Entre los rasgos que más llaman la atención de las encuestas
que le dan una holgada ventaja al teniente coronel es que quienes las realizan
no se limitan a presentar los resultados y describir la metodología utilizada
(tamaño y características de la muestra, lugares donde se obtuvo la
información, preguntas formuladas y su secuencia, financista del trabajo), sino
que dan las cifras, inmediatamente
interpretan los resultados y se convierten en sus propagandistas. No dejan que
uno esclarezca los números de acuerdo con nuestro real saber y entender, sino
que piensan por usted, tal como pedía ARS publicidad en sus inicios.
Hay un alumno
bastante mediocre de Claude Levi Strauss
-reconocido antropólogo francés, quien en su libro Las estructuras elementales
del parentesco, presenta los resultados de sus investigaciones en numerosas
comunidades indígenas del Mato Grosso y la Amazonía, acerca del papel de los
mitos en la cohesión social y en la conformación de las jerarquías y las
estructuras de autoridad- que insiste en que la popularidad de Chávez, luego de
catorce años de fracasos, reside en los nexos religiosos, cuasi místicos, que
el caudillo ha logrado establecer con el pueblo.
El comandante, según esta
exótica teoría, representa una especie de semidios, de santo al que solo le
falta la aureola. Lo más llamativo es que tan rocambolesca conclusión la
extrae, no de estudios etnográficos, sino de conversaciones con grupos focales
(focus groups) y de encuestas telefónicas. ¿Cómo puede derivar esa tesis de
instrumentos y mecanismos que sirven para realizar otra clase de estudios? El
astrólogo de la política se va para VTV a informar de sus “hallazgos”. Por
supuesto, el régimen lo utiliza como símbolo para demostrar la “invencibilidad”
de Chávez.
La táctica de Datanalisis es menos burda y,
por ello, más peligrosa. Se trata de un comportamiento guiado por el cálculo
oportunista. La firma habla de una extrema polarización. A menos de tres meses
de las elecciones le da a Chávez una ventaja de 15 puntos sobre Henrique
Capriles. Al primero le asigna 45%, al segundo 30%. El detalle está en que
detecta que 25% de los electores no se han decidido por ninguno de los dos
polos. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Hay o no polarización? De acuerdo con esos
datos, no hay polaridad sino multipolaridad,
pues el segmento de los indecisos es casi tan grande como el que apoya a
Capriles, quien de paso –según esos mismos porcentajes- apenas sacaría la misma
votación que obtuvo toda la oposición unida en las elecciones legislativas de
septiembre de 2010. La erosión del Gobierno desde aquel momento no es captada
por esa empresa. La pérdida de Monagas, la merma en Anzoátegui, Lara y Zulia,
no se aprecia. El 25% de indecisos forma el colchón que les permitiría a los
directivos de Datanalisis estar bien con Dios y con el Diablo: si ese segmento
se pronuncia de forma mayoritaria a favor de Capriles, este gana; de lo
contrario se ampliaría la supremacía del candidato del continuismo. De
cualquier forma aciertan. En términos de Poper, tal “teoría” no es científica
ya que no hay forma de refutarla.
Como dice
Fernando Mires, las encuestas de la lógica nos indican que las cifras de las
encuestadores que le dan una ventaja clara e irreversible a Chávez, atentan
contra lo que ocurre a diario, que podría resumirse en el entusiasmo e,
incluso, fervor que despieerta la candidatura de Henrique Capriles en toda la
nación..
El que no está
creyendo en cuentos de camino es el comandante. Los encuestadores bufos crean
la ilusión del triunfo inevitable, pero el autócrata no vive de sueños. Los
fuegos artificiales están muy bien para las graderías, pero los dirigentes
deben analizar los números verdaderos y los procesos reales. El temor y
desconcierto que cunden en la filas del oficialismo por el auge de Capriles, ha
llevado a que Chávez se apoye en los
militares y se refugie en los cuarteles. El bochornoso discurso del comandante
de la Marina el 24 de julio, amenazando a la oposición muestra el miedo atávico
del chavismo frente a la fuerza del voto democrático.
Usted no crea
en brujos improvisados ni en mercaderes. No permita que piensen por usted.
Prepárese a sufragar el 7-O. La fuerza de su voto será incontenible. Los
militares también acatarán la voluntad del soberano.
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