Flanqueada
por el mayor río de Venezuela y rodeada por miles de hectáreas de
fértiles sabanas, la remota ciudad de Caicara del Orinoco está llamada
por el presidente Hugo Chávez a ser uno de los polos de desarrollo más
importantes del país petrolero, reseña Reuters.
Pero tras cinco años y 312 millones de dólares invertidos en la soñada “Ciudad del Aluminio”, tan sólo puede verse el enorme esqueleto de acero de la primera laminadora, unos cuantos galpones dispersos y un par de vallas con la imagen del mandatario socialista lavadas por el tiempo y el sol.
La obra, que luce prácticamente paralizada, es financiada por el Fondo Nacional de Desarrollo (Fonden), la más importante partida extrapresupuestaria alimentada por la bonanza petrolera que gestiona discrecionalmente el presidente para impulsar proyectos estratégicos.
Una investigación de Reuters sobre el Fonden, que desde el 2005 ha percibido unos 100.000 millones de dólares, mostró que existen desfases entre los recursos que recibe, los que contabiliza, y el avance de las obras que financia. En muchos casos fue imposible determinar la evolución de las inversiones dada la escasa información pública.
Visto desde las polvorientas puertas de la futura planta, la Empresa de Producción Social Servicios de Laminación de Aluminio (Serlaca) en Caicara dista mucho hasta ahora de las grandilocuentes intenciones del presidente.
Según la Memoria y Cuenta 2011 de Serlaca, el proyecto tiene un costo total de 650 millones de dólares. Aunque se ha ejecutado casi un 50 por ciento de lo presupuestado en los últimos cinco años, la información del Ministerio de Industrias muestra que la planta tenía a mediados del 2012 un avance del 26 por ciento.
Chávez, visiblemente frustrado por el insignificante progreso del proyecto, anunció en marzo desde La Habana donde recibía tratamiento contra el cáncer, que el Fonden asignará 500 millones de dólares para la planta, sin especificar si era parte del monto original o recursos adicionales.
Para el mandatario, el Fonden es la culminación en su lucha por supervisar personalmente la hacienda pública y tan sólo su firma puede hacer fluir los recursos de este fondo, cuyos desembolsos representan al menos un tercio de todas las inversiones que se hacen en Venezuela y la mitad de las estatales.
“Era una cosa horrible cómo la gran burguesía regalaba el petróleo, regalaba el país, saqueaba el país. Y el pueblo hundiéndose en la miseria, la clase media hundiéndose en la pobreza, el desempleo, el atraso, la dependencia”, dijo Chávez en septiembre defendiendo el polémico mecanismo de inversión.
Pero la falta de transparencia y el control a dedo de los recursos han convertido al Fonden en una caja negra.
Su origen es tan controvertido como el propio fondo. A finales del 2003, tras sobrevivir un paro petrolero activado meses antes por la oposición para forzar su renuncia, Chávez hizo un insólito pedido al Banco Central de Venezuela: un “millardito” (1.000 millones de dólares) de las reservas internacionales para inyectarlos en el sector agrícola.
El ente emisor se negó en redondo, alegando que el uso de las reservas debilitaría la base monetaria y violaría la legislación vigente que ordenaba a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) a vender los dólares al banco central, el encargado de monetizar la renta petrolera y administrar las reservas.
Chávez, duro crítico del concepto de autonomía de los bancos centrales, zanjó dos años de intensos debates modificando la ley para establecer un llamado “nivel óptimo de reservas”. Todo ingreso por encima de ese tope, fijado cerca de los 27.000 millones de dólares, sería transferido a fondos de inversión estatales.
¿Dónde está el dinero?
Chávez considera el Fonden como la herramienta definitiva para “sembrar el petróleo”, una vieja promesa de los gobiernos venezolanos desde principios del siglo XX para reducir la dependencia del país a los vaivenes del precio del crudo, una meta que cada día pareciera más lejana.
Pero la oposición denuncia que el país es cada día más sensible a la cotización del crudo y, parafraseando al prócer independentista Simón Bolívar, dicen que los ambiciosos planes de industrialización del Gobierno han sido como “arar en el mar”.
En el primer semestre del 2012, el crudo representó un 96 por ciento del valor de las exportaciones, frente al 80 por ciento hace diez años.
El hermético ministro de Finanzas, Jorge Giordani, un aliado de Chávez desde sus días como profesor universitario, es el presidente del Fonden, acompañado en la directiva por el vicepresidente, Elías Jaua, el ministro de Petróleo, Rafael Ramírez y el ministro de Industrias, Ricardo Menéndez.
“Estoy impactado como venezolano (…) que no se sepa qué ha pasado exactamente con 105.000 millones de dólares”, dijo el diputado opositor Carlos Ramos, quien ha presionado a Finanzas por más datos sobre las erogaciones del Fonden.
“Ese dinero no es de Chávez, no es de Giordani (…) que son quienes lo administran. Es de 29 millones de venezolanos y por lo tanto las cuentas deberían ser lo más transparentes posible”, agregó el legislador.
Giordani, del ala más radical y ortodoxa del chavismo, finalmente entregó al Parlamento una lista que sólo incluía proyectos que habían recibido desembolsos en el 2010. El resto sigue rodeado de incógnitas y seguirle la pista a las cuentas es, como poco, complicado.
El caso de Serlaca es paradigmático. El Fonden asignó a la empresa de aluminio una partida inicial de 60 millones de dólares, según su página web. Además, recibió 93 millones de dólares de un fondo bilateral con China y un monto no especificado de otro fondo con el gigante asiático.
Sin embargo, la firma justificó en su reporte anual de 2011 que acumularon 18 meses de paralización al no tener “acceso a los recursos aprobados por el Presidente”, sin detallar el origen y destino de los fondos ejecutados.
Uno de los ingenieros encargados de supervisar el ensamblaje de la nave principal de la laminadora dijo que las operaciones “están técnicamente paralizadas” por retrasos en los pagos desde octubre del 2010, aunque aseguró que los fondos parece que finalmente comienzan a fluir.
A mediados del año pasado el Gobierno designó una junta para intervenir el proyecto, argumentando que “debido a causas tanto estructurales como funcionales”, la empresa presentaba un “limitado” avance.
Ni el Consorcio Weidoca Vhicoa, empresa local encargada de la nave principal de la fábrica, ni la firma italiana encargada de manufacturar equipo para la planta, ni el Ministerio de Industrias accedieron a repetidas peticiones de entrevistas de Reuters para obtener detalles sobre el proyecto.
La situación se repite en otras iniciativas.
La obra para una fábrica de fertilizantes en Puerto Nutrias, un pequeño pueblo de los llanos venezolanos, ha pasado tanto tiempo paralizada que los lugareños tuvieron que luchar contra la maleza para encontrar la piedra fundacional que puso Chávez hace 5 años, reportó el diario El Universal este mes.
Según documentos oficiales, el Fonden desembolsó 28 millones para ese proyecto en Barinas, el estado natal del presidente.
Los críticos del mandatario también denuncian que la discrecionalidad del fondo llega a tal punto que el propio presidente se salta las normas que fijó para esos recursos.
El Fonden, según las normas disponibles en su portal web, sólo debe financiar proyectos con propósitos productivos, que generen empleo y aceleren el desarrollo industrial y social del país, mientras que prohíbe explícitamente que se utilice para gasto corriente, inversión en acciones o compra de edificios.
Sin embargo, el Fonden dijo que en 2010 invirtió 9 millones de dólares para enviar casas prefabricadas a países amigos como Guatemala, Bolivia, Cuba y Nicaragua; compró acciones de empresas nacionalizadas por 700 millones de dólares y desembolsó 46 millones para un edificio de uso diplomático en Moscú.
Opacidad compulsiva
En 2011, el fondo recibió casi 15.000 millones de dólares, un 25 por ciento del ingreso fiscal petrolero de Venezuela. Otra docena de fondos poco transparentes, incluyendo dos bilaterales con China, también recibieron miles de millones de dólares.
Para los críticos de Chávez la opacidad y secretismo del Fonden son sinónimo de corrupción, robo y clientelismo. Sin embargo, muchos de los problemas en el seguimiento de estos proyectos se derivan de la ineficiencia de los organismos públicos, un problema estructural tan viejo como el propio país.
Reuters compiló 312 proyectos que aparecían desperdigados en la página web del organismo, aparentemente actualizados hasta el año 2007.
En esa lista, que fue retirada del sitio hace unas semanas, el fondo ofrece detalles de varios financiamientos, pero sin indicar el avance de las obras ni los contratistas encargados.
Los ministerios involucrados con las diferentes iniciativas tampoco precisan la evolución de los trabajos o los estados financieros de una parte importante de los proyectos.
La compilación mostró financiamientos tan variopintos que van desde la restauración de un complejo de piscinas en la Academia Militar de Venezuela, dónde Chávez cursó sus estudios militares, hasta un conjunto de 72 empresas socialistas, sin ningún detalle sobre su naturaleza.
Los proyectos del Fonden con Cuba, el aliado más cercano de Venezuela, son emblemáticos por su falta de transparencia.
Hasta el 2010, el fondo nacional comprometió 6.100 millones de dólares en iniciativas con el Gobierno comunista de Raúl Castro, pero sin especificar cuáles.
Lo poco que se sabe proviene de difusas informaciones de prensa oficial que mencionan centenares de proyectos, desde el desarrollo de software libre a plantas de reciclaje de chatarra.
La Comisión Mixta Cuba-Venezuela, encargada de manejar los acuerdos y dependiente del Ministerio de Petróleo y Minería, no respondió a dos solicitudes de información hechas por Reuters.
La creciente inescrutabilidad del gasto público pone a los inversionistas de cabeza para evaluar los activos venezolanos.
La agencia calificadora Fitch Ratings advirtió este año que podría bajar la calificación crediticia venezolana en los próximos años desde su actual “B+”, en parte por la falta de transparencia de las cuentas públicas.
“La porción visible que podemos comparar entre Venezuela y los otros países ha disminuido considerablemente”, dijo Erich Arispe, un director de Fitch Ratings Sovereign Group.
“No puedo calificar lo que no puedo ver”, sentenció.
Aire presidencial
Para buscar una descripción más detallada del Fonden y sus desembolsos hay que seguir atentamente al propio Chávez, quien entre anécdotas de su infancia y proclamas socialistas comenta las multimillonarias erogaciones para tal o cual proyecto mientras estampa en vivo y directo su firma, conocida como “rabo de cochino”, única que abre las puertas del dinero.
El control del “Comandante” sobre los recursos petroleros no tiene precedente en seis décadas de democracia venezolana y se ha convertido en sello personal de su Gobierno.
Unos aplauden su control de la renta petrolera como una protección contra la corrupción, mientras otros denuncian que la usa para mantenerse en el poder.
El Fonden canaliza directamente los recursos aprobados por el mandatario a obras que considera prioritarias sin pasar por órganos de contraloría como la Asamblea Nacional.
Ante las elecciones presidenciales del 7 de octubre, la facilidad que tiene Chávez para movilizar fondos es una ventaja de peso para su campaña electoral.
Su Gobierno ha invertido al menos 1.500 millones de dólares del Fonden en la construcción de casas para los sectores más humildes y así dar impulso a un faraónico proyecto de construcción de vivienda pública asumido personalmente por el presidente.
Muchos proyectos ejecutados con dinero del Fonden, como puentes, hospitales, escuelas y transporte público, son vinculados a la figura personal de Chávez, factor clave para lubricar el carisma del controvertido líder bolivariano en su búsqueda de un nuevo mandato de seis años.
“Mientras haya salud, educación y de todo, el pueblo está con ese hombre. Dicen que el presidente está botando la plata, regalándola. No tendríamos esto”, dijo Domingo González, de 58 años, a la salida de un flamante hospital público fundado con dinero del Fonden en la barriada caraqueña de Petare.
“Corrupción siempre ha existido en todas partes, igual la inseguridad, tampoco le pueden echar la culpa al hombre”, agregó tras recibir atención gratuita, mientras señalaba una foto gigante de Chávez que decora las puertas de la Emergencia.
Las finanzas públicas venezolanas nunca han sido particularmente transparentes y los recursos petroleros han sido malgastados por más de un siglo.
A principios del siglo XX, el dictador Juan Vicente Gómez se hizo rico y benefició a sus amigos con jugosas concesiones.
En la década de 1970 se llegó a conocer al país como la “Venezuela Saudita”, cuando asalariados de clase media volaban a Miami con una moneda tan sobrevaluada que compraban a manos llenas, popularizando la frase: “Está barato, dame dos”.
Tras décadas de corrupción y despilfarro, Venezuela se vio inmersa en una brutal crisis económica por el derrumbe del precio internacional del crudo durante los 80, década coronada por los masivos disturbios de 1989, un sangriento episodio de revueltas y saqueos por la aplicación de un duro paquete de ajuste conocido como “El Caracazo”.
Ese fue el caldo de cultivo perfecto para el ascenso de Chávez, un joven teniente coronel que saltó a la arena política tras su fallido golpe de Estado en 1992 con la promesa de repartir la riqueza, música para el oído de millones de venezolanos que seis años después votaron por él masivamente.
Casi 14 años más tarde, es acusado de haber dejado florecer la ineficiencia en la administración pública tanto o más que en el pasado.
“Este Gobierno es especialista en colocar la primera piedra. Tienen unas fábricas de primeras piedras. Todo cháchara y cova (mentira)”, denunció este fin de semana el candidato opositor, Henrique Capriles, en un acto.
Como muestra están las imágenes publicadas de la moderna flota de autobuses para transporte público en la ciudad central de Barquisimeto, que recibió una inversión de 300 millones de dólares y quedaron estacionados en un terreno baldío donde acabaron cubiertos de enredaderas y maleza.
Juegos financieros de izquierda
Otro de los puntos más polémicos del Fonden ha sido su uso como instrumento de inversión, que lejos de buscar activos seguros apostó por valores de alto rendimiento que, además, servían para echar una mano a países aliados del Gobierno, según un informe de la entidad filtrado a la prensa, que hace referencia a una auditoría hecha al ente en el 2011.
El fondo ha evitado revelar cuánto dinero ha perdido o ganado con estas inversiones, pero su inusual cartera de valores ha incluido bonos de Ecuador, derivados de alto rendimiento de Lehman Brothers y papeles hondureños.
En el 2008 esta estrategia se convirtió en un problema: Lehman quebró y meses después Ecuador declaró una moratoria sobre parte de su deuda.
Además, tuvieron que vender los títulos hondureños porque el presidente Manuel Zelaya fue depuesto en un golpe militar a los pocos meses.
El Fondo vendió una parte de estos activos e hizo un canje de “notas estructuradas” por un valor de 960 millones de dólares, de acuerdo al críptico informe auditor.
El documento, sin embargo, no ofrece detalles sobre el valor en el mercado de esos activos, que probablemente se vendieron con un descuento considerable sobre el nominal.
Precisamente fue eso lo que señalaron los auditores de la filial local de Crowe Horwath, que consideraron que el fondo había valorado inadecuadamente unos 1.800 millones de dólares en complejos títulos de renta fija, lo que representa cerca de una cuarta parte de los activos líquidos a finales de 2011.
Empresa mercantil hecha en socialismo
Chávez a menudo presenta al Fonden como el organismo estatal mejor preparado para ayudar al país miembro de la OPEP a fulminar al capitalismo, que según él dejó a millones de venezolanos en la pobreza, y advierte que si la oposición llegara al poder desmantelaría el mecanismo.
“Suspender los ingresos al Fonden, además de violar la ley, sería paralizar de inmediato, más de 50, más de 100 proyectos que están en ejecución por esta vía”, dijo en septiembre durante uno de sus habituales contactos con el canal estatal.
En realidad, el Fonden funciona como cualquier empresa mercantil privada. Aunque se nutre del erario público, el fondo declaró en el prospecto de una emisión local realizada este año que sus estados financieros son confidenciales.
Para la base del chavismo lo importante no es la transparencia de los fondos sino si efectivamente están mejorando la calidad de vida de los venezolanos y recuerdan cómo durante el mandato de Chávez los impuestos a las petroleras han aumentado considerablemente los ingresos del país.
El Gobierno recibe ahora el 90 por ciento de los ingresos por operaciones petroleras, cuando antes de 1999 sólo el 45 por ciento se quedaba en el país.
Esto ha incidido positivamente en los indicadores sociales, según cifras oficiales. La cantidad de hogares pobres ha caído 35 puntos porcentuales en 14 años, mientras que el porcentaje de las personas que viven en pobreza extrema ha bajado a la mitad.
Sistemas de metro, puentes, ferrocarriles y teleféricos que sirven a las pobres barriadas que se levantan en los cerros que rodean Caracas, son algunos de los emblemas que el Gobierno celebró en “Expo-Fonden”, una feria de tres días para mostrar los éxitos del mecanismo al público en general.
Los niños tomaban jugos de firmas estatales con etiquetas en forma de corazón con el logo “Hecho en Socialismo” y sus padres disfrutaban de un auténtico “café socialista” mientras admiraban los aviones rusos Sukhoi surcar los cielos a toda potencia.
El grupo puertorriqueño Calle 13, cuyos ritmos urbanos son muy populares en el país caribeño, puso la guinda al evento con un multitudinario concierto gratuito.
Y todo pagado con el dinero del Fonden.
Mientras tanto, el sitio donde algún día estará la primera fábrica de papel periódico de Venezuela es hoy una inmensa explanada de tierra rojiza y un solitario tinglado.
En el 2007, el presidente anunció la construcción de la planta como parte de su iniciativa para profundizar el socialismo con sello propio.
Documentos del Ministerio de Finanzas muestran que hasta el 2010 el fondo desembolsó 540 millones de dólares para la firma Pulpa y Papel C. A. (Pulpaca).
Pero el proyecto en un remoto pueblo del sur del país ya suma dos años de retraso y el informe anual de Pulpaca de 2011 asegura que las obras se demoraron por falta de fondos, a pesar de que dicen haber ejecutado unos 530 millones de dólares hasta el año pasado.
En la verja del sitio donde se levantará la fábrica, dos avisos gigantescos con un Chávez sonriente ofrecen detalles sobre las inversiones visibles hasta la fecha: 43 millones de dólares para limpiar el terreno y construir dos galpones, un 8 por ciento del total dispuesto por el Fonden para la obra.
Una presentación de Pulpaca obtenida por Reuters mostró una lista de equipos especializados a la espera de ser importados y que podrían ser el destino del dinero gastado. Sin embargo, no hay detalles de las operaciones.
Las empresas que fabrican las plantas papeleras declinaron aportar detalles sobre el posible precio de la maquinaría.
Finalmente, este año la Asamblea Nacional aprobó el equivalente a 305 millones de dólares adicionales para la operación de Pulpaca, llevando el total del proyecto a 845 millones de dólares.
Ni eso parece ser suficiente y la firma clama que necesitará un total de 1.400 millones de dólares para finalmente inaugurar la primera línea de la planta, mientras un silencio letárgico flotaba sobre la fila de camiones y tractores que esperan desde hace meses comenzar las obras.
Pero tras cinco años y 312 millones de dólares invertidos en la soñada “Ciudad del Aluminio”, tan sólo puede verse el enorme esqueleto de acero de la primera laminadora, unos cuantos galpones dispersos y un par de vallas con la imagen del mandatario socialista lavadas por el tiempo y el sol.
La obra, que luce prácticamente paralizada, es financiada por el Fondo Nacional de Desarrollo (Fonden), la más importante partida extrapresupuestaria alimentada por la bonanza petrolera que gestiona discrecionalmente el presidente para impulsar proyectos estratégicos.
Una investigación de Reuters sobre el Fonden, que desde el 2005 ha percibido unos 100.000 millones de dólares, mostró que existen desfases entre los recursos que recibe, los que contabiliza, y el avance de las obras que financia. En muchos casos fue imposible determinar la evolución de las inversiones dada la escasa información pública.
Visto desde las polvorientas puertas de la futura planta, la Empresa de Producción Social Servicios de Laminación de Aluminio (Serlaca) en Caicara dista mucho hasta ahora de las grandilocuentes intenciones del presidente.
Según la Memoria y Cuenta 2011 de Serlaca, el proyecto tiene un costo total de 650 millones de dólares. Aunque se ha ejecutado casi un 50 por ciento de lo presupuestado en los últimos cinco años, la información del Ministerio de Industrias muestra que la planta tenía a mediados del 2012 un avance del 26 por ciento.
Chávez, visiblemente frustrado por el insignificante progreso del proyecto, anunció en marzo desde La Habana donde recibía tratamiento contra el cáncer, que el Fonden asignará 500 millones de dólares para la planta, sin especificar si era parte del monto original o recursos adicionales.
Para el mandatario, el Fonden es la culminación en su lucha por supervisar personalmente la hacienda pública y tan sólo su firma puede hacer fluir los recursos de este fondo, cuyos desembolsos representan al menos un tercio de todas las inversiones que se hacen en Venezuela y la mitad de las estatales.
“Era una cosa horrible cómo la gran burguesía regalaba el petróleo, regalaba el país, saqueaba el país. Y el pueblo hundiéndose en la miseria, la clase media hundiéndose en la pobreza, el desempleo, el atraso, la dependencia”, dijo Chávez en septiembre defendiendo el polémico mecanismo de inversión.
Pero la falta de transparencia y el control a dedo de los recursos han convertido al Fonden en una caja negra.
Su origen es tan controvertido como el propio fondo. A finales del 2003, tras sobrevivir un paro petrolero activado meses antes por la oposición para forzar su renuncia, Chávez hizo un insólito pedido al Banco Central de Venezuela: un “millardito” (1.000 millones de dólares) de las reservas internacionales para inyectarlos en el sector agrícola.
El ente emisor se negó en redondo, alegando que el uso de las reservas debilitaría la base monetaria y violaría la legislación vigente que ordenaba a la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) a vender los dólares al banco central, el encargado de monetizar la renta petrolera y administrar las reservas.
Chávez, duro crítico del concepto de autonomía de los bancos centrales, zanjó dos años de intensos debates modificando la ley para establecer un llamado “nivel óptimo de reservas”. Todo ingreso por encima de ese tope, fijado cerca de los 27.000 millones de dólares, sería transferido a fondos de inversión estatales.
¿Dónde está el dinero?
Chávez considera el Fonden como la herramienta definitiva para “sembrar el petróleo”, una vieja promesa de los gobiernos venezolanos desde principios del siglo XX para reducir la dependencia del país a los vaivenes del precio del crudo, una meta que cada día pareciera más lejana.
Pero la oposición denuncia que el país es cada día más sensible a la cotización del crudo y, parafraseando al prócer independentista Simón Bolívar, dicen que los ambiciosos planes de industrialización del Gobierno han sido como “arar en el mar”.
En el primer semestre del 2012, el crudo representó un 96 por ciento del valor de las exportaciones, frente al 80 por ciento hace diez años.
El hermético ministro de Finanzas, Jorge Giordani, un aliado de Chávez desde sus días como profesor universitario, es el presidente del Fonden, acompañado en la directiva por el vicepresidente, Elías Jaua, el ministro de Petróleo, Rafael Ramírez y el ministro de Industrias, Ricardo Menéndez.
“Estoy impactado como venezolano (…) que no se sepa qué ha pasado exactamente con 105.000 millones de dólares”, dijo el diputado opositor Carlos Ramos, quien ha presionado a Finanzas por más datos sobre las erogaciones del Fonden.
“Ese dinero no es de Chávez, no es de Giordani (…) que son quienes lo administran. Es de 29 millones de venezolanos y por lo tanto las cuentas deberían ser lo más transparentes posible”, agregó el legislador.
Giordani, del ala más radical y ortodoxa del chavismo, finalmente entregó al Parlamento una lista que sólo incluía proyectos que habían recibido desembolsos en el 2010. El resto sigue rodeado de incógnitas y seguirle la pista a las cuentas es, como poco, complicado.
El caso de Serlaca es paradigmático. El Fonden asignó a la empresa de aluminio una partida inicial de 60 millones de dólares, según su página web. Además, recibió 93 millones de dólares de un fondo bilateral con China y un monto no especificado de otro fondo con el gigante asiático.
Sin embargo, la firma justificó en su reporte anual de 2011 que acumularon 18 meses de paralización al no tener “acceso a los recursos aprobados por el Presidente”, sin detallar el origen y destino de los fondos ejecutados.
Uno de los ingenieros encargados de supervisar el ensamblaje de la nave principal de la laminadora dijo que las operaciones “están técnicamente paralizadas” por retrasos en los pagos desde octubre del 2010, aunque aseguró que los fondos parece que finalmente comienzan a fluir.
A mediados del año pasado el Gobierno designó una junta para intervenir el proyecto, argumentando que “debido a causas tanto estructurales como funcionales”, la empresa presentaba un “limitado” avance.
Ni el Consorcio Weidoca Vhicoa, empresa local encargada de la nave principal de la fábrica, ni la firma italiana encargada de manufacturar equipo para la planta, ni el Ministerio de Industrias accedieron a repetidas peticiones de entrevistas de Reuters para obtener detalles sobre el proyecto.
La situación se repite en otras iniciativas.
La obra para una fábrica de fertilizantes en Puerto Nutrias, un pequeño pueblo de los llanos venezolanos, ha pasado tanto tiempo paralizada que los lugareños tuvieron que luchar contra la maleza para encontrar la piedra fundacional que puso Chávez hace 5 años, reportó el diario El Universal este mes.
Según documentos oficiales, el Fonden desembolsó 28 millones para ese proyecto en Barinas, el estado natal del presidente.
Los críticos del mandatario también denuncian que la discrecionalidad del fondo llega a tal punto que el propio presidente se salta las normas que fijó para esos recursos.
El Fonden, según las normas disponibles en su portal web, sólo debe financiar proyectos con propósitos productivos, que generen empleo y aceleren el desarrollo industrial y social del país, mientras que prohíbe explícitamente que se utilice para gasto corriente, inversión en acciones o compra de edificios.
Sin embargo, el Fonden dijo que en 2010 invirtió 9 millones de dólares para enviar casas prefabricadas a países amigos como Guatemala, Bolivia, Cuba y Nicaragua; compró acciones de empresas nacionalizadas por 700 millones de dólares y desembolsó 46 millones para un edificio de uso diplomático en Moscú.
Opacidad compulsiva
En 2011, el fondo recibió casi 15.000 millones de dólares, un 25 por ciento del ingreso fiscal petrolero de Venezuela. Otra docena de fondos poco transparentes, incluyendo dos bilaterales con China, también recibieron miles de millones de dólares.
Para los críticos de Chávez la opacidad y secretismo del Fonden son sinónimo de corrupción, robo y clientelismo. Sin embargo, muchos de los problemas en el seguimiento de estos proyectos se derivan de la ineficiencia de los organismos públicos, un problema estructural tan viejo como el propio país.
Reuters compiló 312 proyectos que aparecían desperdigados en la página web del organismo, aparentemente actualizados hasta el año 2007.
En esa lista, que fue retirada del sitio hace unas semanas, el fondo ofrece detalles de varios financiamientos, pero sin indicar el avance de las obras ni los contratistas encargados.
Los ministerios involucrados con las diferentes iniciativas tampoco precisan la evolución de los trabajos o los estados financieros de una parte importante de los proyectos.
La compilación mostró financiamientos tan variopintos que van desde la restauración de un complejo de piscinas en la Academia Militar de Venezuela, dónde Chávez cursó sus estudios militares, hasta un conjunto de 72 empresas socialistas, sin ningún detalle sobre su naturaleza.
Los proyectos del Fonden con Cuba, el aliado más cercano de Venezuela, son emblemáticos por su falta de transparencia.
Hasta el 2010, el fondo nacional comprometió 6.100 millones de dólares en iniciativas con el Gobierno comunista de Raúl Castro, pero sin especificar cuáles.
Lo poco que se sabe proviene de difusas informaciones de prensa oficial que mencionan centenares de proyectos, desde el desarrollo de software libre a plantas de reciclaje de chatarra.
La Comisión Mixta Cuba-Venezuela, encargada de manejar los acuerdos y dependiente del Ministerio de Petróleo y Minería, no respondió a dos solicitudes de información hechas por Reuters.
La creciente inescrutabilidad del gasto público pone a los inversionistas de cabeza para evaluar los activos venezolanos.
La agencia calificadora Fitch Ratings advirtió este año que podría bajar la calificación crediticia venezolana en los próximos años desde su actual “B+”, en parte por la falta de transparencia de las cuentas públicas.
“La porción visible que podemos comparar entre Venezuela y los otros países ha disminuido considerablemente”, dijo Erich Arispe, un director de Fitch Ratings Sovereign Group.
“No puedo calificar lo que no puedo ver”, sentenció.
Aire presidencial
Para buscar una descripción más detallada del Fonden y sus desembolsos hay que seguir atentamente al propio Chávez, quien entre anécdotas de su infancia y proclamas socialistas comenta las multimillonarias erogaciones para tal o cual proyecto mientras estampa en vivo y directo su firma, conocida como “rabo de cochino”, única que abre las puertas del dinero.
El control del “Comandante” sobre los recursos petroleros no tiene precedente en seis décadas de democracia venezolana y se ha convertido en sello personal de su Gobierno.
Unos aplauden su control de la renta petrolera como una protección contra la corrupción, mientras otros denuncian que la usa para mantenerse en el poder.
El Fonden canaliza directamente los recursos aprobados por el mandatario a obras que considera prioritarias sin pasar por órganos de contraloría como la Asamblea Nacional.
Ante las elecciones presidenciales del 7 de octubre, la facilidad que tiene Chávez para movilizar fondos es una ventaja de peso para su campaña electoral.
Su Gobierno ha invertido al menos 1.500 millones de dólares del Fonden en la construcción de casas para los sectores más humildes y así dar impulso a un faraónico proyecto de construcción de vivienda pública asumido personalmente por el presidente.
Muchos proyectos ejecutados con dinero del Fonden, como puentes, hospitales, escuelas y transporte público, son vinculados a la figura personal de Chávez, factor clave para lubricar el carisma del controvertido líder bolivariano en su búsqueda de un nuevo mandato de seis años.
“Mientras haya salud, educación y de todo, el pueblo está con ese hombre. Dicen que el presidente está botando la plata, regalándola. No tendríamos esto”, dijo Domingo González, de 58 años, a la salida de un flamante hospital público fundado con dinero del Fonden en la barriada caraqueña de Petare.
“Corrupción siempre ha existido en todas partes, igual la inseguridad, tampoco le pueden echar la culpa al hombre”, agregó tras recibir atención gratuita, mientras señalaba una foto gigante de Chávez que decora las puertas de la Emergencia.
Las finanzas públicas venezolanas nunca han sido particularmente transparentes y los recursos petroleros han sido malgastados por más de un siglo.
A principios del siglo XX, el dictador Juan Vicente Gómez se hizo rico y benefició a sus amigos con jugosas concesiones.
En la década de 1970 se llegó a conocer al país como la “Venezuela Saudita”, cuando asalariados de clase media volaban a Miami con una moneda tan sobrevaluada que compraban a manos llenas, popularizando la frase: “Está barato, dame dos”.
Tras décadas de corrupción y despilfarro, Venezuela se vio inmersa en una brutal crisis económica por el derrumbe del precio internacional del crudo durante los 80, década coronada por los masivos disturbios de 1989, un sangriento episodio de revueltas y saqueos por la aplicación de un duro paquete de ajuste conocido como “El Caracazo”.
Ese fue el caldo de cultivo perfecto para el ascenso de Chávez, un joven teniente coronel que saltó a la arena política tras su fallido golpe de Estado en 1992 con la promesa de repartir la riqueza, música para el oído de millones de venezolanos que seis años después votaron por él masivamente.
Casi 14 años más tarde, es acusado de haber dejado florecer la ineficiencia en la administración pública tanto o más que en el pasado.
“Este Gobierno es especialista en colocar la primera piedra. Tienen unas fábricas de primeras piedras. Todo cháchara y cova (mentira)”, denunció este fin de semana el candidato opositor, Henrique Capriles, en un acto.
Como muestra están las imágenes publicadas de la moderna flota de autobuses para transporte público en la ciudad central de Barquisimeto, que recibió una inversión de 300 millones de dólares y quedaron estacionados en un terreno baldío donde acabaron cubiertos de enredaderas y maleza.
Juegos financieros de izquierda
Otro de los puntos más polémicos del Fonden ha sido su uso como instrumento de inversión, que lejos de buscar activos seguros apostó por valores de alto rendimiento que, además, servían para echar una mano a países aliados del Gobierno, según un informe de la entidad filtrado a la prensa, que hace referencia a una auditoría hecha al ente en el 2011.
El fondo ha evitado revelar cuánto dinero ha perdido o ganado con estas inversiones, pero su inusual cartera de valores ha incluido bonos de Ecuador, derivados de alto rendimiento de Lehman Brothers y papeles hondureños.
En el 2008 esta estrategia se convirtió en un problema: Lehman quebró y meses después Ecuador declaró una moratoria sobre parte de su deuda.
Además, tuvieron que vender los títulos hondureños porque el presidente Manuel Zelaya fue depuesto en un golpe militar a los pocos meses.
El Fondo vendió una parte de estos activos e hizo un canje de “notas estructuradas” por un valor de 960 millones de dólares, de acuerdo al críptico informe auditor.
El documento, sin embargo, no ofrece detalles sobre el valor en el mercado de esos activos, que probablemente se vendieron con un descuento considerable sobre el nominal.
Precisamente fue eso lo que señalaron los auditores de la filial local de Crowe Horwath, que consideraron que el fondo había valorado inadecuadamente unos 1.800 millones de dólares en complejos títulos de renta fija, lo que representa cerca de una cuarta parte de los activos líquidos a finales de 2011.
Empresa mercantil hecha en socialismo
Chávez a menudo presenta al Fonden como el organismo estatal mejor preparado para ayudar al país miembro de la OPEP a fulminar al capitalismo, que según él dejó a millones de venezolanos en la pobreza, y advierte que si la oposición llegara al poder desmantelaría el mecanismo.
“Suspender los ingresos al Fonden, además de violar la ley, sería paralizar de inmediato, más de 50, más de 100 proyectos que están en ejecución por esta vía”, dijo en septiembre durante uno de sus habituales contactos con el canal estatal.
En realidad, el Fonden funciona como cualquier empresa mercantil privada. Aunque se nutre del erario público, el fondo declaró en el prospecto de una emisión local realizada este año que sus estados financieros son confidenciales.
Para la base del chavismo lo importante no es la transparencia de los fondos sino si efectivamente están mejorando la calidad de vida de los venezolanos y recuerdan cómo durante el mandato de Chávez los impuestos a las petroleras han aumentado considerablemente los ingresos del país.
El Gobierno recibe ahora el 90 por ciento de los ingresos por operaciones petroleras, cuando antes de 1999 sólo el 45 por ciento se quedaba en el país.
Esto ha incidido positivamente en los indicadores sociales, según cifras oficiales. La cantidad de hogares pobres ha caído 35 puntos porcentuales en 14 años, mientras que el porcentaje de las personas que viven en pobreza extrema ha bajado a la mitad.
Sistemas de metro, puentes, ferrocarriles y teleféricos que sirven a las pobres barriadas que se levantan en los cerros que rodean Caracas, son algunos de los emblemas que el Gobierno celebró en “Expo-Fonden”, una feria de tres días para mostrar los éxitos del mecanismo al público en general.
Los niños tomaban jugos de firmas estatales con etiquetas en forma de corazón con el logo “Hecho en Socialismo” y sus padres disfrutaban de un auténtico “café socialista” mientras admiraban los aviones rusos Sukhoi surcar los cielos a toda potencia.
El grupo puertorriqueño Calle 13, cuyos ritmos urbanos son muy populares en el país caribeño, puso la guinda al evento con un multitudinario concierto gratuito.
Y todo pagado con el dinero del Fonden.
Mientras tanto, el sitio donde algún día estará la primera fábrica de papel periódico de Venezuela es hoy una inmensa explanada de tierra rojiza y un solitario tinglado.
En el 2007, el presidente anunció la construcción de la planta como parte de su iniciativa para profundizar el socialismo con sello propio.
Documentos del Ministerio de Finanzas muestran que hasta el 2010 el fondo desembolsó 540 millones de dólares para la firma Pulpa y Papel C. A. (Pulpaca).
Pero el proyecto en un remoto pueblo del sur del país ya suma dos años de retraso y el informe anual de Pulpaca de 2011 asegura que las obras se demoraron por falta de fondos, a pesar de que dicen haber ejecutado unos 530 millones de dólares hasta el año pasado.
En la verja del sitio donde se levantará la fábrica, dos avisos gigantescos con un Chávez sonriente ofrecen detalles sobre las inversiones visibles hasta la fecha: 43 millones de dólares para limpiar el terreno y construir dos galpones, un 8 por ciento del total dispuesto por el Fonden para la obra.
Una presentación de Pulpaca obtenida por Reuters mostró una lista de equipos especializados a la espera de ser importados y que podrían ser el destino del dinero gastado. Sin embargo, no hay detalles de las operaciones.
Las empresas que fabrican las plantas papeleras declinaron aportar detalles sobre el posible precio de la maquinaría.
Finalmente, este año la Asamblea Nacional aprobó el equivalente a 305 millones de dólares adicionales para la operación de Pulpaca, llevando el total del proyecto a 845 millones de dólares.
Ni eso parece ser suficiente y la firma clama que necesitará un total de 1.400 millones de dólares para finalmente inaugurar la primera línea de la planta, mientras un silencio letárgico flotaba sobre la fila de camiones y tractores que esperan desde hace meses comenzar las obras.
No hay comentarios:
Publicar un comentario