reuniera el grupo completo esa noche en la Comandancia del Ejército, para apresarlos a todos.
Rebelión de Rosendo
El
plan de Fidel empezó a naufragar cuando el general Rosendo se niega a
ordenar la ejecución del Plan Ávila. Cuando la marcha se acerca al
Puente Llaguno los círculos bolivarianos inician el combate disparando
armas cortas. Pronto el fuego es respondido por el lado contrario
mientras que una multitud indefensa queda en medio del fuego cruzado.
Entran en acción francotiradores y la mortandad empieza a aumentar.
Viendo
que Rosendo no ejecuta el Plan Ávila, Chávez activa la red "Tiburón".
Esta es una red de radio VHF paralela no oficial que enlaza a los jefes
militares chavistas con el presidente. Por esa vía el presidente
(Tiburón 1) había ordenado al general Belisario Landis que levantara la
barrera en PDVSA-Chuao para permitir que la marcha siguiera hacia el
centro. Más tarde por ese canal da instrucciones a García Carneiro para
movilizar tropas para proteger al palacio de Miraflores. García Carneiro
ordena la salida del Batallón de vehículos blindados Ayala, pero solo
una compañía obedece. Poco después esa unidad regresa al Fuerte Tiuna
cumpliendo órdenes de su jefe directo. García Carneiro había sido
desconocido y solo la Guardia Nacional pudo acudir en auxilio del
presidente, logrando dispersar la manifestación.
Pese
a que la paz volvió a la avenida Urdaneta, Chávez quedó expuesto en
Miraflores donde solo contaba con el regimiento de la Guardia de Honor y
con Jose Vicente Rangel y Lucas Rincon. Al caer la noche empezaron a
llegar a Miraflores los mensajes de los generales que desconocían a
Chavez en Fuerte Tiuna, los cuales se estaban concentrando en el
Ministerio de la Defensa. En este grupo el oficial más antiguo era el
vicealmirante Hector Rafael Ramírez Pérez, quien era Inspector de la
Armada. Todos los demás generales presentes eran generales de brigada y
contra almirantes. Los comandantes de Fuerza se habían mantenido leales
al presidente, salvo el del Ejército, Efrain Vázquez Velazco, quien se
mantenía neutral, molesto por la exigencia de los insubordinados de que
el Presidente al renunciar destituyera a todo el Alto Mando Militar,
incluyéndolo a él.
Chávez
se mantuvo en el palacio siguiendo el consejo de JVR que no renunciara
para forzar el golpe y a la espera que algunas unidades leales se
opusieran al golpe, pero ninguna se manifiesta. La jugada propuesta por
Fidel había fallado. Entretanto los generales no toman acciones para
capturarlo, esperando por su renuncia que daría pie al vacío de poder.
Despues
de las 11 de la noche Chavez envía al Ministerio de la Defensa al
general en Jefe Lucas Rincón Romero, para tratar de mediar con los
generales insubordinados, siendo desconocido. Al no ser obedecido se
comunicó con Chávez en Miraflores informando lo que sucedía. Chávez
llama a Fidel y este le dice que no se inmole y que está enviando un
avión a recogerlo. Luego de esta conversación el caudillo empieza a
negociar su renuncia pidiendo que se le garantice su seguridad física y
se le permita salir del país. Después de medianoche envía vía FAX desde
Miraflores los borradores de dos documentos de renuncia para que fueran
considerados por los insurrectos. Los generales proponen que se integren
estos dos documentos en uno solo. Chávez acepta la propuesta y pide el
envío de un documento original para la firma. En ese momento se le exige
a Lucas Rincón que anuncie por TV la renuncia, lo cual hace después de
medianoche. Alli lee la famosa frase "Se le solicitó al señor presidente
la renuncia de su cargo, la cual aceptó". Chávez estaba listo para
viajar a Cuba y planeaba irse de directamente desde Miraflores a
Maiquetía. Entretanto, Pérez Recao, en Fuerte Tiuna, tenía otra idea.
Aparece Pérez Recao
Luego
del anuncio de Lucas Rincón, el grupo de generales que había hecho el
pronunciamiento se desplaza desde el Ministerio de la Defensa hacia la
Comandancia General del Ejército, que queda en el mismo Fuerte Tiuna.
Como Chávez no llegaba se decide presentarle un ultimátum. Al efecto, después de media noche va a Miraflores una delegación de generales encabezados por el general de división Rafael Damiani Bustillos, de la Guardia Nacional, llevando una copia del documento final de renuncia. Este documento fue preparado por el coronel y abogado Julio Rodríguez Salas en la Comandancia del Ejército. Ese documento contemplaba la dimisión del presidente luego de destituir al vicepresidente y el gabinete ministerial. El general Damiani le hace ver al Presidente que era perentorio que firmara la renuncia y entregara su cargo ante el cuerpo de generales en la Comandancia General del Ejército.
Como Chávez no llegaba se decide presentarle un ultimátum. Al efecto, después de media noche va a Miraflores una delegación de generales encabezados por el general de división Rafael Damiani Bustillos, de la Guardia Nacional, llevando una copia del documento final de renuncia. Este documento fue preparado por el coronel y abogado Julio Rodríguez Salas en la Comandancia del Ejército. Ese documento contemplaba la dimisión del presidente luego de destituir al vicepresidente y el gabinete ministerial. El general Damiani le hace ver al Presidente que era perentorio que firmara la renuncia y entregara su cargo ante el cuerpo de generales en la Comandancia General del Ejército.
Simultáneamente
se hace saber al general Rosendo, quien se encontraba en Miraflores en
una situación ambigua, que informara al Presidente que si no se
presentaba en Fuerte Tiuna de inmediato, el palacio presidencial seria
bombardeado y que ya había un avión cubano en la rampa 4 de Maiquetía
esperando por él, su familia y sus funcionarios más allegados. Esta fue
una medida de presión y no una amenaza física real. En ningún momento
los generales insubordinados pensaron asesinar al Presidente, tal como
lo atestigua su comportamiento en los días subsiguientes.
Desde
antes de la llegada del presidente a Fuerte Tiuna, estaban reunidos a
puertas cerradas en el despacho del Comandante General del Ejército
general Vázquez Velazco el alto mando de los confabulados incluyendo al
Dr. Pedro Carmona Estanga, Isaac Pérez Recao, Daniel Romero, el vice
almirante Ramírez Pérez, los generales de división Medina Gómez, Rommel
Fuenmayor, González González y García Ordoñez. Además estaban el general
retirado Ovidio Poggioli y el contra almirante retirado Molina Tamayo.
Es probable que en ese momento o antes de la reunión se haya discutido
el tema de quien sería el futuro Ministro de La Defensa. La destitución
del Alto Mando Militar había sido descartada, pero solo quedaría en su
cargo el Comandante del Ejército.
En
este cónclave secreto se decidió que Chávez debía ser detenido luego de
firmar la renuncia. La voz cantante la llevó Daniel Romero cumpliendo
instrucciones de Pérez Recao. Al final se comisionó a Vázquez Velasco
para que anunciara al Presidente que quedaba bajo custodia de las
Fuerzas Armadas. Al llegar Chávez a Fuerte Tiuna, Pérez Recao y Romero
salieron del despacho del Comandante General y se integraron al grupo
que venía del Ministerio de la Defensa. Estos oficiales fueron
conducidos al salón de reuniones del Estado Mayor del Ejército. Entre
ellos estaban los generales Rommel Fuenmayor, González González, Alfonso
Martínez, Damiani Bustillos, Felipe Rodríguez, Bolívar Ramírez, García
Ordoñez, etc. Al grupo se integró sigilosamente el general de división
Jorge García Carneiro manifestando públicamente ser opositor a Chávez.
Había además algunos militares retirados incluyendo el general de
brigada Guaicaipuro Lameda y el teniente coronel retirado Francisco
Arias Cárdenas.
Chávez en Fuerte Tiuna
Al
llegar Chávez uniformado, acompañado por el Jefe de la Casa Militar
-general de Brigada Vietri Pietri-, fue conducido a la sala de reuniones
del Jefe del Estado Mayor. Alli habían unos veinticinco generales, pero
además estaban presentes varios oficiales de menor rango incluyendo
suboficiales. En esta tumultuosa Asamblea había unas 50 personas
incluidos miembros del clero. Mientras esperaban la llegada del general
Vázquez Velasco, Chávez aprovechó para dirigir unas palabras a la
pequeña audiencia. Durante este periodo el Presidente fue tratado con
respeto y consideración. Allí habló durante varios minutos hasta que
hizo su entrada Vázquez Velasco. Carmona permaneció oculto en el
despacho de Vásquez Velazco.
Vázquez
Velazco planteó de inmediato que se había decidido "retener" al
Presidente en lugar de dejarlo ir a Cuba como se había negociado
previamente. Ante esta nueva situación Chávez decidió no firmar su
renuncia ni la destitución del Vice Presidente y otros altos
funcionarios, y empezó a hablar para explicar sus razones. Le salió al
paso el general González González, quien le prohibió que siguiera
exponiendo y le conminó a que se quitara el uniforme. En ropa civil fue
conducido, casi al amanecer, por el coronel Julio Rodríguez Salas, a la
Policía Militar en Fuerte Tiuna.
Al
retirarse Chávez, Vázquez Velasco anuncio que Carmona sería el nuevo
Presidente. En la mañana del 12 empezó la persecución contra los
dirigentes chavistas en una forma reminiscente de las operaciones
ordenadas por Pinochet en Chile. La embajada cubana fue rodeada por una
turba que obligó al embajador a pedir ayuda al alcalde Enrique Capriles
Radonski quien se apersonó en el lugar pero no logró aplacar a los
exaltados. El odio chavista había generado un odio antichavista.
Errores de Carmona
Las
primeras acciones de Carmona como Presidente no fueron conciliatorias.
De un solo manotón eliminó todas las instituciones democráticas
existentes creando una dictadura de derecha. Ese día por decreto se
derogó la Constitución Nacional y fueron eliminadas la Corte Suprema, la
Asamblea Nacional, las gobernaciones de los estados el CNE, etc. Es
cierto que esas instituciones estaban ilegalmente en manos de chavistas,
pero el procedimiento utilizado no fue el conveniente. Extrañamente, ni
el general Vázquez Velasco ni Carlos Ortega el Presidente de la CTV
recibieron cargos. Estos hechos alejaron a Ortega y a Vázquez. Con sus
acciones dictatoriales Carmona echo por tierra el golpe.
Esa
misma tarde fue enviado Chavez en helicóptero a Turiamo donde pernoctó y
envió un mensaje anunciando que no había renunciado. Al otro día fue
llevado a La Orchila, pero el mensaje de la no renuncia llegó a manos
del general Raúl Baduel en Maracay.
Ese
mismo sábado 13 Carmona desayunó en el Palacio de Miraflores con el
embajador norteamericano Charles Shapiro. Luego que este se marchó
llegaron los grandes magnates de los medios incluyendo a Gustavo
Cisneros de Venevision, Marcel Granier de Radio Caracas, Alberto Ravel
de Globovision, Omar Camero de Televen, Miguel Henrique Otero de El
Nacional y Andrés Mata de El Universal.
Esa
noche Chávez redactó y firmó el documento reconociendo el abandono de
su cargo en La Orchila. Este acto confirmó para algunos el vacío de
poder, pero se había hecho estando el Presidente bajo custodia. Si lo
hubiera firmado dentro de su libre albedrío esta renuncia formal hubiera
confirmado el anuncio hecho por Lucas Rincón.
Al
día siguiente, el país se dio cuenta de que se estaba instalando una
dictadura de extrema derecha. Carmona pensó erradamente que los soldados
lo apoyaban. Esto le dejó el campo libre a los leales a Chávez para
reorganizarse, facilitándoles la recuperación del poder.
Esa
tarde el general Baduel, en Maracay, al saber que Chávez no había
renunciado, desconoció a Carmona, y el Comandante del Ejército, Vázquez
Velasco, dio un giro de 180 grados. Fue el comienzo del fin de la
tragicomedia del 11 de abril. El coronel Jesús Morao Cardona, de la
Guardia de Honor de Chávez, había sido dejado ingenuamente en su cargo
por el almirante Molina Tamayo. Cuando este se dio cuenta del error
cometido apenas tuvo tiempo de alertar a los visitantes de Miraflores
que evacuaran la sede del gobierno porque no podía garantizar su
seguridad. Al final de esa mañana las tropas de Morao tomaron el Palacio
de Miraflores sin hacer un disparo. La gente de Carmona tuvo que huir
ignominiosamente. Entretanto en Maracay, Baduel organizaba una operación
de rescate antes de que Chávez fuese enviado al extranjero. El rescate
fue exitoso y Chávez fue llevado a Caracas donde llegó en la madrugada
del 14 de abril.
El
regreso de Chávez restableció la Constitución pero no la paz en
Venezuela. El odio ya no tuvo muros de contención. El intento de golpe
le permitió acelerar su revolución generando fisuras más profundas en el
país. Pronto quedo en evidencia que el Presidente sabia con mucha
anterioridad que el golpe estaba en marcha y lo dejó correr. A partir de
ese momento Chavez se convirtio en la constitución.
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