Luego de que Beirut Observer y Corriere della Sera anunciaran la semana pasada que, con apoyo iraní , elementos de Hezbollah- de fuerte implantación en Venezuela y otros países autodenominados "bolivarianos"- estaban arribando a Sudamérica, y la reproducción de alertas internacionales de atentados a los gobiernos del continente en la prensa de Uruguay y Argentina (el porteño " Infobae" también aludió a Hezbollah y al Quds, grupo manejado por los Guardianes de la Revolución Iraní), el consulado de Israel en San Pablo, y otras organizaciones hebreas afincadas en esta urbe, extremaron sus medidas de seguridad ante la perspectiva de un ataque de este grupo terrorista.
Según el cónsul israelí, Ilam Stulman, se habrían recibido claras instrucciones de su Gobierno al respecto de esta situación para reforzar la protección en sus oficinas, e inclusive, alterar, en la medida de las posibilidades, la rutina, reduciendo compromisos, "estamos temerosos y manejando informaciones sobre un riesgo mayor", dijo el diplomático, acreditado ante un gobierno que no tiene catalogado al terrorismo aún como delito en su legislación, aunque la inteligencia local está tras los pasos de 22 células de Hezbollah, Yihad Islámica, Al Kaeda y Hamas.
Tanto Brasil, como Uruguay, al menos, han reforzado la vigilancia en puertos, aeropuertos y posibles objetivos , con el conocimiento y apoyo de Interpol. Según el diario de Milán, además, otros posibles blancos estarían en Colombia y bolivia, país este último, de fuertes lazos políticos con Irán, al igual, de forma bastante más discreta, que Uruguay, donde la embajada iraní está sobredimensionada y sus diplomáticos frecuentemente se han referido en público de forma agresiva y despectiva hacia Israel, sin haber sufrido mayores inconvenientes, mientras algunos predicadores chiitas están comenzando su periplo en las zonas marginales montevideanas y las cárceles.
No obstante, la mayor presencia de Hezbollah se da, con apoyo del gobierno de Chávez, en Venezuela (Isla Margarita y región amazónica, donde misioneros chiitas predican en la selva, convirtiéndo a grupos aborígenes, especialmente en áreas fronterizas con Colombia) y Brasil, así como otra en Cuba, esta, de reciente instalación.
La experiencia remite al atentado en los 90 contra la entidad hebrea Amia, en Buenos Aires, a cargo de Hezbollah, con apoyo sirio e iraní, recuerda el cónsul de Israel en San Pablo, absolutamente inesperado en la época.
En Uruguay, unas 72 horas después del atentado a la escuela hebrea en Touluse, en marzo pasado, un libanés con antecedentes y documentos falsos fue atrapado por la seguridad privada en un colegio judío de Montevideo, fugándose al ser entregado a la Policía. Al igual que la triple frontera entre Argentina, Paraguay y Brasil, el Chuy, la región limítrofe hacia el este entre Brasil y Uruguay está dominada, aunque en mucho menor grado, por el comercio musulmán palestino chiita.
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