El presidente Santos agradeció a las
autoridades venezolanas la captura Diego Pérez Henao, "alias Diego
Rastrojo, detenido el domingo en Barinas". ¡Bingo! dijeron los policías
colombianos
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El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, declaró en Bogotá, según la agencia AP, que el mandatario Hugo Chávez le había asegurado que "en cuestión de días deportará a un importante narco colombiano capturado en suelo venezolano". Enhorabuena, porque Venezuela se ha convertido en estos últimos doce años de mandato bolivariano en un refugio seguro no sólo para los narcotraficantes más connotados del país vecino sino también para las narcoguerrillas de las FARC y ELN, que practican la siembra de coca, la producción de cocaína, el tráfico hacia Centroamérica, África y Europa y el lavado de dinero.
La gente del Gobierno, los revolucionarios de pacotilla y los militantes del Partido Comunista de Venezuela deberían reflexionar seriamente sobre este hecho tan grave. Con el pretexto de combatir a un gobierno capitalista, se emplean los métodos más indignos y se justifican actos más propios del hampa y del terrorismo de derecha que de una revolución que busca crear una sociedad más justa y un hombre nuevo.
¿Pero cómo puede existir un hombre nuevo si son las FARC y el ELN quienes forman parte de un multimillonario negocio que corrompe a los jóvenes y a los trabajadores? Hace pocos días un ingeniero que trabajaba para el Gobierno fue asesinado, según la versión policial, por haber despedido a unos obreros que supuestamente se drogaban en sus horas de trabajo. Y ni qué decir de las cantidad de muchachos y muchachas en los barrios que son llevados por el camino del hampa por su adicción a las drogas.
El tema de los estupefacientes es fundamental para el futuro de Venezuela porque tarde o temprano tendrán tanto poder que llevarán al país a una guerra interna que costará Dios y su ayuda para darle fin. Ya hemos visto como a la chita callando militares de alto rango son señalados como pertenecientes a carteles de las drogas sin que el Gobierno haga algo para determinar qué tanto de cierto hay en ello, y dar luz en una oscura trama que parece hacer metástasis por toda la alta burocracia bolivariana.
El hecho cierto de que un magistrado del Tribunal Supremo, huido al exterior, y que confiesa en público que sí trabajó y colaboró con gente ligada al narcotráfico, que dio nombres y reveló que desde la casa presidencial se dictaban fallos todos los viernes contra determinadas personas o se exoneraban a otras porque eran amigas del proceso, nos indica que la corrupción ha penetrado hasta la médula del sistema. La pregunta es hasta dónde llegan los tentáculos del narcotráfico dentro del régimen.
El presidente Santos agradeció a las autoridades venezolanas la captura Diego Pérez Henao, "alias Diego Rastrojo, detenido el domingo en Barinas". ¡Bingo! dijeron los policías colombianos.
Santos afirmó "que la captura de Pérez fue uno de los golpes más importantes en la lucha contra el narcotráfico". Claro, está alegre porque fue capturado en Venezuela, donde Bogotá dice que está el cuartel general de los narcos.
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