8/4/12

Socialismo Impostor


 
El tte coronel ha insistido en forma vehemente que en Venezuela no hay un proyecto alternativo a la propuesta socialista bolivariana. Ante ello, los venezolanos nos preguntamos ¿de cual proyecto se nos habla? Lo único conocido hasta el momento en torno al mal llamado socialismo bolivariano es una especie de pastiche ideológico de carácter fascista que impulsa un despotismo reaccionario, una coacción sobre los ciudadanos, un control estatal ilimitado, y una obediencia absoluta al tte coronel.
Esta falsificación ideológica se caracteriza por una profunda precariedad teórico-ideológica, aunado a una secuestrada retórica socialista que no tiene nada que ver con el pensamiento crítico de Marx. Se trata de un socialismo impostor fundamentado en un populismo facho, asociado a un despotismo militar, mezclado con ingredientes monárquicos que al margen de una confusa retórica profundiza un capitalismo explotador en su variable de Estado.
Es un populismo carismático con rasgos emocionales (paternalista) que se ha constituido en la tabla de salvación del bloque histórico en el poder (asociación estratégica de clases y fracciones que se configura en situaciones contingentes y cambiables del campo político). Este estilo de gobierno, (financiado por la renta petrolera) ha logrado cautivar a una parte muy importante de los venezolanos no por lo atractivo del proyecto mismo, sino por una combinación de: i) decepción histórica para con los representantes del proyecto hegemónico que ejercieron funciones de gobierno en Venezuela antes de 1998 y ii) por los dádivas que se distribuyen en los sectores más humildes del país a través de las misiones, que aunque no resuelven el problema estructural de la pobreza, contribuyen a palear la precariedad en la cual viven estos sectores marginados. En efecto miles de millones de dólares se han puesto en circulación por parte del régimen en un intento por generar entre los más necesitados una artificial sensación de bienestar de cara a las elecciones de octubre (2012). Según cifras de la Oficina Nacional del Tesoro, el gasto público aumentó un 56 por ciento en el 2011, lo que representa una inyección a la economía de unos $28.140 millones, al tipo de cambio oficial. El tte coronel manipula magistralmente las necesidades de los más humildes mediante una execrable formula de intercambio de votos por ayuda económica, la cual al parecer le esta generando buenos resultados según reflejan sus márgenes de popularidad, ello a pesar del colosal fracaso de su gobierno.
Además, el socialismo bolivariano promueve una veneración supersticiosa al líder del proceso (culto a la personalidad) al igual para con el Estado (Estadolatría) como expresión de dominación eterna. Adoración muy propia de los Estatismos burocráticos y despóticos del siglo pasado como el propuesto por Carl Schmidt en la Alemania nazi, o por Benito Mussolini en la Italia fascista (“todo en el estado, todo para el estado, nada fuera del estado, nada contra el estado" Benito Mussolini). Recordemos que Marx siempre se opuso a la Estadolatría como forma de gobierno, así como al personalismo-caudillista (No olvidemos la certera crítica de Marx al “Bonapartismo”). Resulta por lo tanto contradictorio hablar de un supuesto socialismo que promueve un culto a la personalidad del líder del proceso, así como un Estatismo asfixiante.  
Lamentablemente, en torno a este absurdo proyecto mesiánico se ha fabricado un peligroso mito socialista sustentado en engañosas letanías propagandísticas y distorsionados planteamientos teóricos. Falsedades como el considerar una simple estatización de un medio de producción como una medida socialista, o hablar de soberanía energética cuando se privatiza a PDVSA y se entregan nuestro petróleo y gas a las empresas transnacionales (empresas mixtas). Mentiras como el decir que el tan cacareado poder popular (NO electo por el sufragio de los residentes de la localidad, sino por la iniciativa de un grupo de militantes del PSUV) representa el empoderamiento del pueblo, cuando en realidad constituye un mecanismo de desmovilización social, y de generalización del miedo, ambos, engranajes de un control social militarizado. Embustes como señalar que la nueva Ley Orgánica del Trabajo responde a las necesidades de la clase obrera, cuando la misma no ha sido discutida por los trabajadores.
En fin, el socialismo bolivariano no  es más que un socialismo impostor basado en un primitivismo ideológico propio de los proyectos fachos.

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