RedPres.- El economista y dirigente político de la Mesa de la Unidad en Miami, Federico Alves, denuncia lo que él considera un "modus operandi" de falsos empresarios para estafar por millones de dólares a la nación venezolana usando asignaciones de CADIVI y en complicidad con funcionarios corruptos dentro de la Administración pública y la Guardia Nacional Bolivariana.
Alves señala que la estafa a Venezuela arriba a $10.000 millones de dólares. Supuestos empresarios o importadores de Venezuela y Colombia a través de unas transacciones cambiarias primeramente de pesos colombianos a bolívares, luego, solicitando a CADIVI la asignación de dólares para "importar" cualquier cosa (Ropa, Comida, etc), posterior revender esos dolares al mismo cambista de los pesos-bolívares, y para perpetrar la estafa enmascarándola dentro de un supuesto manto de "legalidad", el "empresario" o "importador" despacha una supuesta mercancía que en muchos casos son desechos u otra mercancía que no tiene nada que ver con la solicitud original.
"Mandan un camión con mercadería en la mañana, y lo vuelven a sacar a Colombia por contrabando en la noche, todo hecho posible comprando y pagando a la Guardia Nacional", afirma Alves.
A continuación la denuncia de Federico Alves explicando el "modus-operandi":
DENUNCIA PUBLICA: LA ESTAFA DEL SIGLO
Por: Federico Alves
Esto que les voy a relatar le ha costado a la república arriba de $10.000 millones de dólares y sigue sucediendo hoy en día. Hay miles de ciudadanos colombianos y venezolanos que se han hecho multimillonarios a cuenta de los dólares de CADIVI y utilizando como cómplice necesario a algunos funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana, que hacen deshonor a su divisa. Así es como funciona la gran estafa.
Se los voy a demostrar con cifras redondas y aproximadas, para que se entienda el modus-operandi que nos tiene desangrados gracias a la corrupción cómplice de supuestos empresarios e importadores "opositores" junto a funcionarios "socialistas".
a) En Cúcuta un estafador toma 1 millón de pesos colombianos y compra legalmente bolívares a un cambista, con lo que obtiene BsF. 2.300.
b) Le pide a Cadivi dólares para importar comida, zapatos, cualquier cosa, de Colombia.
c) Cadivi aprueba los dólares al cambio de 2.3 (antes), y eso le da para obtener $1.000 del Banco Central de Venezuela.
d) El falso exportador toma esos dólares y los vende en Cúcuta al mismo cambista del paso (a) al cambio de 1.800 Pesos/Dólar, con lo cual arriba a la suma de 1.8 millones de Pesos.
Fíjense bien: el estafador empezó el “carrusel” con un millón de pesos y a la vuelta siguiente ya tiene casi dos millones. Cuando llega el momento de “despachar” la mercancía, lo que hace es que manda un camión con mercadería en la mañana, y lo vuelven a sacar a Colombia por contrabando en la noche, todo hecho posible comprando y pagando a la Guardia Nacional. Los estafadores mas osados mandan camiones con mercadería que no tiene nada que ver con la carga declarada, muchas veces deshechos, que pronto son eliminados convenientemente, gracias a que tienen comprados a oficiales de la Guardia. En Colombia se forman sindicatos de estafadores con fachada de empresas reales, que juntan millones de pesos en un “pool” o fondo común, y realizan en un año ganancias fabulosas, multiplicando hasta por 50 veces el capital recogido. Un negocio mucho mejor que la droga porque es legal, contando por supuesto con la complicidad de los Guardias Nacionales. Así se desangra Venezuela.
Yo estimo que el 90% de todas las liquidaciones de CADIVI correspondientes a importaciones de Colombia y otros países fronterizos son estafa pura y simple.
Esta modalidad del crimen se acompaña con la de las famosas “carpetas”. Hay estafadores que tienen hasta 30 y mas “carpetas”. Estas son las remesas de dinero que cada venezolano puede enviar al exterior. En todos los estados fronterizos hay miles de remesas a “hijos” fantasmas, o reales pero que no han salido de Venezuela. Estas solicitudes son aprobados fraudulentamente por CADIVI. Compran mensualmente con bolívares obtenidos desde a través del cambio legal, en Cúcuta, y al hacer el carrusel de los dólares, obtienen casi el doble del dinero con el que empezaron. Une estafador en particular que comenzó pobre y “pata en el suelo”, tiene ahora ocho vehículos y vive en una casa de 3.000 millones de pesos, considerada una mansión en esa zona.
Quiero que se sepa un hecho muy importante: este mecanismo sigue vivo, ha cambiado de forma, pero no ha desaparecido. Seguimos siendo los bobos que todos los demás países estafan y se aprovechan, con la complicidad de la venalidad profunda de algunos de nuestros funcionarios públicos.
Federico Alves (@federicoalves)
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