Lo hemos dicho en muchas ocasiones: la gran movilización-protesta del
11A, movimiento social con muy pocos precedentes en la historia de este
expaís, no sólo fue entregada, sino que se le cambió por salida
electoral. Las cúpulas de las oposiciones derrotadas, luego del paro
petrolero,
debieron acogerse al Referendo Revocatorio Presidencial convocado por el
ejecutivo, con el apoyo de la OEA y el Centro Carter-EEUU.
Y una
vez montado el aparato de fraude-trampa, con misiones G2 incorporadas,
se produce el 15Ag.-04 el "nuevo triunfo" del golpista-presidente (GP).
Desde entonces se consolida la hegemonía económica con asiento principal
en Pdvsa para dar sustento a la política social, militar y electoral y
producir una ventaja difícil de derrotar en el corto plazo.
Porque
en ese campo hegemónico todo transcurre alrededor de un proyecto que
cada vez cuenta con mayores recursos nacionales e internacionales para
mantener e impulsar un golpismo que se quiere vender como revolución.
Una práctica que se une a la orientación del autoritarismo-caudillismo
alimentado en los viejos poderes heroicos.
Y desde el 02/02/99
todos los poderes estatales están en manos de este nuevo Salvador de la
Patria y constructor del camino de la "verdadera independencia". De allí
que lo hegemónico-heroico conviertan al GP en el Hombre-Patria y
repartidor de sus valores y beneficios: "¡Los que quieran patria, vengan
conmigo!
Y este supremo caudillo, dueño y repartidor, que cuenta
además con recursos sin precedentes, está lanzado hoy, una vez más como
candidato a la Presidencia de la República que considera suya, frente
al candidato de las oposiciones que viene de una experiencia,
inicialmente vista como unitaria, pero que pasó a ser partidista con los
atuendos conocidos: comando propio, jefe de campaña y un caudillo
supremo que todo lo pone y dispone.
La pugna se plantea entonces en términos de un Estado omnipotente compitiendo con un candidato solitario.
En
efecto, "las oposiciones" o "sin patria", en conocimiento de su
debilidad, organizaron unas primarias en torno a seis precandidatos. El
acto de celebración la noche del 12/02 mostró a los seis dando la imagen
de que la llamada unidad se mantenía.
Pero la mañana del 13/02
el candidato triunfador se presenta en una rueda de prensa como la
figura central, ya por encima de todos los demás.
Desecha la MUD,
le da toda primacía a su Comando Tricolor y nombra su jefe de campaña.
El ambiente supuestamente unitario de las primarias queda liquidado.
El
pacto unitario es sólo con Pablo Pérez y a medias con Leopoldo López.
Arria, Machado y Medina fueron totalmente excluidos y partidos como AD,
UNT, Copei o ABP, CR, BR andan en la búsqueda de sus respectivas
parcelas de poder.
Una nueva política, que jugara incluso a la
unidad, habría mantenido la llamada MUD y a los precandidatos que
compitieron y a los que se retiraron como integrantes de un comando de
campaña coordinado por el candidato. Y esto se habría unido a una
declaración compromiso de que el gobierno de la unidad en ningún caso
sería de un caudillo sino de un colectivo.
Pero el candidato y él
o los partidos respectivos entendieron que su triunfo ya era una
realidad porque todas las demás oposiciones estarían obligadas a votar
tricolor porque así lo decidió la exMUD.
Sin embargo, este
cálculo-plan no se ajusta a la realidad y ha producido un candidato
solitario, tal y como lo registra el boletín No 107 de la Unidad de
Análisis Político donde se plantea la separación o distanciamiento entre
MUD y candidato tricolor.
Y a esto se agrega la orientación de
una campaña cuyos directores publicitarios recomiendan ignorar al GP
porque se le considera el candidato de los conflictos-confrontaciones.
Lo contrario, la paz, tranquilidad y progreso es lo que define al
candidato opositor. Y eso, dicen, es lo que se conseguirá con las
elecciones del 7-0.
Pero ese no es un escenario con posibilidades
reales. Por encima de él prevalece la fuerza, la imposición, el
autoritarismo. Y esto podría producir intentos de enfrentamientos y los
correspondientes aplastamientos.
Por ello, no es difícil mantener que nos esperan tiempos muy difíciles. Llenos de violencia y mucha más perversión.
Y
todavía con una mayor desgracia: mientras aquí no se cree una nueva
política, seguiremos reproduciendo la vieja y gastada escuela llena de
positivismo e inclinaciones tiránico-dictatoriales.
Seguiremos
viendo una política a tal punto grotesca que no vacila en hacer de un
cáncer un jefe de campaña. O liquidamos ese proceso o nos seguirá
aniquilando el caudillo, hombre patria y Dios-revolución.
Y es en
este punto donde incide el planteamiento de los disidentes. El proyecto
de la otra conciencia y condición para una nueva historia, que no esté
al servicio de los viejos monstruos. Ni el GP ni el Tricolor y sus
respectivos combos nos permitirán ver una nueva Venezuela.
Esto
sólo será posible a partir del establecimiento de la conciencia
necesaria que remita a una organización, fuerza y acción del colectivo.
Una
disidencia que está en marcha en crecientes manifestaciones de
pensamiento diverso, con un punto estratégico en común: la creación de
una verdadera democracia que deje a un lado la pantomima que hasta hoy
hemos conocido en todas las repúblicas.
Este lunes 23, a las 6:00 pm, en la sala "E" de la UCV, seguiremos debatiendo sobre la organización necesaria.
Sólo así avanzaremos. De no hacerlo, seguiremos estancados en estos territorios tan llenos de dolor. ¡Qué historia amigos!
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