20/8/12

!Vete ya!, plis

Se necesita la gente de las nuevas generaciones y a los nuevos
partidos junto a los más antiguos y veteranos. Se comete un error al
pensar que basta que los adecos y copeyanos, masistas y exchavistas,
vayan a votar por Capriles porque no tienen otra opción; no se
requiere sólo su voto sino su entusiasmo, experiencia, su capacidad de
traer más gente a este esfuerzo majestuoso de la sociedad. Además,
tenerlos apartados en el desván porque son "seguros" no habla bien de
la concepción democrática de quienes promueven estas políticas.
"La consigna de otros tiempos vuelve a aparecer de la mano de un
esfuerzo articulado"

IEMPO DE PALABRA
CARLOS BLANCO
 EL UNIVERSAL 19 de agosto de 2012
!Vete ya!, plis

Es un hecho: la candidatura de Capriles sube mucho y en algunas
regiones adquiere características de fenómeno. Por otra parte, la
candidatura de Chávez parece estancada y este hecho lo ha lanzado a
cierto desvarío: ofrece amistad a la clase media y a los empresarios
que ha vejado y que en no pocos casos ha arruinado; el resultado es
que se duda de ese estilo pacífico a lo Lobo Feroz con Caperucita. No
hay manera de guiarse en esta tormenta porque no hay indicadores
confiables; sin embargo, hay signos de que Capriles crece y la calle
-con toda la prudencia del caso- muestra corrientes de fondo
favorables al candidato opositor.

Capriles comienza a lograr algo que es esencial para su victoria:
aglutinar en un solo haz la aflicción existente. El descontento es
mayoría y ya se ha demostrado. El 52% obtenido por las fuerzas
democráticas en las elecciones parlamentarias, aunque no es
mecánicamente extrapolable a una elección en la cual Chávez compita,
indica que la decepción existe, que hay que organizarla y liderarla.
El candidato opositor ha comenzado a hacerlo de manera intensa y su
mensaje antidiscriminatorio, que procura la paz y entendimiento entre
los ciudadanos, se ha hecho eco del hastío existente por las guerras,
las batallas, las divisiones, y el odio esculpido desde Miraflores.

El mensaje promotor de la paz desde hace algunas semanas se acompaña
por una ofensiva sistemática en contra de Chávez. De este modo, el
candidato muestra su lado amable, inclusivo con los de abajo, y al
mismo tiempo enseña los dientes y las garras al adversario y a quienes
de este lado piensan que una mano sirve para estrechar otra o para
ponerla en el pecho del abusador y frenarlo en seco.

A Dios rogando y con el mazo dando, se muestra como una actitud que le
da mucho más fuelle a Capriles. Ese cambio estratégico habla mejor de
un equipo que puede oír otras voces aunque no sea por la vía de los
amigos más cercanos sino de la opinión pública.

El candidato opositor también adquiere otra característica que es la
del instrumento a la mano, el que se dio la sociedad democrática para
eyectar a Chávez del poder. La memorable consigna de otros tiempos,
"¡Chávez, vete ya!", vuelve a aparecer no de la mano airada de los
marchistas de todos los días, sino de un esfuerzo más orgánico y
articulado con dirección política relativamente mejor entrenada. Paz y
el reemplazo de Chávez constituyen los dos temas del programa de
gobierno de Capriles y a su alrededor se ha unificado un pedazo
inmenso de la sociedad.

EL FRAUDE.
En días recientes ha habido dos denuncias que provienen de
voces autorizadas de la sociedad democrática, relativas a la compra de
votos en las comunidades indígenas que se traducen en mesas con
resultados electorales atípicos: 100% de votación y todos los votos
rojos. El Nacional hizo un trabajo en relación con los waraos que
fundamentó la denuncia del diputado Edgar Zambrano de AD en la
Asamblea Nacional, en la cual se aprobó una investigación; y se
produjo también la denuncia de Ember Iguarán, coordinador del Comando
Venezuela en temas indígenas, en relación con los guajiros. Dice
Iguarán: "No puede ser que la oposición saque 0 votos y el oficialismo
400; eso ocurrió en anteriores procesos electorales y es una
irregularidad. Hubo mesas en las que la MUD sacó 2 votos y el PSUV
180. Insistimos que esas son fraudulentas".

Estas dos denuncias tienen inmenso valor. No las hacen los furiosos,
radicales o iracundos sino moderados dirigentes, y a nadie se le ha
ocurrido la tontera de que estas denuncias ahuyentan a los electores.
Como se ha evidenciado, han permitido la movilización de la opinión
pública, así como acciones políticas e institucionales remediables. Se
sacaron las uñas. No es casualidad que Tibisay Lucena, incondicional
chavista, haya considerado pertinente -junto al consabido, previsible
y grotesco acoso a Globovisión- hablar del "desequilibrio" del canal
del Estado, VTV. Puede que no corrijan nada, pero si les da por el
pudor, tal vez tengan más dificultades para la trampa. También es un
indicio de que cuando hablas golpeado, te oyen.

La oposición no sólo está en el proceso de cubrir todas las mesas sino
que se ha abierto camino la idea de que aun siendo indispensable esta
conducta, no basta. La denuncia del ventajismo fraudulento del
gobierno deja sin la hoja de parra la trampa oficial, convierte a cada
ciudadano en un vigilante y motiva mucho más al entender que el
liderazgo democrático comienza a mostrar las agallas sin las cuales no
se llega al poder.

ALGO MÁS.
La campaña de Capriles parece ir bien si se atiende a los
datos disponibles y a una interpretación plausible de los movimientos
tectónicos de la sociedad venezolana. Sin embargo se puede hacer más
en asuntos decisivos: la incorporación de todos los factores de manera
abierta a la campaña, lo cual no ha ocurrido por aquello de que
-supuestamente- no conviene que el candidato se retrate con éste o con
aquél. En este esfuerzo nadie sobra y todos hacen falta, los de antes
y los de ahora, los de derecha y los de izquierda, los civiles y los
militares. La separación quirúrgica de quiénes sí pueden "aparecer" y
quiénes no, tal vez no reduzca vulnerabilidades y sí genere más
grietas.

Se necesita la gente de las nuevas generaciones y a los nuevos
partidos junto a los más antiguos y veteranos. Se comete un error al
pensar que basta que los adecos y copeyanos, masistas y exchavistas,
vayan a votar por Capriles porque no tienen otra opción; no se
requiere sólo su voto sino su entusiasmo, experiencia, su capacidad de
traer más gente a este esfuerzo majestuoso de la sociedad. Además,
tenerlos apartados en el desván porque son "seguros" no habla bien de
la concepción democrática de quienes promueven estas políticas.

Será el nuevo país que se vislumbra el que colocará a cada cual en su
sitio: unos serán populares y otros no; habrá nuevos partidos, se
renovarán varios de los viejos, se hundirán otros viejos y nuevos,
pero todo eso ocurrirá cuando haya libertad.

El otro tema es el del ámbito internacional. No se ha transmitido en
forma creíble la posibilidad de victoria democrática y esta es una
tarea indispensable, porque si un eventual triunfo opositor es
acompañado desde el exterior, las maniobras tramposas internas tienen
menos oportunidad.

Capriles y gente de su Comando han mostrado capacidad de escuchar
aunque sea por vías indirectas. Sería muy valioso que en esta fase
final de la campaña hubiese campo para sumar todas las voces sin que
los que ya están repartiéndose ministerios encuentren que la amplitud
que aquí se demanda sea obstáculo para sus necesidades burocráticas.

Ha de recordarse: para derrotar electoralmente a Chávez hay que
derrotarlo, primero, políticamente. Esto está en marcha pero hay que
lograrlo antes del 7-O.

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